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El juez devuelve el veredicto del jurado sobre la muerte de Tafalla

El jurado popular que juzgó a María Pilar Marcos por la muerte de su marido, José Antonio Gil, continuará hoy su deliberación, después de que el magistrado que presidió la vista oral devolviera ayer el veredicto por entender que las respuestas al cuestionario habían sido incoherentes. El juez estuvo reunido varias horas con los nueve miembros del jurado popular, cuyo veredicto fallido no se hizo público.

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Iñaki VIGOR

A mediodía de ayer informaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa que el jurado popular iba a hacer público su veredicto a las cuatro de la tarde, pero a esa hora se comunicó que se posponía hasta las cinco y media porque el magistrado que presidió el juicio, Ricardo González, había devuelto el veredicto.

El motivo de esta devolución fue que las respuestas del jurado a las 34 preguntas planteadas sobre la culpabilidad o no de la acusada eran «contradictorias», según estimó el juez.

A las cinco y media se volvió a anunciar un nuevo retraso, en este caso hasta las ocho, y poco después se decidió, finalmente, que el jurado popular continúe su deliberación a las nueve de la mañana de hoy porque ayer no había podido llegar a una resolución definitiva.

El magistrado estuvo reunido toda la tarde de ayer con los miembros del jurado para explicarles las «incoherencias» de sus respuestas con el veredicto al que habían llegado, cuyo contenido no se dio a conocer.

Preguntas clave

El jurado popular, compuesto por ocho hombres y una mujer, ya había estado deliberando la tarde del lunes durante seis horas. Su trabajo consistía en responder a 34 preguntas que les había entregado el magistrado, el llamado «objeto del veredicto», para determinar la culpabilidad o inocencia de María Pilar Marcos.

Las preguntas clave de este cuestionario eran básicamente dos. En una de ellas había que responder si la acusada tuvo intención o no de matar a su marido, y en otra de ellas debían posicionarse sobre las tres variantes de los hechos juzgados: si fue homicidio con dolo eventual (no querer causar la muerte pero ser consciente de que con una acción determinar lo puede hacer); si fue homicidio imprudente, o si se trató de un accidente fortuito.

La fiscal sostuvo que el día 2 de noviembre de 2009 la acusada le clavó el cuchillo al marido con intención de matarle, por lo que pidió 11 años de cárcel por homicidio.

Por su parte, la defensa solicitó su absolución por entender que la muerte de José Antonio Gil, de 77 años, fue accidental. De forma alternativa, si María Pilar Marcos resultaba condenada por homicidio, pidió la absolución por haber actuado «en defensa propia» (o 18 meses de cárcel como mucho), y 6 meses en el caso de ser condenada por homicidio imprudente.

Las respuestas del jurado contrarias a la acusada requerían al menos 7 de los 9 votos, mientras que para las favorables eran suficientes 5 votos. Ayer por la mañana alcanzaron un veredicto y anunciaron que lo darían a conocer a los medios de comunicación, pero se encontraron con el rechazo del magistrado.

Sin límite de tiempo

Ricardo González no dio explicaciones concretas sobre su decisión, y se limitó a decir que las respuestas del jurado al cuestionario eran incongruentes con la conclusión a la que habían llegado.

A la vista de estas «contradicciones», y después de cuatro horas de reunión, se acordó que el jurado continúe la deliberación a primera hora de hoy, y se desconoce a qué hora concluirá.

La normativa vigente establece que puede continuar deliberando sin límite de tiempo, aunque se espera que hoy mismo emita un veredicto definitivo.

En el supuesto de que el magistrado rechace el veredicto del jurado en tres ocasiones, el juicio debería repetirse desde el principio.

«Contradicciones»

El magistrado que presidió el juicio considera que hay «contradicciones» en las respuestas del jurado popular, que continuará su deliberación a primera hora de hoy.

Ya ocurrió en el «crimen de Recoletas» y en el juicio de Angel Berrueta

La devolución del veredicto del jurado popular por parte del magistrado no es algo nuevo. Ya ocurrió en el año 1999 con el conocido como «crimen de Recoletas», en Iruñea, y hubo que repetir el juicio tres años más tarde.

También hubo devolución del acta del veredicto en el juicio por la muerte de Angel Berrueta en el barrio Donibane de Iruñea, muerte causada por un policía español y su hijo. En aquella ocasión el juez también apreció «contradicciones» en las respuestas del jurado, pero no se repitió el juicio y hubo sentencia condenatoria para los acusados.

El último gran juicio celebrado en Iruñea con jurado popular fue el de la muerte de Nagore Laffage, y no faltó la polémica. En este caso el juez no devolvió el veredicto, que avaló la versión del autor de la muerte de la joven de Irun -José Diego Yllanes- y dictaminó que se trató de un «homicidio» y no de un «asesinato», tal como pedía la familia. I. V.

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