LEGALIZACIÓN DE LA IZQUIERDA ABERTZALE
Sortu inicia su estructuración tras su registro y presentación en Madrid
La izquierda abertzale tocó ayer la puerta del Ministerio del Interior español, el mismo que muchas veces ha acudido a derribar las suyas. Registró los estatutos de Sortu, que reafirman la apuesta exclusiva por las vías políticas, respaldado por Sinn Féin y una asociación de letrados demócratas europeos y ante una nube de cámaras. La expectación se repitió luego en la presentación pública, que dejó patente el nerviosismo extremo de varios medios de difusión.
Ramón SOLA | MADRID
Sortu ya es realidad en el registro del Ministerio del Interior, donde ayer a las 11.20 de la mañana entregó sus estatutos. Cinco representantes de la nueva formación de la izquierda abertzale se encargaron de ello, con Iñaki Zabaleta ejerciendo como portavoz y Maider Etxebarria firmando como secretaria general provisional. Les acompañaron en el trámite otros tres promotores: Xabier Artola, Rakel Jausoro y Karmele Agirregabiria. Y junto a todos, dos importantes referencias del ámbito demócrata internacional: Alex Maskey, dirigente de Sinn Féin, partido clave en la resolución del proceso irlandés; y Bill Browing, presidente de la Asociación Europea de Abogados Demócratas y por los Derechos Humanos.
El trámite se ventiló con rapidez y con enorme satisfacción por parte de los impulsores del partido, que posaron en la entrada junto al certificado del registro. No se produjo ningún contratiempo ni problema técnico. Otra cosa es lo que ocurra a partir de ahora, ya que el Gobierno español tiene claro que ordenará a la Fiscalía impugnar los estatutos, de modo que sea el Tribunal Supremo quien decida. Y eso que ya ha habido un alto responsable fiscal, el vasco Juan Calparsoro, que ha considerado públicamente que los estatutos son correctos.
Fiscalía arranca, Sortu también
A partir de ahora empiezan a correr los plazos. El primero es de veinte días, que serán utilizados por la Fiscalía y la Abogacía del Estado para ultimar y presentar sus impugnaciones (en caso contrario, el partido quedaría legalizado automáticamente). Paradójicamente, si lo hicieran con rapidez facilitarían al Supremo una decisión rápida, mientras que si se lo toman con calma contribuiría a taponar las opciones de concurrencia de Sortu para los comicios del 22 de mayo.
Pero el partido independentista y socialista tampoco va a esperar a nada. En la rueda de prensa celebrada tras pasar por la ventanilla del Ministerio de Alfredo Pérez Rubalcaba, Iñaki Zabaleta apuntó que próximamente se iniciará el proceso de desarrollo de las estructuras. Los periodistas se interesaron por saber si se van a conformar listas electorales y dónde, pero los promotores de Sortu respondieron que hablar de todo ello resulta muy prematuro.
De hecho, el escrito de constitución del nuevo partido está fechado en una reunión realizada el pasado 31 de enero. Fue el lunes cuando Rufi Etxeberria y el abogado Iñigo Iruin explicaron públicamente en Bilbo cuáles son sus principios políticos y jurídicos, y el martes cuando se conoció el grupo de promotores, el nombre y el logotipo.
Agresividad mediática
La comparecencia de Madrid, también con Maskey y Browing en la mesa, estuvo destinada a presentar a la opinión pública española qué es Sortu y por qué y para qué nace, por lo que su contenido fue casi idéntico al de la rueda de prensa del martes en Bilbo. Como en ésta, la intención era que no hubiera turno de preguntas para que el mensaje central no se distorsionara (al estilo de lo que hizo, sin ir más lejos, Patxi López en su comparecencia del lunes tras el acto del Palacio Euskalduna). Sin embargo, en la capital española una buena parte de los periodistas decidieron saltarse esa medida por las bravas con una catarata de interrogantes, muchos de ellos en tono crispado, dirigidos a Zabaleta.
Pese a la claridad de los estatutos sobre la posición de Sortu respecto a ETA, a sus promotores se les formularon preguntas como si iban a exigir en ese mismo momento la disolución de ETA. Cuando Zabaleta comenzó a reiterar su diagnóstico al respecto, el mismo periodista que había hecho el interrogante decidió responderlo en voz alta: «Entonces, es que no».
En voz baja y con bastante más respeto, hubo otros informadores en la sala que expresaron reparos -e incluso vergüenza- por la situación creada, bastante más parecida a un interrogatorio policial que a una rueda de prensa política. Se escucharon frases sueltas como «a Rajoy no le preguntáis así». Una persona del público -la sala estaba repleta- también se revolvió contra estos periodistas al final del acto; les instó a dejar que se escuchen libremente todas las opiniones y les preguntó si acaso preferirían oír que siguen los atentados de ETA.
La rueda de prensa fue una de las más multitudinarias realizada por la izquierda abertzale en años, quizás la que más. Acudieron a la llamada de Sortu más de 70 personas, entre periodistas y reporteros gráficos.
«Claros y garantistas»
Iñaki Zabaleta repasó los principios y objetivos de la nueva formación, y reivindicó la legalidad total de sus estatutos. A preguntas de los periodistas, subrayó que «no sólo son claros, sino también garantistas», en la medida en que establecen un régimen interno nítido para asegurar que se cumplen sus líneas de acción política.
En consecuencia, concluyó pidiendo que «el Gobierno y los tribunales» actúen esta vez «en favor de la Justicia».
El catedrático de la UPV explicó antes que nada que la recién creada formación independentista y socialista «quiere responder a la nueva fase política que se está abriendo en Euskal Herria» y que desea contribuir al «escenario de paz y soluciones democráticas».
Como hizo Etxeberria el lunes y como había apuntado él mismo el martes, Zabaleta reiteró que Sortu «quiere contribuir, junto al resto, a la desaparición de cualquier clase de violencia en Euskal Herria, y en particular la de ETA». Ante una de las preguntas formuladas, puso énfasis también en que «nadie fagocitará este partido para usarlo para finalidades distintas. Las estructuras del partido seremos garantes de sus principios de modo escrupuloso».
Se le planteó entonces si el rechazo de la violencia de ETA se plantea como una mera cuestión «administrativa», es decir, destinada a pasar los filtros de la Ley de Partidos, a lo que Zabaleta respondió que no, que su posición consiste en un rechazo nítido, «de ruptura total con el pasado» y de búsqueda de un «nuevo futuro». Pidió por tanto una oportunidad para construirlo, punto en el que evocó una canción de John Lennon.
Cuestionado sobre si Sortu no es lo mismo que Batasuna, Zabaleta respondió en el mismo tono tranquilo que «no es una sucesión de nadie», y subrayó que impulsa «una nueva realidad» y «un nuevo país». Pero estas respuestas sólo sirvieron para elevar el tono de los sucesivos interrogantes, hasta llegar al periodista que le conminó a exigir la disolución de ETA allí mismo.
Sortu también usó el inglés para resumir sus principios brevemente a la prensa internacional y como deferencia para los dos invitados anglohablantes. Algunos periodistas también se soliviantaron por ello.
Iñaki Zabaleta anunció que a partir de ahora se pondrá en marcha la estructuración del partido, sobre la base de los estatutos presentados ayer.
Resultó simbólico que Sortu se presentara en Madrid en la sede del llamado Club de Amigos de la Unesco. Un representante de la misma explicó minutos antes del acto que el local se creó en pleno franquismo «para luchar contra el fascismo», y que hizo suyos los principios de la Unesco como guía de acción. Continuó explicando que posteriormente la Unesco ha evolucionado hacia otras posiciones, pero que la filosofía del centro se mantiene y ha decidido también continuar con su nombre histórico.
A partir de ahí, quiso dejar claro que la sala se había cedido para la presentación del partido vasco Sortu porque «éste es un club abierto siempre al pensamiento crítico, nunca cerrado».
La rueda de prensa fue introducida por el escritor español Andrés Sorel, que se declaró defensor de un proceso de paz y hurgó en las heridas abiertas de la llamada «transición». Recordó que en aquel momento «no se dio la voz a todas las víctimas, a los perseguidos». Y consideró que la situación en Euskal Herria fomenta el diálogo, la democracia y la paz. R.S.
La voz de Bill Browing resultaba especialmente autorizada para valorar la presentación de Sortu. Recordó que es el actual presidente de la Asociación Europea de Abogados Demócratas y por los Derechos Humanos, y desde esa posición no sólo defendió que el nuevo partido sea legalizado, sino que valoró además su creación como un avance hacia la autodeterminación.
En una breve intervención escrita, Browing remarcó que «este partido se sostiene en el absoluto fin de cualquier clase de violencia, y en particular de la violencia de ETA. Pero fundamentalmente -apostilló- es un paso cualitativo hacia adelante de la población vasca por la reivindicación de su derecho a la autodeterminación». Un derecho que, apuntó a continuación, se inserta «dentro del marco del derecho internacional».
El abogado explicó que conoce detenidamente estos casos porque ha defendido a ciudadanos chechenos en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y porque tiene importantes lazos con palestinos. Citó también que vive en Londres y que por ello sabe bien las reivindicaciones de los pueblos galés, escocés e irlandés. Y desde esa perspectiva, indicó a la opinión pública española que «quiero decir que los vascos no están solos». También calificó de «muy importante» que Sortu haga suyos principios como el socialismo, el internacionalismo y el antiimperialismo.
Así las cosas, Browing ve claro que «las autoridades españolas tienen que coger esta oportunidad. Deben tener el coraje que tuvo el Gobierno británico en 1997, ése es el camino para la paz en España».
Tanto este abogado, desplazado expresamente a Madrid para participar en la rueda de prensa, como Alex Maskey destacaron el «coraje» de la izquierda abertzale al dar estos pasos y le felicitaron públicamente.
El miembro de la Ejecutiva de Sinn Féin traía también su mensaje para el Ejecutivo de Zapatero: «Le urjo a que atrape y aproveche esta oportunidad». También él intervino desde su propia experiencia personal, en este caso para apuntar que «en el proceso irlandés tuvimos muchos momentos críticos, y por eso pienso que este paso concreto es un mojón, es un punto clave en las relaciones entre el pueblo vasco y el pueblo español». R.S.
