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La Eurocámara frena el recorte de derechos de los inmigrantes

Sorpresivamente, y gracias al desmarque de algunos liberales, el Parlamento Europeo echó ayer atrás la directiva presentada por la Comisión que pretendía recortar derechos laborales a los ciudadanos extracomunitarios en el marco de la creación de un permiso de trabajo único para toda la UE. El Partido Popular Europeo (PPE) mostró su malestar ante esta decisión.

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El Parlamento Europeo (PE) rechazó ayer, por sorpresa y con un resultado ajustado, la legislación que pretendía establecer el permiso de trabajo único para los inmigrantes extracomunitarios en toda la Unión Europea (UE), pero que había recibido críticas por suponer un recorte de los derechos de los trabajadores extranjeros.

El voto dividido de los liberales -que, en principio, habían acordado con el Partido Popular Europeo (PPE) dar el visto bueno a la propuesta de directiva- provocó un vuelco en el resultado: 350 votos en contra, 306 a favor y 25 abstenciones.

La llamada directiva sobre el «permiso único», presentada como una simplificación de los trámites de residencia y trabajo de los inmigrantes que entran en la UE por razones económicas, contaba con el rechazo del Partido Socialista Europeo (PSE), porque, en su opinión, no garantizaba en todos los casos que los trabajadores no comunitarios y los del interior de la UE tengan los mismos derechos en cuanto al acceso a la seguridad social o a la educación.

Esa falta de igualdad de trato plena y el hecho de que algunos inmigrantes queden fuera del ámbito de la aplicación de la directiva motivó críticas de varios grupos.

Aunque el texto decía expresamente que los inmigrantes procedentes de países que no forman pare de la UE deben ser considerados como comunitarios en materia de beneficios sociales, no incluía para el caso a los temporeros ni a los solicitantes de protección internacional.

Según la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, la propuesta elaborada por la Comisión Europea no contemplaba a estos colectivos, porque Bruselas ya ha presentado sendas iniciativas concretas para ellos.

«Se trata de dar valor y reconocimiento a la aportación de los inmigrantes a nuestros estados miembros», argumentó Malmström en el debate previo al voto.

Malestar del PPE

La ponente del informe sobre la directiva debatida ayer, Véronique Mathieu (UMP, PPE), lamentó el voto negativo y señaló que «una de las mejores formas de luchar contra la inmigración ilegal es desarrollar canales de inmigración legal equilibrados que satisfagan los mercados de trabajo de la UE».

Mathieu lamentó el rechazó del Parlamento, al considerar que echa por tierra diez años de negociaciones entre los gobiernos de la UE para alcanzar un acuerdo y criticó al PSE por «oponerse sistemáticamente a todos los textos que hacen avanzar los derechos de los trabajadores extranjeros».

En el bando contrario, el más crítico con la directiva propuesta por la CE fue Alejandro Cercas (PSOE, PSE), ponente en la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Europarlamento.

Cercas vaticinó en el debate previo a la votación que con el texto «habrá trabajadores low cost» y «se dinamitará el principio de igualdad» entre trabajadores de dentro y fuera de la UE.

La europarlamentaria Hèlene Flautre (Europe Écologie, Verdes-ALE) destacó que la propuesta de la Comisión, «defiende una visión fragmentada de la inmigración legal, en la que el valor de un trabajador inmigrante determinará que derechos se le reconocen».

La primera vez que la Comisión Europea presentó una directiva sobre el permiso único fue en 2001, pero tras no prosperar en el Consejo de Ministros fue retirada en 2006.

El texto que se debatió ayer fue presentado por el Ejecutivo comunitario en 2007 y para ser aprobado en esta ocasión necesitaba no solo el visto bueno de los gobiernos, sino también del Parlamento Europeo, en virtud del procedimiento de codecisión previsto por el Tratado de Lisboa en materia social.

Tras el fracaso de ayer, le tocará a la Comisión Europea decidir si modifica o renueva totalmente el texto para proponer una nueva directiva que regule y simplifique la inmigración calificada de ilegal en la UE.

Un millón de firmas para la iniciativa legislativa popular

Los ministros de Exteriores de la UE dieron ayer su visto bueno a la Iniciativa Europea Ciudadana, un nuevo instrumento previsto por el Tratado de Lisboa y que permitirá a los ciudadanos europeos promover propuestas legislativas si reúnen al menos un millón de firmas de apoyo, procedentes de un cuarto de los estados miembros y no de un tercio, como pedía Bruselas.

«El Tratado de Lisboa ha introducido una nueva dimensión de democracia participativa en paralelo a la de democracia representativa en la que se funda la UE con el objetivo de acercar a los ciudadanos la UE», aseguraron los Veintisiete en un comunicado. GARA

Anticomunismo

Bulgaria, Hungría, Letonia, Lituania, Rumanía y Chequia han propuesto a la Comisión Europea que apruebe legislación para penalizar «la negación de los crímenes cometidos por los comunistas».

Amplio respaldo a la euroorden por violencia machista

El Parlamento Europeo respaldó ayer por amplísima mayoría la euroorden de protección para las víctimas de delitos como la violencia machista, que permitirá a las mujeres conservar las medidas de amparo concedidas por la justicia de su estado aunque se desplacen a otro de la UE.

La iniciativa, impulsada por el Estado español durante su Presidencia el pasado semestre, recibió 610 votos a favor, trece en contra y 56 abstenciones.

A pesar del abrumador respaldo obtenido en la Eurocámara, la euroorden no ha conseguido hasta ahora la mayoría cualificada necesaria en el seno del Consejo de Ministros de la UE, la otra rama del legislativo europeo, donde están representados los 27 gobiernos, y tampoco tiene el visto bueno de la comisaria de Justicia, Viviane Reding.

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