Estaba previsto que miles de lectores se acercasen ayer a las librerías de una veintena de países con motivo de la publicación del último libro de Nelson Mandela, titulado «Conversaciones conmigo mismo», que recoge documentos personales e íntimos del primer presidente negro de Sudáfrica.

«Los libros se ponen a la venta hoy en todo el mundo (...) en inglés», dijo la Mandela Foundation, que con este título pretende dar a conocer al hombre que hay tras el mito. Los editores prevén que se venderán cerca de medio millón de copias de este libro, lanzado en veinte idiomas y 22 países, entre ellos el Estado francés, Alemania, Italia y los Países Bajos (en castellano lo publica Planeta).

«Este será sin duda el libro del año. Es la segunda parte de la autobiografía de Mandela `Un largo camino hacia la libertad'», predijo ayer John Fawcett-Peck, gerente de una de las librerías Exclusive Books de Johannesburgo. Se reconoció, eso sí, «un poco decepcionado» por el puñado de clientes, en su mayoría blancos, que esperaban ayer por la mañana a que abriese su tienda para adquirir el libro. En el lanzamiento de «A Long Walk to Freedom» (1995), Nelson Mandela acudió en persona a esta librería de Hyde Park, lo que propició que se vendieran mil ejemplares el primer día, explicó el librero. «Desgraciadamente, Madiba (el nombre del clan de Nelson Mandela) no puede estar hoy aquí, porque no está muy bien de salud».

A sus 92 años y muy débil, el Nobel de la Paz hace muy pocas apariciones en público desde que se retiró en 2004.

En Johannesburgo, el escritor James Hendry fue de los primeros en comprar «Conversaciones conmigo mismo». «Se trata de una recopilación muy importante de sus escritos, que no habíamos visto desde hace mucho tiempo», dijo entusiasmado.

Un hombre, no un santo

Con un prólogo escrito por el presidente Barack Obama, este libro recoge conversaciones grabadas, cartas y notas escritas durante décadas por el hombre que se convirtió, después de años de lucha contra el régimen del apartheid, en el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999).

«Conversaciones conmigo mismo» contiene una amplia gama de reflexiones de Mandela en las diferentes etapas de su vida: su apasionado amor por su segunda esposa, Winnie, la abundancia de los 50 en Johannesburgo, las tres décadas que pasó tras las rejas o su presidencia. A través de estas cartas, diarios y entrevistas -seleccionados por personas ajenas a él, pero no retocados- se refleja un esfuerzo por rectificar la «falsa imagen» de sí mismo que «sin querer» había proyectado al mundo: la de un santo. «Nunca lo he sido, incluso si uno se refiere a la definición de que un santo es un pecador que está tratando de mejorarse», escribió Madiba.