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EEUU financia al régimen paquistaní pero pide eficacia contra los talibán

La Administración Obama volvió a dar ayer una lección de cómo se emplea la estrategia del palo y la zanahoria. En este caso, le tocó a Pakistán. La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, anunció que destinarán 500 millones de dólares en concepto de varios proyectos de ayuda civil. Pero al mismo tiempo, se mostró firme y contundente a la hora de solicitar a Islamabad un mayor compromiso y «medidas adicionales» contra la insurgencia talibán.
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Christophe SCHMIDT (AFP) |

La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, afirmó ayer que el Gobierno de EEUU reforzará su alianza con Pakistán al anunciar los primeros proyectos de un multimillonario paquete de ayuda civil al país surasiático. A cambio, solicitó al Ejecutivo de Islamabad «medidas adicionales» en la lucha contra la insurgencia talibán.

Clinton llegó el domingo a Pakistán y, junto a su homólogo paquistaní, Shah Mehmood Qureshi, detalló las novedades de la «nueva fase» abierta en las relaciones entre ambos países, que no siempre han sido fáciles.

La representante de la Casa Blanca anunció programas de ayuda civil a Pakistán por valor de más de 500 millones de dólares, y sostuvo que el empleo, la educación, la sanidad y la alimentación son las garantías de una «seguridad fundada en los elementos esenciales de la vida cotidiana».

Sabedor de que muchos paquistaníes no ven con buenos ojos las relaciones con EEUU -debido las víctimas que dejan los ataques de los «drones» (aviones no tripulados) estadounidenses-, Qureshi se mostró esperanzado de que los anuncios de ayer «muestren a nuestro pueblo los verdaderos beneficios de nuestra relación».

Estrategia

Ampliando su alianza más allá de lo que denominan «lucha antiterrorista», Washington espera convencer a Islamabad de que sus prioridades estratégicas son las mismas, sobre todo a propósito del vecino Afganistán, donde actualmente hay desplegados más de 100.000 soldados estadounidenses.

Lo que realmente pretende la Casa Blanca es que Pakistán endurezca su política contra los talibán que emplean su territorio para atacar a las fuerzas internacionales destacadas al otro lado de la frontera.

Islamabad desmiente todo vínculo con los talibán, pero según algunos analistas, una parte de los servicios de inteligencia paquistaníes sigue viendo a los talibán afganos como un apoyo frente a India, a la que consideran el enemigo número uno de Pakistán.

La lucha contra la insurgencia es el tema central de las relaciones bilaterales, sobre todo desde el pasado mes de mayo, cuando un atentado fallido en Times Square (Nueva York) fue reivindicado por el principal movimiento talibán paquistaní, Tehrik-e-Taliban (TTP).

Antes de partir ayer mismo hacia Afganistán, Clinton lanzó un claro llamamiento a las autoridades paquistaníes para que den un paso más en su lucha contrainsurgente. «Pedimos medidas suplementarias, y esperamos que los paquistaníes las tomen», dijo a la BBC.

Durante su anterior visita al país en octubre, Clinton causó malestar cuando sugirió públicamente que Pakistán sabía dónde se esconden los responsables de Al-Qaeda desde los atentados del 11-S en 2001.

EEUU afirma que la cooperación en materia de seguridad ha experimentado muchos progresos desde entonces.

Muertos, detenciones y dimisiones en Baluchistán Oeste

Según fuentes del Ministerio del Interior persa, 40 personas han sido detenidas y otras seis abatidas a tiros por los Guardianes de la Revolución en Zahedan y Sarawan tras el doble atentado suicida el pasado jueves.

Por su parte, fuentes locales baluches aseguran que la mayoría de dichas detenciones se produjeron al irrumpir las fuerzas de seguridad persas en un funeral baluche y arrestar de manera indiscriminada a decenas de sus asistentes.

Dichos medios independientes han denunciado, de la misma manera, la ola de destrozos producidos en casas y negocios baluches tras las explosiones en la mezquita de Zahedan al tiempo que han manifestado su temor por el futuro inminente de los ciudadanos detenidos.

Precisamente, el Gobierno persa anunciaba el pasado 12 de julio que se disponía a aplicar la pena capital sin juicio previo a Mohammad Saber Malek Raisi, un joven baluche de 16 años detenido hace siete meses bajo acusaciones de terrorismo.

La cada vez mayor inestabilidad que se vive en la región de Baluchistán Oeste parece haber sido la causante de la dimisión de tres miembros del Parlamento local.

Dichos cargos políticos han criticado duramente las políticas del Ejecutivo de Teherán calificándolas de «parcialmente responsables de la crisis interétnica que se vive en la región de Sistan y Baluchistán». Karlos ZURUTUZA

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