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El comité de ARFE en Altsasu inicia un encierro después de meses sin cobrar

La empresa ARFE debe a cada uno de sus 157 trabajadores entre 6.000 y 8.000 euros. Después de dos ERE y ante el retraso injustificable en la presentación de un plan de viabilidad, los nueve delegados del comité se encerraron en la fábrica hasta que se solucione el conflicto.
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Aritz INTXUSTA |

Ramón Arza, gerente de ARFE y esposo de la dueña de la empresa, Ana Isabel Aznar, dio la puntilla a la protesta que comenzaron sus trabajadores echando el pestillo a las puertas de la fábrica. En medio de un enfado monumental, cerró ayer hasta la salida de emergencias. Los nueve miembros del comité (3 LAB, 2 ELA, 2 CCOO y 2 UGT) se encuentran desde entonces en el primer piso de la fábrica. Reclaman el pago de sus salarios y que Arza presente por fin el plan de viabilidad al Gobierno de Nafarroa, como se le ha demandado la Imelda Lorea (directora general de Trabajo).

Los trabajadores de esta empresa del metal, afincada desde 1965 en Altsasu, han elevado su nivel de protesta ante las continuas largas que el gerente les ha ido dando tanto a ellos como al Gobierno de Nafarroa. A cada uno de los 157 trabajadores se les deben entre 6.000 y 8.000 euros (la paga de verano, septiembre entero, medio mes de octubre, noviembre, diciembre y la extra de Navidad). Mientras, las letras han llegado puntuales todos los meses y ahogan a la plantilla, con lo que algunos de los trabajadores se han visto obligados a recurrir al Banco de Alimentos.

El encierro se produjo tras una reunión entre el comité y Arza. «Nos dijo que el Plan de viabilidad ya está, que ya está, pero no lo presenta», respondía ayer a GARA el presidente del comité, Luis Víctor Rodríguez. Desde el ERE de julio pasado, el segundo en dos años, la fábrica ha estado produciendo al 97% (a dos turnos) hasta diciembre. El día 23 de ese mes, los trabajadores se plantaron y comenzaron una huelga de dos semanas. Volvieron al tajo «como muestra de su disposición a seguir trabajando» los días 3, 4 y 5 de enero. Pero la postura de la empresa se mantuvo muy alejada de las demandas del comité y el plan de viabilidad (que conlleva el pago de los atrasos) seguía sin llegar. En consecuencia, los trabajadores iniciaron el día 10 una huelga indefinida.

La respuesta a la huelga fue un nuevo compromiso de presentación del plan de viabilidad antes del día 15, pero Arza volvió a fallar a su palabra, lo que ha desatado el encierro. En principio, cuatro de los nueve delegados saldrán mañana para hablar con Imelda Lorea. Desde el comité de empresa indicaron que la situación es desesperada y no se descarta que las protestas se endurezcan.

sin ducha

El gerente ha clausurado gran parte de la fábrica a los encerrados, negándoles el acceso a las duchas. Arza les ha dicho que, si quieren ducharse, que le llamen. Pero no ha dejado claro si abrirá.

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