EEUU se prepara para una nueva filtración masiva de Wikileaks, esta vez de Irak
Las luces rojas se han vuelto a encender en el Pentágono en previsión de que Wikileaks proceda a filtrar cientos de miles de documentos secretos, esta vez sobre la invasión y la ocupación de Irak. El Gobierno estadounidense ha encargado a especialistas que peinen sus archivos para anticiparse a las potenciales consecuencias de la filtración. Mientras, sigue moviendo sus hilos para desactivar un sitio de internet que destapó en julio parte de sus desmanes en Afganistán.
Olivia HAMPTON (AFP) |
El Pentágono ha movilizado a 120 especialistas para evaluar las posibles consecuencias de la difusión de alrededor de 400.000 documentos confidenciales sobre la invasión y ocupación de Irak por parte de Wikileaks, cuya publicación se anuncia para mañana mismo.
Anticipándose a la «fuga», un equipo de expertos peina desde hace semanas los archivos militares para estimar «el posible impacto» de su difusión, anunció el coronel David Lapan, portavoz del Pentágono.
El Departamento de Defensa de EEUU teme que los documentos contengan información sobre ataques contra los ocupantes, contra las fuerzas colaboracionistas nativas, los civiles o las ifraestructuras del país.
Los documentos provienen de una base de datos situada en Irak y que contenía «importantes actas e informes realizados por las unidades sobre el terreno, análisis tácticos y cuestiones de ese estilo», señaló el portavoz, que añadió que no saben la cantidad exacta de documentos que podrían ser publicados.
El coronel Lapan instó a Wikileaks a devolver los documentos a su «legítimo propietario», el Ejército estadounidense. «No creemos que Wikileaks y otros grupos parecidos tengan la experiencia necesaria. No es suficiente con no publicar los nombres (que podrían comprometer la seguridad de los soldados o colaboradores del Ejército estadounidense). Hay elementos en esos documentos más allá de los nombres que se ponen potencialmente en riesgo». añadió el portavoz del Pentágono.
La filtración afgana
La web Wikileaks, inaugurada en 2006, se hizo famosa al difundir a finales de julio 77.000 documentos secretos y detallados sobre la guerra contra Afganistán, lo que provocó la furia del Pentágono. Otros 15.000 documentos de ese paquete deberían ser publicados próximamente.
Para la difusión de los documentos sobre Irak, Wikileaks se apoyaría en los mismos medios que en la anterior filtración: «The New York Times», «The Guardian» y «Der Spiegel», diarios que difundirían la filtración de modo simultáneo, según afirma la revista Newsweek. La difusión en julio de archivos del Pentágono sobre Afganistán generó una tempestad mediática y provocó la ira de la Administración Obama. Aquellos documentos arrojaron luz sobre aspectos cruentos de la guerra, con revelaciones sobre las víctimas civiles y los supuestos lazos entre Pakistán y la resistencia.
Wikileaks nunca ha revelado sus fuentes pero las sospechas recaen en el soldado Bradley Manning, actualmente detenido en una prisión militar de EEUU.
El joven fue detenido en mayo tras la filtración, también a través de Wikileaks, de un bombardeo estadounidense contra civiles en Irak. Ha sido acusao de transmitir informaciones militares a fuentes no autorizadas.
Desde hace tiempo, Wikileaks sufre dificultades. Su fundador, Julian Assange, ha sido objeto de una catarata de acusaciones por agresión sexual en Suecia. Y fuentes de la web han asegurado al diario «The Guardian» que proveedores de internet han dejado de colaborar con la firma digital desde agosto, tras la publicación de los informes sobre la agresión a Afganistán.
El sitio de internet está en «paro programado» desde el 29 de setiembre, pero prometer volver lo antes posible.
La Comisión Consultiva de documentos Secretos de la Defensa Nacional francesa (CCSDN) ha emitido un dictamente favorable a la desclasificación de documentos reclamados por jueces parisienses que investigan la muerte en atentado del líder opositor marroquí Medhi Ben Barka en 1965.
Ben Barka, opositor al rey Hassan II, desapareció el 29 de octubre de 1965 en París en el transcurso de una operación llevada a cabo por los servicios secretos marroquíes con la complicidad de la Policía y de los servicios secretos franceses. El caso nunca ha sido aclarado y el cuerpo de Ben Barka sigue desaparecido.
El dictamen se refiere a parte de la documentación intervenida en verano pasado durante un registro en la sede de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE). Concretamente a 144 páginas de los archivo del Servicio de documentación exterior y de contraespionaje (Sdece), antecesor de la DGSE.
Estos archivos fueron requisados durante un registro entre el 29 de julio y el 3 de agosto ordenado por el juez Patrick Ramael en la sede parisiense de los servicios secretos. El registro fue un hito histórico en el Estado francés.
Entre los 23 dossieres incautados figuran documentos del mismísimo rey alauí y del general Mohamed Ufkir, del propio Ben Barka y de la correspondencia entre espías del Sdece y gente del hampa francesa que habría participado en el secuestro del opositor marroquí. La investigación del secuestro y muerte de Ben Barka es una página oscura para Rabat y París. Sus familiares denuncian falta de interés para aclarar el caso. GARA
