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Maite SOROA

Aplausos para un obispo

Los tratantes de ganado averiado saben bien que de lo que se trata es de enredar con palabrería al posible comprador. El editorialista de «El Correo Español» y «El Diario Vasco» conoce bien la técnica y ayer la puso en práctica para vender el nombramiento de Iceta como obispo de Bilbao.

Empezaba reconociendo que el impopular nombramiento tiene como objetivo «completar un movimiento que sitúa a la jerarquía católica en el País Vasco en línea con la posición mayoritaria de la Conferencia Episcopal». O sea, la fachenda fachendosa.

Luego buscaba arreglarlo un poco: «Los católicos de Vizcaya y de Euskadi representan una realidad diversa también en el modo en que hacen patente su fe. Una pluralidad que no puede reducirse, en cualquier caso, a las discrepancias y los entusiasmos que había suscitado la previsible designación de Iceta como sucesor de Blázquez». Pero por si acaso se imponen los minoritarios entusiastas a la inmensa mayoría discrepante.

Para justificar la imposición, el editorialista sentencia que está bien que piensen los creyentes y que tengan criterio propio, «lo cual no impide que la Iglesia católica, como cualquier otra, establezca sus postulados doctrinales no como síntesis de la vivencia religiosa de sus fieles, sino como emanación de una fe de la que el Papa sería el intérprete último». Lo dice de forma complicada, pero viene a decir que manda el jefe y los demás chitón.

Como de lo que se trata es de justificar la chapuza, el escribiente de Vocento niega el hecho vasco: «sería excesivo presumir la existencia de una Iglesia genuinamente vasca distinta e incluso opuesta a esa `Iglesia particular' que hace suya el obispo Iceta».

Así la cosas, a quién le va a extrañar que el ultraderechista «La Razón» -con fotografía del interfecto posando sonriente con su periódico- sentenciara que «Es el prelado más adecuado para sustituir a monseñor Blázquez y con su elección el Papa profundiza en la renovación de la Iglesia vasca, tanto más necesaria tras la etapa de infausta memoria protagonizada por el obispo Setién». Las obsesiones de ambos son parecidas, pero el de «La Razón» reconoce que existe la «Iglesia vasca». A mí ni me va ni me viene, pero por comentar...

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