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ZINEMALDIA

Diego Luna, John Malkovich y «Abel» llenaron el cubo pequeño

«Abel», el primer largometraje de ficción del joven mexicano Diego Luna, fue el encargado de inaugurar ayer la sección de Horizontes Latinos. Precedido por su éxito tanto en México como en los Festivales de Cannes y Sundance, el cubo pequeño del Kursaal lleno hasta la bandera aplaudió durante varios minutos tanto al director como al productor ejecutivo John Malkovich, quienes se mostraron muy emocionados y agradecidos por la recepción.

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Ane ARRUTI | DONOSTIA

El hasta ahora conocido por su trabajo como actor en películas como «Y tu mamá también», «Soldados de Salamina» o «Mi nombre es Harvey Milk», se ha pasado al otro lado de la cámara y ha alcanzado la madurez con similar rapidez al del niño protagonista de su película. Diego Luna (México DF, 1979) batió el récord de taquilla de su país el primer fin de semana de su estreno, con una recaudación de casi 3 millones de pesos (189.316 euros). Ha participado en Sundance-Internacional Premieres y en una Sesión Especial de la Sección Oficial de Cannes.

Con la sonrisa permanente que le caracteriza, Luna inauguró ayer la sección Horizontes Latinos y presentó la película junto al productor ejecutivo John Malkovich. El director, bromista y cercano, encandiló al público con su ironía. «Estamos muy nerviosos -apuntó-, es la vigesimoquinta vez que vemos la película». Eso sí, apuntó que era la primera vez que Malkovich acudía a una sala, con el peligro de «ver los fallos» que puede acarrear ello.

El estadounidense, también sonriente, se mostró más formal. «Hablo en nombre de todo el equipo, de todos los que no han podido asistir por razones de agenda», y nombró a varios miembros del equipo, entre ellos, el viejo compañero de fátigas de Luna y con quien Malkovich ha compartido las tareas de producción, Gael García Bernal.

La responsabilidad de la mujer

«Abel» cuenta la historia de un niño de nueve años (Christopher Ruiz-Esparza) que, por su negativa a hablar, ingresa en un centro de salud mental. Su madre, abandonada por su marido, cría sola a los otros dos hermanos de Abel, y está convencida de que volver a casa le hará mejorar, por lo que convence al médico para ello. El niño vuelve a hablar y empieza a actuar como si fuera el cabeza de familia.

«Hemos entregado la responsabilidad de la educación de nuestros hijos a las mujeres», relataba Luna en una entrevista a Efe. Es la «idea de que si tú provees y llevas el dinero a la casa estás cumpliendo. Los padres se han desentendido y de eso quería hablar». En México «hemos aceptado incluso que está bien mientras un padre les dé una casa y comida; todo lo demás lo puede proveer la madre. Pero luego salgo y me doy cuenta de que eso pasa también en otros países», añadió.

El mexicano confesó que, tras tener a su primer hijo, se obsesionó con la imagen de «un niño que transita entre ser adulto y niño». Para conseguir la naturalidad en la interpretación, Ruiz-Esparza nunca supo la historia. «Le decía día a día lo que tenía que hacer. Filmamos en orden y así nunca tuvo que recurrir a la imaginación o a la memoria para ver de dónde venía».

La película se estrenará a principios de octubre en las salas del Estado español.

NATURALIDAD

El actor Christopher Ruiz-Esparza no conoció la historia hasta el final de la película. Luna quiso así conseguir «la reacción natural de un niño. Filmamos en orden y así nunca tuvo que recurrir a la imaginación o a la memoria para ver de dónde venía», señaló.

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