GARA > Idatzia > Kirolak> Futbola

El Real Madrid no logra acabar con la maldición en el eje de la zaga

En las últimas tres décadas, el Real Madrid ha contratado a infinidad de futbolistas para intentar terminar con sus carencias en el centro de la zaga. Un despilfarro económico de primer orden que apenas ha ofrecido resultados deportivos.

p035_f01.jpg

Beñat ZARRABEITIA I

En 1982 el fútbol cambiaba a un ritmo vertiginoso. Los marcadores luminosos, reformas en los estadios, publicidad en vallas y camisetas. El Real Madrid fue el primer equipo del Estado español en introducir un patrocinador en su zamarra. En el verde, siguiendo con la tendencia iniciada al contratar a Stielike, apostó por un central holandés llamado Johnny Metgod. Internacional con la oranje, alto y con una marcada alopecia, había triunfado en el AZ. Jugó 49 partidos en dos campañas y puso rumbo al Nottingham Forest sin triunfar.

La misma temporada del aterrizaje de Metgod, los merengues se hicieron con Juan José. Apodado Sandokán y protagonista de la prensa rosa de la época debido a su romance con una folclórica, el ex jugador del Cádiz fue una celebridad en su momento. Su momento más recordado en la casa blanca es el golpe que se pegó contra un poste tras ser regateado por Maradona prácticamente en la línea de gol. Hoy, alejado de los focos, trabaja en el Puerto de San Fernando. Junto a él llegó un prometedor central del Elche llamado Paco Bonet. Aguantó cuatro temporadas antes de marcharse al Mallorca sin pena ni gloria. En los últimos años se ha dedicado a la política formando parte de las listas del PP en Elche.

Para cuando Antonio Maceda firmó por el Madrid ya era un fijo de la selección española y un joven Manolo Sanchís ya había debutado con el primer equipo blanco. Maceda disputó una campaña a buen nivel y apenas pudo contar en sus últimos tres años de contrato debido a una lesión que se produjo en el Mundial de México. El siguiente fue Mino. Procedente, al igual que Maceda, del Sporting, tras dos años sin apenas oportunidades también salió de la entidad merengue por la puerta trasera.

El carrusel continuaba y en el verano de 1987 al Bernabéu llegó Miguel Tendillo. Cumplió una primera campaña brillante y pasó seis años en el club de Concha Espina. Un año después, los blancos ficharon a Esteban, también desde Gijón, para actuar como comodín en la zaga. Apenas tuvo continuidad durante una temporada.

Con la llegada de John Toshack al banquillo merengue, el galés se encontró el refuerzo del argentino Óscar Ruggeri para el centro de la zaga. El Cabezón cumplió, pero una lesión en el Mundial de Italia impidió su vuelta a Madrid. Su sustituto destacó en el torneo transalpino. Se trataba de Predrag Spasic, central yugoslavo que destacó por su marcaje a Butragueño en octavos. Con un físico muy característico, el serbio tampoco triunfó. Su acción más recordada, un bonito autogol de cabeza en el Camp Nou.

Al presidente Mendoza parecían seguirle gustando los defensas extranjeros y, tras mandar a Spasic a Osasuna, contrató al brasileño Rocha. Un buen central pero que permanece en la memoria colectiva por sus errores en la primera Liga perdida por los blancos en Tenerife.

El Athletic, un buen caladero

Rafa Alkorta fue la solución a los problemas en el eje de la zaga blanca. Abandonó el Athletic en contra de su voluntad y ofreció un alto rendimiento con Floro y Capello. Valdano, por el contrario, no contó con él y Arsenio Iglesias apostó por los canteranos García Calvo y Fernando Sanz. Ambos salieron del Madrid sin ser nunca titulares.

Tras el retorno del de Indautxu a San Mamés, el Madrid volvió a mirar a Euskal Herria para reforzar su zaga. El elegido fue Aitor Karanka, sobrio central zurdo avalado por Heynckes. Sus primeras temporadas estuvieron marcadas por las lesiones, antes de asentarse con Del Bosque. Así, los blancos siguieron con su carrusel de centrales. Iván Campo fue el siguiente, criticado duramente por la prensa. El joven brasileño Julio César no cumplió las expectativas apuntadas en Valladolid y acabó cedido en el Milan o la Real. Sí que lo hizo Iván Helguera, apuesta de Toshack para su segunda etapa y que ofreció un gran rendimiento.

Fernando Hierro ya había retrasado su posición al eje, Sanchis era un veterano, Helguera podía adaptarse a cualquier posición y Karanka no renovaba. En esa tesitura, Del Bosque dio la oportunidad a Paco Pavón, abriendo así la era de «los zidanes y los pavones». Es decir, fichajes multimillonarios apoyados por jóvenes de la cantera. Una fórmula que no cuajó en la primera etapa de Florentino Pérez.

En 2004 llegaba Jonathan Woodgate, central de prestigio tras su paso por el Leeds e internacional por Inglaterra. Pasó su primera campaña en blanco por una lesión y en la segunda únicamente disputó nueve choques. Costó 22 millones de euros, tres menos que Walter Samuel. El argentino jugó 30 partidos, pero su lentitud le condenó.

Inmerso en la locura del gasto, Pérez invirtió más de 27 kilos en Sergio Ramos. Una apuesta para el futuro de la zaga que se ha acabado asentando en el lateral. Tras la victoria de Ramón Calderón en las elecciones de 2006, los blancos ataron a Cannavaro, controvertido Balón de Oro en 2006. No solucionó los problemas y un año más tarde firmaron a Heinze y Metzelder, volviendo a ser la falta de velocidad su mayor lastre.

Pepe -el central de los 30 millones-, Ezequiel Garay y Albiol han sido los últimos intentos para cerrar la maldición del central blanco sin demasiada fortuna. Y Ricardo Carvalho, un veterano de 33 años, es el siguiente en una larga lista en la que la mayoría no ha podido con la presión.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo