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La guitarra más emergente del rock-blues pertenece al neoyorquino Joe Bonamassa

Joe Bonamassa acaba de cumplir treinta y tres años. Sin embargo, en el último lustro su despegue ha sido tan meteórico que ya es uno de los grandes del género. Un músico que crece en todas las dimensiones.

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Ixai BARRENETXEA | BILBO

Joe Bonamassa comenzó tocando la guitarra a la edad de cuatro años y, con siete, ya tocaba blues como un veterano. Su padre fue, además de guitarrista, comerciante de guitarras, así que las guitarras estaban siempre alrededor de la casa como parte de su vida. «Pululaban por ahí como sillas o mesas, así que cada día las sentía como algo cotidiano en mi vida», apunta.

A los diez años, Joe comenzó a dar conciertos locales y a los doce se convirtió en el telonero de B.B. King. La leyenda del blues declaró después de escuchar a Joe: «El potencial de este chico es increíble». Después de esto Joe comenzó a ser conocido y respetado en el mundo del blues, llegando a tocar con gente de la talla de Buddy Guy, Danny Gatton, Robert Cray o Stephen Stills.

Todavía en su etapa de adolescente, Joe conoció a Berry Oakley Jr. y juntos formaron una banda que se llamó Bloodline. Grabaron para EMI Records su homónimo álbum debut, que contó con dos canciones propicias para las listas de éxitos «Stone cold hearted» y «Dixie peach», temas que mezclaban blues, boggie, funk y el southern rock. Tras este inicial éxito, Bloodline desapareció. Joe sentía la necesidad de hacer algo más que tocar la guitarra, así que comenzó a mejorar sus dotes como cantante.

En el año 2000, Joe acabó de trabajar en su debut como artista en solitario, «A new day yesterday», donde desplegó todo su potencial vocal y cuyas aptitudes no pasaron desapercibidas para artistas tan grandes como como Gregg Llaman, Rick Derringer o Leslie West. El productor del álbum fue el legendario Tom Dowd, el cual, durante más de los veinticinco años de carrera que llevaba en ese momento dentro del mundo de la música, había formado parte de trabajos de artistas tan importantes como Aretha Franklin, Ray Charles, Eric Clapton, Rod Steward, John Coltrane y Ornette Coleman entre otros. Dowd rápidamente se convirtió en fan y amigo de Joe.

En los primeros discos del neoyorquino se percibían claramente los fraseos y sonoridad de clásicos como B.B.King, Albert Collins, John Lee Hooker, Buddy Guy, Elmore James, T-Bone Walker, Freddie King, Robert Johnson y toda la invasión británica de blues con Jeff Beck y Erick Clapton a la cabeza.

Más abierto

En la actualidad Bonamassa, de treinta y tres años, sostiene que es un músico de rock influido por el blues, cuando en sus primeros discos el blues prevalecía con descaro. En su actual disco, «Black rock», publicado en marzo y directo al número uno de las listas de blues de la revista «Billboard», se percibe claramente a B.B. King, pero también a un Bonamassa cargado de blues-rock británico e, incluso, de nuevos ritmos y arreglos, como en la singular «Quarryman's lament», una balada implacable que resulta extremadamente evocativa y folclórica. La distancia con el blues vuelve a precisarse con «Bird on a wire», soberbia balada campera camuflada entre un fino arreglo de viento. El halo de Jimmy Page corre por dos pistas y luego, más blues.

Crece, y mucho, Bonamassa, en «Black rock», pero aún se dilatan más sus pretensiones al formar parte de Black Country Communion, con Glenn Hughes, Jason Bonham, Derek Sherinian, y ya con su primer disco en el mercado.

Ficha

Lugar: Arteria Teatro Campos (Bilbo).

Fecha: Lunes 4 de octubre.

Hora: 20.15.

Precio de la entrada:

Desde 21 a 36 euros.

Estilo: Blues-rock.

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