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«El vestuario de la Real es distinto y eso se nota en la competición»

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Juanma LILLO

Entrenador del Almería

Está en el Almería, equipo que el lunes será rival de la Real, y habla en primera persona del club blanquiazul al que dirigió en el final de la temporada 2007-08 y en toda la 2008-09. Transmite que sólo la compra de partidos le impidió ascender y la alegría por lograrlo el año pasado. Rechaza los argumentos utilizados para justificar el cambio técnico y subraya que la clave del ascenso está en el vestuario realista.

Joseba ITURRIA I

La Real se entrenó ayer a puerta cerrada con Llorente todavía sin poder ejercitarse con el grupo para visitar al Almería de un Juanma Lillo que sabe como pocos la clave de esta Real.

¿Qué es lo que destacaría de la Real que recibirá el lunes?

Lo que siempre le ha caracterizado, el grado de compromiso colectivo, el grado de sufrimiento compartido que llega a tener ese equipo. Ese vestuario que lo convierte en un vestuario distinto que se nota a la hora de competir muy por encima de quien lo dirija en cada momento, incluido yo. Entonces hasta sentaba mal que hablaba bien del vestuario. Como habían ido mal las cosas, no podía decir que no se podía pitar a Aranburu. Decían que parecía un aita, pero Coleman decía lo mismo y ahora se dice lo mismo. Pero ahora, como las cosas han salido bien, se puede decir eso, pero hay que decirlo cuando las cosas van mal, si es verdad. Y ése es el estilo y la idea de Real como lo fue en el equipo de Arkonada; Zelaieta, Gorriz, Kortabarria, Olaizola; Diego, Alonso, Zamora; Idigoras, Satrustegi y López Ufarte. Eso va a estar siempre latente. Ojalá no lo perdamos nunca. Hay cinco o seis futbolistas que han vivido las cosas jodidas y siguen siendo los guardianes de esos valores y, mientras siga eso y haya generaciones que sean guardianes de esos valores, la Real tendrá vigencia. Luego podemos hablar de matices técnicos o tácticos, pero éstos no son lo importante.

¿Ese espíritu colectivo permitió ganar el partido ante el Villarreal?

Y eso que jugó contra un equipo con secuencias de pase más largas y la Real no tuvo problemas para estar juntos. Es bueno tener un público que en estos momentos esté a favor, que no exija que mandes. Y si eso acaba con 0-1, habrían aparecido los de siempre y eso no vale. La Real demostró ese gran compromiso colectivo para imponerse a un rival que sabe lo que hace con la pelota.

¿Y cuál es la clave del Almería?

Espero que el equipo se parezca al del año pasado, que durante trece jornadas el Real Madrid sacó un punto más y el Barcelona dos. En el tiempo que estuve fuimos los sextos que más puntos sacamos.

¿Esos resultados han terminado de reivindicarle como buen técnico como destacan los jugadores?

Los resultados podían haber ido mal y sería igual de bueno o malo. Que lo digan los jugadores es grato y además viniendo de los vascos, que nos cuesta mostrar nuestros sentimientos no sea que parezca que hacemos la pelota, todavía más. Como me he familiarizado con eso, terminas restando valor a algo que lo tiene. No hay nada más grato que los jugadores, incluso los que no han jugado, hablen de la capacidad de uno y algunos con carreras amplias y con títulos como Pep, Makaay, Jokanovic... El único termómetro para un entrenador son los jugadores, son los que saben qué hay dentro. Y no hablan así por el trato, porque saben que si me permito dar una caricia es porque les puedo pegar un palo.

¿Piensa que algún día puede volver a entrenar la Real?

Sí, porque he salido bien de ahí. Llegué peor de como he salido, con un prejuicio más latente. Porque salí por lo que salí, pero entonces era cuando me he sentido más cercano a la gente.

Pero salió muy dolido porque le dijeron que contaban con usted y...

Eso le dolería a cualquiera en cualquier ámbito de la vida. Que te digan que contamos contigo y luego donde dije digo... O que no te digan nada, pero no le quiero dar más vueltas a esto. Le quiero echar una mano a la Real, que es lo importante, no yo.

¿Qué piensa cuando se destaca el cambio en el plano físico?

Si sacamos más puntos en la segunda vuelta que ellos... Es un debate absurdo. Me pongo a debatir sobre cuestiones fisiológicas cuando quieran. Buscan atribuir cosas para justificar que en momentos determinantes hubo decisiones arbitrales, lesiones que no eran musculares, con una plantilla corta... Y aún así fueron cosas de otra índole las que no nos permitieron crecer. Porque los demás no paraban de ganar. No salió y que más hubiera querido yo, y no por mí. Y pese a todo, estaba la oferta de renovar sobre la mesa, con afirmaciones de que era la piedra angular del proyecto. Eso sería por lo que hice no por quedar bien.

Decía Aranburu que le valoraban que tuvo que trabajar en unas condiciones muy difíciles...

Pues sí y, pese a todo lo que nos pasó, de todas las lesiones de larga duración, me gustaría saber qué hubiera pasado si el señor Bernabé nos deja ser segundos después de aquel partido con el Zaragoza. Y estos chicos que no paraban de sufrir y siempre había un problema... Y ganamos cuatro de cuatro y no recortamos ningún punto. Eso no es normal...

¿La Segunda está podrida con equipos que se dejan ganar?

Llegas a las últimas jornadas y sabes que hay muchas historias año tras año que no se esclarecen y eso da mucha pena. Porque hablamos de los dos minutos de Vitoria, pero aún perdiendo ese partido teníamos que haber ascendido. Podíamos perder otros dos, porque algún equipo sacó muy pocos puntos de verdad y no debíamos haber pasado otros dos años en Segunda División.

¿Cómo vivió la temporada del ascenso de la Real?

Nos pusimos tan pronto tan arriba que nos pasamos todo el año esperando que se consumara, como si fuera un hecho. En esa espera me pasé todo el año. Espera grata, porque veía que semana a semana se iba confirmando lo que al final fue una alegría.

Habla de la Real en primera persona del plural pese a estar en Almería...

Sí, pero por lo afectivo, no por querer robar nada a nadie, ni por apoderarme de nada. El tema es que en este proceso de haber estado anecdóticamente en Segunda estos tres años podemos decir que volvemos a Primera y ojalá pasen otros 41 años hasta que vuelva a ocurrir. Inevitablemente tenía la cabeza girada para vivir este momento de felicidad desde la distancia, porque nadie nos puede robar el placer por conseguirlo. Me da pena por Gaizka Garitano, Gorka Larrea, Gerardo..., gente a la que les tocó vivir el descenso y no han podido vivir el ascenso para resarcirse como otros. Porque yo me comí lo de Vitoria y emocionalmente fue muy fuerte, pues imagínate los que se comieron eso y el descenso. Me habría gustado que a ellos les hubiera tocado el ascenso.

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