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El Ejército de Túnez entra en escena y se interpone entre el Gobierno interino y el pueblo

El Ejército intervino directamente ayer en la crisis política tunecina, definiéndose como «garante de la Revolución» y asegurando que actuarán de acuerdo a la Carta Magna. Llamaron a los manifestantes a deponer las protestas para evitar que se cree un vacío de poder.
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Por primera vez desde que el estallido social derrocara al sátrapa tunecino Zine al-Abidine Ben Ali, el Ejército tomó ayer la palabra para presentarse como «garante de la Revolución», prometiendo respetar la Constitución, mientras que el pueblo volvió a exigir mediante manifestaciones y huelgas la dimisión del llamado Gobierno de unidad.

«El Ejército Nacional es el garante de la Revolución. El Ejército ha protegido y protege a la gente y al país», dijo el jefe del Estado Mayor del Ejército tunecino, el general Rashid Ammar, durante una intervención improvisada en la explanada de la Kasbah, sede del poder político en Túnez.

«Somos fieles a la Constitución del país. No nos vamos a salir de este marco», destacó.

El Ejército en general, que rechazó disparar contra los manifestantes de la Revolución del Jazmín como le ordenaba el presidente derrocado, y el general Ammar en particular gozan de gran popularidad en Túnez.

El jefe militar llamó a los manifestantes, en su mayoría jóvenes procedentes de las provincias más desfavorecidas y rebeldes del centro del país a acabar con la concentración antigubernamental iniciada el domingo ante la sede del primer ministro y que ayer aún continuaba desafiando al caer la noche el toque de queda impuesto desde hace días. Tras la llegada masiva de ciudadanos, ayer eran ya cerca de 8.000 personas las que demandaban la caída del Gobierno llamado de transición.

«¡Túnez es libre, RCD fuera!», gritan los manifestantes en referencia al partido liderado por Ben Ali y todavía en el poder, que cuenta con 12 de los 19 ministros del Gobierno, la mayoría en los puestos clave.

«Vuestras demandas son legítimas. Pero me gustaría que este lugar se vaciara para que el Gobierno trabaje, este Gobierno u otro», indicó, evitando mostrar un apoyo demasiado explícito al Ejecutivo interino, pero al mismo tiempo lanzó una advertencia: «el vacío [de poder] engendra el terror, que engendra la dictadura».

«La Kasbah es la Bastilla tunecina y la vamos a desmontar, como los sans-culottes franceses tumbaron la Bastilla en 1789», gritaba otro manifestante.

En un nuevo intento por desgastar a ese Ejecutivo y dejar en evidencia su falta de capacidad para controlar la situación, el sindicato de maestros llamó el domingo a una huelga indefinida que, según dirigentes sindicales del sector, ayer tuvo un seguimiento del 90-100%.

Finalmente, el portavoz del Ejecutivo y ministro de Educación, Taieb Bacush, anunció que una inminente remodelación del Gobierno, «tal vez de aquí a mañana [por hoy]».

Fuentes políticas indicaron que los políticos tunecinos están negociando la creación de un «comité de sabios» para sustituir al actual Gobierno interino. Entre los miembros de ese grupo estaría el respetado político opositor Ahmed Mestiri.

París intenta disculpar su apoyo al dictador

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, muy criticado por la reserva y el apoyo dado al régimen tunecino de Ben Ali incluso en el momento de la Revolución del Jazmín, admitió ayer que el Estado francés no fue «capaz de apreciar en su justa medida la desesperanza» del pueblo tunecino.

«Detrás de la emancipación de las mujeres, del esfuerzo educativo y de formación, del dinamismo económico, de la emergencia de una clase media, había una desesperanza, un sufrimiento, un sentimiento de ahogo que, debemos reconocer, no fuimos capaces de apreciar en su justa medida», señaló Sarkozy.

«Este pueblo hermano decidió tomar su destino en sus manos. Cuando se es tan próximo, no siempre tomamos la distancia necesaria para comprender los sentimientos del otro», dijo el presidente.

Agregó que «hay que hallar el equilibrio justo» en el posicionamiento francés respecto a sus ex colonias. «La potencia colonial es siempre ilegítima para pronunciarse sobre los asuntos internos de una ex colonia. Así que reivindico cierta reserva: No quiero que la postura de Francia sea asimilada con la de un país que conserva ciertos reflejos coloniales», sostuvo. GARA

AMNISTÍA

Miles de personas, mayoritariamente mujeres, se manifestaron ayer para pedir una amnistía para sus familiares, en gran parte encarcelados por delitos tipificados en la estricta legislación «antiterrorista» aprobada por el derrocado mandatario Ben Ali.

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