La muralla de Iparla es el referente más destacado de las montañas de Bidarrai. Este impactante anfiteatro, que se precipita más 250 metros sobre el valle del Errobi, está constituido por una sucesión de cumbres situadas entre el macizo de Artzamendi y el puerto de Izpegi. Si bien Iparla es la prominencia más renombrada, existen en esta cadena otras cimas igualmente atractivas como objetivo de una excursión montañera. Dos de estas prominencias con carácter propio son el Buztanzelai (1.029 m) y el Astate (1.022 m) hacia la que vamos a dirigir nuestros pasos.

El punto de partida más idóneo es el pueblo bajonavarro de Baigorri (153 m). En la amplia plaza de su frontón vamos a iniciar nuestra marcha. En uno de sus extremos se encuentra la farmacia y en su fachada localizaremos las marcas de la GR-10, que van a acompañarnos durante buena parte del itinerario.

Avanzando por una estrecha carretera entre caseríos llegamos al punto en el que la GR abandona por primera vez el asfalto para atajar por un amplio sendero (25 min). De nuevo sobre la ruta nos mantendremos en ella hasta un pequeño altozano (35 min). Allí dejaremos de nuevo la carretera abordar un sendero que asciende en paralelo a una alambrada.

Ganando horizontes alcanzamos unos puestos de caza (45 min). Podemos ya contemplar, aunque todavía lejana, la alineación de cumbres hacia la que nos dirigimos y, entre ellas, las silueta piramidal de Buztanzelai.

La senda abierta entre los helechos se dirige de forma lógica al encuentro del cordal de Arkasabal que va a llevarnos hasta los collados de la cresta. Este precioso camino era recorrido por una senda hasta que se ha asfaltado su trazado. El recorrido sigue siendo igualmente atractivo, pero el piso de alquitrán le hace perder encanto. Llegamos a un collado (736 m) (1,25 h) que ofrece una amplia panorámica sobre el valle del Errobi al este y el macizo del Auza hacia el SO.

A partir de este collado se iniciamos una preciosa travesía por un sendero en balcón que va contorneando los contrafuertes de Antziaga, en medio de un marcado ambiente de montaña. Un fuerte ascenso nos sitúa en el collado de Buztanzelai (843 m) (1,50 h), que da vistas hacia el valle de Baztan. Nos resta afrontar un fuerte repecho para ganar la cumbre de Buztanzelai (1029 m) (2,20 h), emplazada en el mismo borde de la muralla rojiza dominando una perspectiva casi aérea sobre el valle del Errobi.

Tras alcanzar esta cumbre, el excursionista podría darse por satisfecho, pero la excursión tiene una prolongación lógica y sencilla hacia la cercana cumbre de Astate. Para ello, deberemos seguir por el borde de la cresta los balizajes de la GR-10, que van buscando el terreno más idóneo para salvar los tramos de bloques que se cruzan en el camino. Perdiendo algunos metros de altura nos situamos en un pequeño collado que nos abre el paso hacia las pendientes del Astate, que salvamos con un poco más de esfuerzo (1.022 m) (2,40 h). Los panoramas hacia las montañas de Baztan y Errobi que se divisan desde esta cima volverán a admirar al excursionista.

Aquí podría concluir nuestro recorrido e iniciar el regreso por el mismo itinerario a Bidarrai (4,30 h). Pero, de disponer de un segundo vehículo, vamos a proponer una ruta diferente para el descenso encaminándonos a Urdos, distante 6 km de Bidarrai. Habría, por lo tanto, que llevar un coche hasta este pequeño pueblo antes de iniciar la andadura.

Desde la cima de Astate proseguiremos en la vecindad de la cresta, manteniendo siempre las referencias de la GR, para descender por un bello sendero hasta el collado de Harrieta (808 m) (3,05 h).

Para los más animados, aquí se ofrece la atractiva posibilidad de completar el recorrido de la cresta pasando por la cumbre de Tutulia hasta alcanzar el Iparla (1.044 m), la cota más elevada y conocida de esta alargada cadena de montañas. La prolongación supondría añadir entre ida y regreso al collado de Harrieta 1,15 h al horario calculado en este itinerario.

Nosotros vamos a optar por bajar directamente desde el collado de Harrieta (3,05 h) hacia el pueblo de Urdos adentrándonos en el vallecito de Zahastoy. El primer tramo descendente discurre por una agradable senda, que, convertida más abajo en una pista empedrada, nos llevará sin ninguna vacilación hasta los caseríos de Urdos (203 m) (4,35 h).