María Galiana se encuentra estos días en Bilbo, ciudad que conoce bien -su nuera es de Basauri y su nieta nació en Bizkaia, según nos relató-, donde actúa, junto a Berta Ojea, en «Fugadas».

La obra narra la historia de dos mujeres de edad adulta que se encuentran en la carretera -«es una road movie», dijo en la presentación Berta Ojea-, donde pretenden hacer auto-stop. ¿De qué huyen? Ojea, que interpreta el papel de una ama de casa, escapa de su vida anulada, dedicada en cuerpo y alma a su casa y al cuidado de su marido y de su hija. ¿Y Galiana? «Interpreto a una mujer mayor que enviuda y a la que su hijo convence para ingresar en un asilo». Lugar del que huye nada más conocerlo. «Es una mujer que ha vivido la vida, ha tenido amantes y ha hecho lo que ha querido», y quiere seguir haciéndolo.

Galiana aporta a su papel «optimismo y energía, pues no soy nada depresiva. Aporto mi amor por la vida». Y en contrapartida, «el papel me ha aportado a mí curiosamente algo que no me esperaba, el reencuentro con una María Galiana que de pequeña era, por lo visto, muy graciosa»; pues la obra es una comedia muy divertida.

«Nunca había vuelto a sacar ese especial descaro que hace falta para hacer reír. Me ha costado mucho trabajo conseguir mi personaje, lo buscaba y no tenía claro cómo podría encontrarlo. Ahora, sin embargo, le voy sacando las aristas y no me da la vergüenza que me daba al principio. Me daba mucho pudor hacer comedia».

Tras casi 150 representaciones, Galiana se encuentra actualmente cómoda en su papel, pero reconoce que, en su propia vida, le costaría encontrarse huyendo como su personaje. «Soy `cobardica', o será que he encontrado la manera de vivir que me gusta».

Según la sevillana, a la que le encanta viajar, tras su jubilación y haber enviudado, la interpretación le ha compensado muchísimo. Y «Fugadas» es para ella una gran maratón -más de hora y media sin dejar ni un minuto la escena-. «Hacer la función cuesta mucho trabajo».

Labor docente

Tras actuar tanto en teatro como en cine y en televisión, «son cosas distintas», aclara. «En la televisión me encuentro cómoda, el teatro me satisface mucho y me encuentro bien, y en el cine, me encuentro con más dificultad, me da más miedo y tiene más riesgo, pero me gusta más. Me encantaría hacer una película con un buen papel».

En su trabajo, considera que no se ha desilusionado en ningún momento; «no he perdido el acicate y siempre he tenido, más o menos, la sensación del calor del público».

Respecto a su labor como profesora -impartía Historia del Arte-, que le ocupó 40 años de su vida, «ha sido la etapa clave de mi vida» recuerda con cariño. «Lo que más me ha gustado en el mundo ha sido dar clase y el instituto ha sido mi refugio. Le debo mi vida».