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Triunfo de Sergio Paulinho en una jornada de transición después de los Alpes

Radioshack recupera la sonrisa

El corredor luso superó al sprint a Kiriyenka, de Caisse d'Epargne. El pelotón se lo tomó con calma, y llegó a 14 minutos de la cabeza.

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Arnaitz GORRITI

A falta de pan, Radioshack pudo tener ayer una rica ración de tortas. Con Armstrong fuera de juego y asolado por las caídas, hombres como Popovich y Brajkovic lejos de su mejor nivel, Klöden desaparecido en combate y Leipheimer sin terminar de meterse en la pelea por el podio, el conjunto de Johan Bruyneel pudo ayer, por fin, sonreír.

Fue en la décima etapa de este Tour 2010, en la jornada que sacó al pelotón de los Alpes, entre Chambery y Gap, de 179 kilómetros. El corredor luso salió victorioso de una fuga de seis -junto con Kiriyenka (Caisse), Aerts (Lotto) y Devenyns (Quicstep) al principio, y con el añadido de Rolland (Boygues) y Bouet (Ag2r) más tarde- que al final devino en un mano a mano final con el bielorruso de Caisse d'Epargne. Paulinho levantó los brazos nada más cruzar la meta, pero la photo finish enseñó que el portugués se impuso a su compañero de viaje por «medio tubular». Kiriyenka perdió la estela del portugués al inicio del sprint, pero pudo remontar y al final le faltaron diez metros para sumar un triunfo en el Tour a su victoria de etapa en el Giro 2008. Por su parte, Paulinho lograba ayer el mayor hito de su palmarés, por encima de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y la victoria parcial en la Vuelta 2006.

El pelotón, de turismo

La etapa post alpina tuvo emoción en los primeros kilómetros y en los últimos, pero por lo demás, fue un aburrimiento supi- no en el que los principales favoritos se dedicaron a trasladarse de una ciudad a otra, sin más. Es decir, que hicieron turismo. Así se explica que se dejaran 14 minutos respecto a la cabeza de carrera en Gap.

La conmemoración del día de la toma de La Bastilla no tuvo el frenesí de aquel 14 de julio de 1789, ya que el pelotón, castigado por dos jornadas montañosas muy competidas y endurecidas en grado sumo por el sofocante calor, no tenía las piernas para excesivas alegrías. Se esperaba que una fuga cuajase y que ésta, compuesta siempre por hombres que no disputan la clasificación general, daría descanso al grueso de participantes de este Tour.

El guión se cumplió a rajatabla. Poco antes de las 13.00 arrancaba la décima etapa, y lo hacía con ímpetu arrollador. Corredores de la talla del alemán Tony Martin, una decepción de primer orden en esta primera mitad de grande bouclé, trataban de escapar de la vigilancia de un pelotón repleto de gente con ganas de fugarse, sobre todo entre los corredores del Estado francés, por obvias motivaciones. También el guipuzcoano Aitor Pérez Arrieta provocó un par de serias escaramuzas -una de ellas estuvo a un tris de salir adelante, pero nuevos arreones del gran grupo impidieron que fructificara su intento-, en un día propicio tanto para burlar a los sprinters como a los que se juegan el maillot amarillo.

Cerca de cubrir la primera hora, Paulinho, Kiriyenka, Devenyns y Aerts consolidaban la fuga del día con el beneplácito de un Saxo Bank que se desperezaba al frente de un pelotón cada vez más conformista, con la excepción de los franceses Bouet y Rolland, que se pegaron un buen sofoco para cazar a los cuatro de delante. Objetivo cumplido: el pelotón puso el piloto automático mientras que los integrantes de la escapada se jugaban la gloria.

Ataques y contraataques

La jornada tenía varias dificultades orográficas de entidad, incluyendo el puerto de Laffrey, de primera categoría, y el de Noyer, de segunda, amén de otro puerto de tercera entre medias. Pero ese exigente terreno no vivió escaramuza ninguna entre los escapados, sino la última cota, una cuesta no puntuable breve y no muy dura, sita a 15 kilómetros, que se convirtió en el campo de batalla entre los seis primeros.

El joven Bouet fue el primero en ceder. A partir de ahí, cada ataque tuvo su reacción en forma de ataque. Aerts amagó y Devenyns contraatacó. El corredor de Quickstep parecía el caballo ganador, pero Paulinho y Kiriyenka llegaron desde atrás para dejarlo clavado. El propio Paulinho estuvo cerca de descolgar al bielorruso de Caisse d'Epargne, pero éste se pegó a su rueda para llegar juntos a la meta y jugársela casi sobre la línea de llegada.

Mientras, hombres como Nicolas Roche y Rémi Pauriol saltaron del pelotón, dejando a los hombres que luchan por el maillot verde con la migaja de la novena plaza, que fue para Cavendish. Los Schleck, Contador, Sánchez y compañía casi pudieron estirar las piernas.

palmarés

Sergio Paulinho sumó ayer su triunfo más importante. Anteriormente, el corredor luso lograba la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y había ganado la décima etapa de la Vuelta 2006.

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