Del cielo al infierno con billete de vuelta y previo paso por el purgatorio. Así podría resumirse la trayectoria del italiano Ricardo Riccó, quien en el verano de 2008, cuando todavía no había cumplido los 25 años, estaba en boca de todos los aficionados. Tras ser segundo en el Giro -ganó dos etapas-, firmó dos victorias parciales en el Tour. Todo se vino abajo cuando dio positivo por Epo Cera.

Expulsado de la ronda gala, reconoció más tarde su falta y se aprestó a cumplir una sanción de dos años, posteriormente reducida a veinte meses. Regresó a las carreteras el pasado marzo, con el maillot del Ceramica Flaminia, conjunto de categoría continental pro.

Sus seis triunfos en estos meses -dos etapas y la general en la Vuelta a Austria, una etapa en el Trentino y dos en la Semana Lombarda-, le han abierto las puertas del Vacansoleil, un modesto conjunto holandés que tiene un claro proyecto de crecimiento. En esta línea, ha solicitado licencia UCI ProTour para la próxima campaña y ha fichado a otro corredor del caché de Stijn Devolder.

Con este contrato, que une a ambas partes hasta diciembre de 2012, Vacansoleil se garantiza un corredor que puede disputar victorias parciales e incluso la general en las grandes pruebas por etapas.

«El patrocinador y la dirección deportiva del equipo consideran que Riccardo Riccó, que ha sido castigado, merece una segunda oportunidad. Ha habido corredores que tras haber sido sancionados han contribuido a ofrecer una imagen más limpia del ciclismo. Riccardo va a formar parte de ese grupo», afirmaba ayer el mánager del Vacansoleil, Daan Luijkx. El debut con su nuevo maillot podría llegar este mismo domingo, en el GP de Plouay.