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El Barça se sitúa líder

La manita del Camp Nou tapa la boca al locuaz Mourinho

El juego extraterrestre azulgrana trituró a un Real Madrid que sólo pudo correr detrás de fantasmas.

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BARCELONA 5

REAL MADRID 0

Natxo MATXIN

Cristiano Ronaldo lanzó el guante tras la goleada culé en Almería con aquel «a ver si nos meten ocho a nosotros», los azulgrana se lo recogieron y le dieron un sonoro bofetón al charlatán futbolista luso. Sólo el juego adornado con el que los locales quisieron obsequiar a la grada una vez decantado el choque evitó que el Real Madrid se fuera con un saco de goles.

Dos magníficos primeros cuartos de hora de ambas partes aplastaron a los merengues y, de paso, le taparon la boca al locuaz Mourinho, que hasta ayer nunca había perdido por un resultado tan abultado. Al técnico portugués le seguirá persiguiendo su maleficio en el Camp Nou -nunca ha ganado ahí-, pese a alardear en la previa de eliminar al Barcelona el año pasado en competición europea.

La aplastante posesión de la pelota blaugrana, la precisión con la que la manejaron en distancias cortas provocadas por el achique de espacios empleado por los merengues y la enorme pegada inicial -las tres primeras ocasiones fueron dos goles y un balón al palo- noquearon al Real Madrid, que fue relevado en la cabeza de la tabla por sus ejecutores. El juego extraterrestre del Barça aniquiló a un cuadro blanco, que a lo único que aspiró fue a desfondarse corriendo como un desesperado detrás de las sombras de Xavi, Iniesta, Busquets o Messi.

Ni siquiera en esta ocasión los perdedores pudieron asirse al pretexto de factores como el arbitraje. Ambas escuadras, por lo que había en juego, no le pusieron un partido nada sencillo a Iturralde, que acertó en las jugadas clave, con la única duda de un posible penalti de Valdés sobre Cristiano Ronaldo.

Messi ganó otra vez

En el plano individual y sin ser el mejor día de ninguno de los dos, Messi volvió a demostrar que es el número uno mundial, aunque les pese a algunos medios deportivos madrileños, empeñados en mantener un artificial debate. El argentino no anotó, pero dio dos asistencias de gol a Villa y fue cosido a faltas fruto de la debilidad visitante ante la inesperada avalancha que se les vino encima en el Camp Nou.

El estadio catalán vibró con la exhibición de su equipo y se cebó con el técnico rival, al que le «agasajaron» con el habitual «Mourinho, vete al teatro», además del improvisado coro «Mourinho, sal del banquillo». El luso no aceptó el reto y se parapetó en su guarida ante la que estaba cayendo.

La impotencia merengue se manifestó en toda su crudeza en la prolongación cuando Sergio Ramos le propinó una patada innecesaria a Messi, que derivó en una trifulca, cuyo primer capítulo ya había tenido lugar a la media hora de envite cuando Ronaldo empujó a Guardiola, tras esconderle éste la pelota en un saque de banda. Así, el denominado clásico tuvo de todo y, aunque la Liga no esté sentenciado ni mucho menos, el Barça dio un sonoro puñetazo encima de la mesa.

 

 

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