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Crónica | XXII Villa de Bilbao

Riff Truckers gana el primer premio de Pop-Rock en el Villa de Bilbao

El pasado sábado Bilborock se deshizo en pedazos ante un ambiente de final nunca visto en sus veintidós años de marcha. Ganaron los gernikarras the riff truckers, unos truhanes del rock and roll, por delante de the yellow big machine y de mobydick.

Pablo CABEZA

Tocaban un solista –Mobydick–, una banda ruidosa –The Yellow Big Machine– y unos rockeros –The Riff Truckers–. Los tres de Bizkaia, por lo que cabía esperar un buen ambiente; no obstante, nadie imaginaba que las dos horas fueran a transcurrir con tanta efusividad y con un Bilborock petado.

Por primera vez llegaba a la final de Pop-Rock un solista,  Eneko Burzako, Mobydick. Lo suyo es para estar en estado de levitación, cuidando el paisaje y el medio ambiente. Es, de paso, como un Petti, el de Bera, pero con menos blues. Sin embargo, su media hora no iba a ser una misa, menos aún si media docena de chicas se disfrazan con barba para emular y apoyar con vehemencia al propio Eneko, así que entre un trago de patxaran “La Navarra”, que se sirvió el propio Eneko, y un grito desaforado de rabia y sentimientos contenidos tras un tema de impacto emocional, su peña –numerosa y más allá de las barbas postizas– estalló en vítores de apoyo y manos alzadas, al grito de ¡eh!, ¡eh!, ¡eh! Vamos, que un acústico jevi-transcendental, con un músico que interioriza magistralmente sus canciones y que las transmite con fuerza bruta y talento. Se quedó en el tercer peldaño, pero le vimos con claridad en el segundo. Asimismo Eneko se llevó el premio al Mejor Vocalista del Villa, que materialmente se traduce en una mesa de mezclas.

Tras la actuación de Mobydick las chicas barbudas se quitaron el disfraz para piropear a los componentes de Yellow Big Machine. El misterio se resuelve al conocer que todos se conocen: Leioa, la Uni... y que apuestan por los dos.

La impresión tomada mientras se producía el reparto de premios desde el escenario, con la solemnidad y el misterio de los sobres y todo eso, es que The Yellow Big Machine se daban por satisfechos con el segundo premio o, al menos, no exteriorizaron decepción, quizá, entre otros posibles motivos, porque entendieron honestamente que The Riff Truckers fueron los justos ganadores de la noche. Lo cierto es que al ser las tres formaciones de Bizkaia, y como explicó Eneko Burzako desde el escenario, se había creado un gran clima de camaradería entre todos, «un buen rollo» que para él era más importante que los premios, así que también es posible que todos se vieran potencialmente dispuestos a aplaudir cualquier decisión del jurado.

Siguiendo con este hilo, el propio guitarra de YBM, Pablo Moreno, pidió desde el escenario un gran aplauso para los ganadores, «estos que hacen toda esa mierda al estilo de los Allman Brothers Band, ¡The Riff Truckers!». Y allí que se fundieron en un abrazo los unos y los otros, el solista y los unos, al tiempo que los numerosos seguidores llevados por los de Gernika coreaban con estrépito el nombre de la banda ¡Truckers!, ¡Truckers!, ¡Truckers!, brazos en alto y con la sala sin tener al aire ni un milímetro de su base.

Merecidamente
Ganaron merecidamente los Truckers la final del Villa y lo hicieron, además, en una de las mejores y más floridas finales de toda la historia del concurso. No descubren nada, rock sureño, lo tocan en inglés y lo hablan en euskara. Podrían caer hacia el lado de la verbena rock a nada que se despistaran, pero no, el sonido de los Truckers huele a puro rock and roll sureño, sin desviaciones. Y su media hora fue la más coreada y aplaudida de toda la noche y el concurso. Un festín en el que el whisky volvió a correr entre el público siguiendo el guión de su himno “Johnny Whisky”. «Johnny Whisky en tu cabeza, Johnny Whisky en tu ciudad...».

El fiestón, más animado que la noche anterior con los metálicos, finalizó con los Truckers en escena reinterpretando “Johnny Whisky”, pero apoyados por todos los miembros del resto de formaciones. Mobydick hasta se calzó una guitarra real para ir cogiéndole el truco a la canción minuto a minuto. El resto, un poco de air guitar y baile festivo. Desmadre total arriba y lo propio entre el auditorio, un público que siguió fiel en su sitio hasta el último rumor.

Como ya es norma en el Villa, impecable organización, numerosas bandas alabando a ésta y ya, tan sólo a la espera de la rueda de prensa final donde se dará a conocer el resto de premios, aún numerosos.
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