Un tren especial que sirve de medio de transporte a Kim Jong-Il y a su comitiva cruzó ayer la frontera a la altura de la localidad de Manpo evitando una zona afectada por las recientes inundaciones.

Residentes de la ciudad de Jilin -donde el líder norcoreano estudió de niño- y de Jian confirmaron la presencia de una importante delegación norcoreana. Fuentes de Exteriores de Seúl aseguraron que su hijo, Kim Jong Un, iría en la comitiva, extremo que no fue confirmado por la presidencia surcoreana.

En mayo, el presidente Kim efectuó un viaje de cinco días a China durante el que fue recibido por su homólogo chino, Hu Jintao.

Este viaje coincide con crecientes especulaciones sobre su sucesión y en vísperas de una importante reunión de delegados del Partido de los Trabajadores (comunista) en setiembre, la tercera de este tipo desde la creación del Estado en 1948.

Siguiendo esos rumores, el congreso podría designar a Kim Jong-Un como sucesor de su padre, quien sufrió un ataque cerebral en agosto de 2008.

Sinólogos y autoproclamados especialistas en Corea del Norte auguran ya que el líder de Pyongyang buscaría, con su visita, la bendición de Pekín a la nominación de su sucesor.

No falta quien sitúa esta visita en el marco de la negociación de ayudas económicas chinas vitales para Corea del Norte.

Finalmente, sigue latente la cuestión de la desnuclearización de la península coreana, affaire en el que China ha asumido un papel mediador.

Tanto Pekín como Pyongyang guardaron silencio oficial sobre la visita aunque el enviado chino en las conversaciones nucleares, de visita en Seúl, señaló que «China y Corea del Norte intercambian visitas a menudo».