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Vía Campesina se moviliza en África contra el acaparamiento de tierras

Grandes extensiones de tierras de cultivo en Brasil o países africanos están pasando a manos de capitales de países árabes, China o fondos de inversión. Vía Campesina iniciará protestas en África contra el acaparamiento de tierras y la subida del precio de los alimentos.

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La organización internacional Vía Campesina promoverá manifestaciones y protestas en distintos países africanos a lo largo de los próximos meses contra el acaparamiento de tierras, las expropiaciones forzosas y la subida del precio de los alimentos.

Representantes en África de esta organización -que aglutina a 150 organizaciones en 70 países, entre ellas EHNE- particiapron en el Foro Social Mundial que se clausuró el viernes en Dakar, y anunciaron que las primeras movilizaciones y manifestaciones tendrán lugar en Mali, aunque su objetivo es llevar a cabo una movilización a nivel global.

El portavoz de Vía Campesina Ibrahim Coulibay, subrayó que «no se puede consentir» que se siga permitiendo operaciones de compra masiva de tierras en países del Sur al auspicio del Banco Mundial.

Inseguridad alimentaria

Vía Campesina denunció, que en la actualidad, hay 49 millones de hectáreas de tierra cultivable en países del Sur que está en manos de capitales extranjeros, una extensión similar a cincuenta veces la superficie agrícola útil de Suecia.

Los compradores de tierras provienen, sobre todo, de países árabes, China y diversos fondos de inversión, con el objetivo de especular con las materias primas, provocando una inseguridad alimentaria en las poblaciones africanas. En Brasil hay cuatro millones de hectáreas vendidas; en Mali, la cantidad asciende a un millón de hectáreas; en Níger son 700.000, y sólo Egipto controla el 2% del territorio de Uganda para cultivar cereales. En Senegal 200.000 hectáreas son explotadas por Arabia Saudí y en Madagascar, el 30% de las tierras cultivables están en manos de empresas coreanas.

«Estas operaciones no son nada transparentes, las poblaciones no son consultadas, ni se asocian a este tipo de proyectos que lo destrozan todo. No se puede aceptar ni desde el punto de vista de los derechos humanos ni desde el sentido común porque no permite crecer a nuestros países, destruye empleo, y todo para nada, porque muchas veces, lo único que persiguen es la especulación», denunció.

Para Vía Campesina, las víctimas de este negocio son los campesinos, ya que «todo se está importando desde fuera, desde los materiales a la mano de obra, como si no hubiera gente allí para trabajar», lo que liga este fenómeno a la crisis alimentaria. «La colonización no había permitido a nuestros países salir adelante y ahora, todo lo que queda de buenas tierras, nuestros gobiernos las venden a empresas extranjeras», lamentó Coulibay, que reclamó apoyo a la agricultura familiar.

Crítica a los proyectos de cooperación al desarrollo

la Asamblea de Convergencia sobre Derecho a la Tierra, consensuó en el Foro Social Mundial un documento en el que llama a los gobiernos a «poner fin inmediatamente a todas las expropiaciones masivas de tierras actuales o futuras», y exige a la FAO y los organismos internacionales que pongan «inmediatamente en práctica» las conclusiones de la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural de 2006, entre otras medidas.

«Los Estados deben ser conscientes de que deben regular los mercados y proteger el aprovisionamiento alimenticio nacional», destacó el portavoz de Vía Campesina, Ibrahim Coulibay, a la vez que criticó también ciertos enfoques de la cooperación internacional al desarrollo. Así, explicó que la cooperación internacional española gastó más de un millón de euros para «construir un castillo». El proyecto consistió en construir una explotación «experimental de hortalizas», en el que se empleo a 20 personas, que «no ha servido para nada». A su juicio, el dinero podría haber para incentivar a los agricultores locales. GARA

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