Santos endosa a Uribe la responsabilidad de la crisis diplomática con Venezuela
Juan Manuel Santos prosiguió con su dinámica de distanciamiento respecto a su predecesor, Álvaro Uribe, al no dar su opinión respecto a la ruptura de las relaciones bilaterales con Venezuela. Los analistas destacan que Uribe ha cerrado la vía al futuro diálogo con Venezuela.
GARA |
El presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, dejó el jueves la pelota sobre el tejado del actual mandatario, Álvaro Uribe, al declinar pronunciarse sobre el espinoso asunto de la crisis diplomática abierta con Venezuela.
«Sobre el tema de las relaciones nuestras con Venezuela he creído que la mejor contribución que podemos hacer es no pronunciarnos. El presidente Uribe es el presidente de la República hasta el próximo 7 de agosto», indicó en un breve mensaje a la conclusión de una reunión con el presidente mexicano, Felipe Calderón.
Muchos analistas se preguntaban ayer cuál ha podido ser la razón que ha llevado a Álvaro Uribe a hacer este tipo de declaraciones cuando resta menos de un mes para que su sucesor le tome el relevo al frente de la Casa de Nariño. Más aún, cuando su sucesor, Juan Manuel Santos, que actualmente, se encuentra de gira por América Latina, ha manifestado públicamente su intención de hacer «todo lo posible» por mejorar las maltrechas relaciones bilaterales con el país vecino.
El -relativo- distanciamiento de Santos respecto a la política de su predecesor [a pesar de estar salpicado por el caso de los falsos positivos y la agresión a la soberanía de Ecuador] podría ser, según esa tesis, la razón por la que Uribe haya asestado el último golpe a los lazos con el Gobierno de Caracas.
El analista político Pedro Medellín apuntó a Efe que «Uribe quiso poner un palo en la rueda de las relaciones [con Venezuela] y Chávez cayó en la trampa». A su juicio, la estrategia de Uribe ha «cerrado» un espacio de diálogo con Chávez abierto por Santos.
El mismo presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien anunció la ruptura de las relaciones bilaterales con Colombia después de ser acusado de alojar guerrilleros de las FARC y del ELN en su territorio, denunció que «Uribe se quiere ir destruyendo todo porque ha fracasado como presidente». «Quiere darle una patada a la mesa antes de irse», añadió.
«Esperemos que el presidente electo [Santos] contribuya a que se retome el camino de la razón en Colombia y que contribuya a que no ocurran cosas más graves en los próximos días», concluyó Chávez.
Insistencia
Lejos de reflexionar sobre su postura, Colombia siguió tensando la situación al plantear el fiscal general, Guillermo Mendoza, la posibilidad de denunciar a Venezuela ante la Corte Penal Internacional.
«Si ya logramos establecer eso [la supuesta presencia], y tenemos información de que las personas atacantes se refugian en Venezuela y las autoridades no hacen nada, y por el contrario los apoyan, [...] pudiéramos ya consolidar la denuncia ante la CPI», dijo y apuntó que incluso la Corte podría llegar hasta el jefe de Estado bolivariano.
Quito criticó el jueves el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) y su secretario general, José Miguel Insulza, en el conflicto entre Caracas y Bogotá, informó la agencia Europa Press.
Se da la circunstancia de que el escenario en que estallaron las hostilidades entre ambos estados fue una reunión extraordinaria de este organismo, en la que Colombia presentó evidencias que supuestamente probarían la presencia de guerrilleros en territorio venezolano.
Muchos estados miembros de la OEA, como Ecuador o la propia Venezuela, habían solicitado con anterioridad que el citado encuentro se retrasara o incluso no tuviera lugar.
El ministro ecuatoriano de Asuntos Exteriores, Ricardo Patiño, quien aseguró haber hablado con Insulza «hasta el día previo a la reunión» para evitar que ésta se se celebrara, criticó duramente al diplomático chileno, ya que «es su responsabilidad no haber tenido la capacidad política para prevenir esta consecuencia y para haber generado un proceso de diálogo previo».
Por su parte, Bolivia acusó a Colombia de ser «fiel representante de EEUU» en la región y generar la confrontación. GARA
Tanto la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) como los gobiernos brasileño y español se mostraron dispuestos a realizar labores de mediación entre Colombia y Venezuela.
