La sentencia dictada por un juzgado de lo Social de Gasteiz en la que se reconoce que Michelin ha utilizado el amianto y que expuso a ese elemento contaminante a su plantilla, llegando a provocar la muerte de uno de sus empleados, despierta, entre otras cosas, un sentimiento de alarma, ya que pone en entredicho la capacidad real de la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social para cumplir con el que debería ser su objetivo primordial: velar por la seguridad de las trabajadoras y trabajadores. Porque no se puede olvidar que este proceso judicial se ha visto alargado innecesaria y dramáticamente en el tiempo porque en un primer momento esos dos organismos dictaminaron que «en Michelin no había amianto», como recordaba ayer Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral de CCOO Euskadi.

Sólo tras la muerte del trabajador que llevó a los tribunales a la empresa, la propia Seguridad Social admitió que sus dolencias habían sido provocadas por una enfermedad profesional. Para entonces, tanto la Inspección de Trabajo como Osalan ya habían podido constatar la utilización del amianto en la factoría gasteiztarra. Era demasiado tarde para Javier Martínez Díaz de Zugaza. Y, pese a ello, la empresa recurrió la decisión de la Seguridad Social.

Si todo este entramado institucional que, supuestamente, se encarga de proteger los derechos laborales de las personas funcionara con eficiencia implementando auténticas medidas de prevención, no sería necesario esperar durante años una resolución judicial para dilucidar una cuestión tan vital. Literalmente vital porque, como ha ocurrido en este caso, puede concluir con resultado de muerte.

Las constantes denuncias que los sindicatos realizan contra esa ineficiencia general o contra la falta de medidas de prevención en muchos puestos de trabajo deben servir para que el derecho a la salud laboral sea efectivo. Sentencias como la que se dio a conocer ayer no solucionan el pasado, pero tienen que utilizarse para construir, cuanto antes, un presente distinto, en el que la salud, la vida, no se juegue en una ruleta rusa.