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ANALISIS TRAS LA MANIFESTACIÓN DE BILBO

La realidad se impone aunque se subraye lo que no ocurrió

Es lógico que el relato de los hechos se presente en un contexto predeterminado y que ello dé lugar a distintas conclusiones, construidas en base a prejuicios particulares, sobre lo ocurrido en un lugar concreto en un momento determinado. De ahí a colocar «lo que no se oyó» encima de un mensaje atronador va un largo trecho. Nadie esperaba que en el acto de Bilbo se pidiera a ETA el fin de la lucha armada. Pero muchos medios decidieron crear «a posteriori» esa expectativa para tratar de ocultar las reivindicaciones que sí se escucharon

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Txisko FERNÁNDEZ

La manifestación que se desarrolló el sábado en Bilbo tenía un objetivo claro -activar a la sociedad en la defensa de los derechos de los presos políticos vascos- y unos convocantes concretos -la iniciativa Egin Dezagun Urratsa-. Y obtuvo una respuesta ciudadana contundente, 65.000 personas participaron en la marcha según el recuento de GARA.

Los dos primeros «detalles» fueron obviados, cuando no tergiversados, en sus ediciones impresas de ayer por muchos de los diarios que más espacio ocupan en los kioscos de Euskal Herria. La gran participación en la movilización no pudo ser ocultada pero, si nos atenemos a la relevancia que se dio a esa imagen del centro de Bilbo ocupado por la multitud, resulta evidente que algunos medios intentaron minimizarla.

Únicamente «Berria» optó por dedicar al tema tanto su principal titular -«Jendetza handi batek eskatu du Bilbon presoen eskubideak errespetatzeko»- como una gran fotografía en su primera página.

El resto, desde las cabeceras editadas en Madrid hasta las del Grupo Noticias pasando por las de Vocento, interpretaron el acto partiendo de prejuicios que chocaron con los hechos.

Esos medios desvirtuaron la convocatoria y coincidieron en presentarla como una demostración de fuerza. Así lo hacía en su portada «El Correo», que sobreimprimió la frase «La izquierda abertzale exhibe su fuerza» en la fotografía principal de su portada. El eje de su editorial -compartido con «El Diario Vasco», que incluyó en primera una pequeña imagen y un titular más aséptico: «Masiva manifestación en Bilbao en apoyo a los presos»- se puede resumir en esta frase: «La comprensión que amplios sectores de la sociedad vasca pueden sentir hacia el acercamiento de los presos o hacia cambios en la política penitenciaria no puede generar un clima de exoneración de los delitos cometidos y juzgados por los tribunales».

La portada de «Deia» daba a la manifestación un tratamiento similar a la de «El Diario Vasco», aunque la fotografía principal estaba dedicada al Athletic, en lugar de a la Real, y el titular principal era para la entrevista a Iñigo Urkullu -«La sociedad vasca no le debe nada a ETA, es ese mundo el que nos debe la paz»-.

Pese a ello, «Deia» sí eligió el tema para editorializar con el título «Muestra de fortaleza y de debilidad». El texto arrancaba señalando que «Los firmantes de la Declaración de Gernika, pero fundamentalmente la izquierda abertzale, reunieron ayer a decenas de miles de personas...». «Nadie duda -añadía- que la política de dispersión es un elemento de sufrimiento añadido para los presos y sus familiares y que supone un rebosamiento injustificado (...) por parte de un Estado de derecho en la conculcación de los derechos humanos, en este caso de las personas privadas de libertad». Afirmaba que esta marcha tenía «un plus añadido, a la espera de que los convocantes, ante el silencio de la organización armada, pudieran lanzar un mensaje para que haga público el fin definitivo de la violencia». Y, como sus expectativas no se cumplieron, concluía que «fue una muestra de fortaleza por el probado poder de convocatoria pero también de debilidad ante ETA. Mal augurio».

«El País» construyó su relato con esa misma visión, si bien matizó algo más las cosas. En una página interior ofrecía una fotografía a cinco columnas de la calle Autonomía abarrotada y titulaba que «Los `abertzales' piden cambios al Gobierno a pesar del silencio de ETA». La crónica se iniciaba así: «La izquierda abertzale y gran parte del nacionalismo más soberanista exhibieron músculo ayer con decenas de miles de personas marchando por las calles de Bilbao...». Y, a renglón seguido, dejaba a un lado el mensaje que resonó allí para subrayar: «Lo más destacable del acto (...) fue probablemente lo que no se dijo, teniendo en cuenta las expectativas creadas (...) sobre la inminente llegada de un comunicado de la banda».

«El Mundo» resumió la tesis en este titular: «Batasuna exhibe su fuerza sin emplazar a ETA».

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