El Tribunal de Milán que reanudó ayer el juicio por el caso «Mediaset», en el que Silvio Berlusconi está procesado por un su- puesto delito de fraude fiscal, declaró al primer ministro «en rebeldía» por no haber acudido y no haber presentado uns solicitud de legítimo impedimento para excusar su ausencia en la primera vista de esta nueva fase.

El Tribunal juzga la compraventa de los derechos de transmisión de películas estadounidenses por parte de Mediaset (el grupo audiovisual de Berlusconi) bajo la sospecha de un aumento artificial del precio real de los derechos comprados por sociedades pantalla del primer ministro en el momento de su reventa al imperio audiovisual para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero.

El juicio, el primero de los cuatro que tiene pendientes el jefe del Gobierno italiano en el mismo Tribunal, fue suspendido igual que el resto en abril tras la aprobación, un mes antes, de una ley que concedía a Berlusconi inmunidad penal durante un periodo de 18 meses y a la espera del pronunciamiento del Tribunal Constitucional. El pasado mes de enero, el Alto Tribunal revocó parcialmente esa ley, lo que ha propiciado la reanudación del procedimiento en su contra, en el que se juzga también a otros once imputados.

«Probable» presencia

La audiencia de ayer sirvió básicamente para abordar el calendario de las próximas vistas del proceso. La primera tendrá lugar el 11 de abril en la misma Primera Sección Penal del Tribunal de Milán y es «probable» que a ella acuda Berlusconi, según sus abogados, Niccolò Ghedini y Piero Longo, quienes también pueden invocar un impedimento legítimo ya que son parlamentarios.

«Creo que Berlusconi tiene intención de estar en la sala el 11 de abril para escuchar a los testigos de la defensa», señaló Ghedini al finalizar la vista. «No es nuestra intención hacer que prescriban los supuestos delitos, sino que nuestra intención es seguir el proceso y tener la posibilidad de defendernos», agregó.

Los jueces declararon «en rebeldía» a Berlusconi después de que sólo se presentaran sus abogados sin acogerse al legítimo impedimento para excusar su presencia.

«Estoy absolutamente confiado» sobre el resultado del juicio, señaló Longo a AFP. «Son ya trece años que asistimos a Berlusconi y nunca ha sido condenado, así que no estoy preocupado», sostuvo.

«Il Cavalieri» no se personó ante los jueces, a los que acusa de querer sacarlo del poder, pero participó en la misma ciudad en un encuentro de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), con empresarios locales.

Allí comentó que «quiero ir (al juicio), como siempre, quiero ir. Son mis abogados los que me lo impiden. Ghedini ha dicho que era una sesión para fijar las audiencias y, por lo tanto, no era necesaria mi presencia».

Dijo que los cuatro procesos contra él «son sólo procesos mediáticos» que confía en que terminen como los anteriores. Afirmó que es el hombre «más procesado de Italia» y declaró que «sueña con ser un ciudadano normal» porque está «muy cansado" de la política, aunque subrayó que si se va, «el 51% de los italianos que me estiman pensaría que he desertado».

Cuatro procesos pendientes

Mediaset es uno de los cuatro procesos que el primer ministro tiene pendientes en el mismo tribunal. El juicio «Mediatrade», en el que el mandatario está acusado de presunto fraude fiscal y apropiación indebida, comenzará el 5 de marzo, con una audiencia preliminar en la que no se requiere su presencia.

El proceso «Mills», en el que el primer ministro está acusado de sobornar al abogado británico David Mills para que declarara a su favor en un juicio, se reanudará el 11 de marzo, cuando Berlusconi tiene previsto acudir a la cumbre del Consejo de Europa en Bruselas, por lo que sus abogados tienen previsto acogerse al legítimo impedimento.

Pero su pesadilla comenzará el 6 de abril con el caso «Rubygate», en el que el primer ministro está acusado de incitar a la prostitución de menores y de abuso de poder. Longo anunció ayer que citará como testigo de la defensa a Kharima Ruby El Mahroug, la joven marroquí que se halla en el centro de la investigación de la Fiscalía, con la que supuestamente Berlusconi habría mantenido relaciones sexuales cuando era menor de edad a cambio de dinero.