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Los rebeldes pierden terreno ante el avance de las tropas de Gadafi

Las fuerzas leales a Muamar al-Gadafi continuaron ayer su avance hacia Bengasi, bastión de la oposición en el este del país, tras reconquistar varias ciudades que estaban en manos de los rebeldes, mientras la llamada comunidad internacional sigue debatiendo la creación de una zona de exclusión aérea. Trípoli criticó la decisión de la Liga Árabe de elevar a la ONU una petición en ese sentido. HRW denunció la brutal represión del régimen y una ola de «desapariciones forzadas y torturas».

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GARA | TRIPOLÍ

Los rebeldes libios seguían ayer perdiendo el terreno que han tratado de defender en los últimos días ante el avance decidido de las tropas leales al líder libio, Muamar al-Gadafi, e intentaban desesperadamente resistir en Brega, a 80 kilómetros de Adjabiya, principal nudo de comunicaciones del este del país.

La oposición aseguraba que seguía luchando en esta ciudad, que se mantenía bajo su control, pero AFP informó de que decenas de rebeldes libios se retiraron a Adjabiya con sus baterías antiaéreas ante la llegada de las fuerzas del régimen a las puertas de esta estratégica ciudad petrolera del este. AFP señaló que la aviación leal al coronel Gadafi no actuó en Brega.

Así, la línea del frente sigue desplazándose hacia el este, tras la ocupación de varias ciudades por las tropas de Gadafi, que se declaró dispuesto a terminar con la insurrección a pesar de las protestas y de las sanciones internacionales.

En los últimos cuatro días, los milicianos antiGadafi han perdido más de los 110 kilómetros que se extienden entre Brega y el enclave petrolero de Ras Lanuf, un terreno que habían ganado a las milicias gadafistas.

Después de Al-Uqayla en la carretera de la costa, los soldados gubernamentales tomaron el control de Al-Busher antes de encaminarse hacia Brega.

Lo cierto es que el avance a pasos agigantados de las fuerzas del régimen provocó el temor en algunos habitantes de la ciudad de Addabiya, que algunas familias empezaron a evacuar.

Las fuerzas del régimen marchaban hacia el este para «purgar el resto del país» de rebeldes, declaró ayer en Trípoli el portavoz del ejército libio, coronel Milad Hussein. «Los grupos terroristas huyen ante los ataques. Hemos liberado Zawiya, Al-Uqayla, Ras Lanuf, Brega, y el Ejército marcha para purgar el resto del país», declaró.

«Van a salvarnos»

En Bengasi, bastión y capital provisional de los rebeldes, la euforia inicial se ha ido transformando en temor y la población se preparaba para lo peor. Al temor por las represalias de los gadafistas se suma el miedo a un cerco a la ciudad y a la posibilidad de que las fuerzas del coronel libio traten de alcanzar Tobruk y desde ahí controlar la frontera con Egipto.

Todas las líneas de teléfonos móviles estaban suspendidas en Bengasi y la atención se dirigía hacia una eventual ayuda del exterior.

«Los occidentales van a salvarnos. Con la ayuda de Dios y la prohibición de sobrevolar el país, vamos a recuperar la iniciativa», comentó Abdul Salam Elamari, un oficinista, a AFP.

Un bisnieto del rey Idriss I, Ahmed al-Zubair el-Senusi, que pasó 31 años en cárceles del régimen por un complot contra Gadafi, hizo un llamiento en el mismo sentido al pedir «al mundo que nos ayude, que nos dé todo el apoyo posible, lo antes posible (...) Necesitamos armas y toda la ayuda posible», declaró a AFP.

En el oeste del país, las tropas de Gadafi se hicieron con la ciudad de Zawiya, el punto controlado por los rebeldes más cercano a la capital, tras dos semanas de combates. Pero los insurgentes seguían controlando Misrata, a 150 kilómetros al este de Trípoli. Varias ciudades del noroeste, en la región montañosa de Jabal el Gharbi, estaban también bajo control de la oposición, según algunos testigos.

Los rebeldes aseguran que tratan de contener y hostigar el avance de los leales a Gadafi, que desde el domingo pasado imponen su superioridad aérea, marítima y artillera.

Pero a pesar del avance de las tropas leales a Gadafi, la llamada comunidad internacional no parece decidida a intervenir.

Tras las reuniones de la OTAN y de la Unión Europea (UE) que no lograron resultados concretos, para hoy está prevista una reunión del G8 en París. Allí, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y sus homólogos europeos analizarán la cuestión de la zona de exclusión aérea y tratarán de llegar a un acuerdo en ese sentido con el canciller ruso, Serguei Lavrov, ya que Moscú mantiene una posición más reacia.

El sábado, la Liga Árabe apoyó la creación de una zona de exclusión aérea para proteger al pueblo libio y ayer el Estado francés anunció que «acelerará sus esfuerzos» para que avance ese proyecto de exclusión aérea, para el cual varios estados exigen un mandato de la ONU.

Crítica y aplauso

El régimen de Gadafi criticó la resolución aprobada el sábado por la Liga Árabe por considerar que supone un «inaceptable desvío» de la carta fundacional del organismo, el Pacto de la Liga de Estados Árabes, suscrito en 1945, pero aplaudió la creación de una comisión de la Unión Africana (UA), integrada por los presidentes de Sudáfrica, Uganda, Mauritania, Congo y Mali, que viajará próximamente al país para intentar resolver la crisis política, informó la televisión estatal libia.

La UA anunció el viernes la creación de este comité ad hoc para que contacte con todas las partes en Libia y facilite el diálogo entre ellas. La UA rechaza una intervención extranjera en Libia y defiende «una acción africana urgente» para poner fin a las hostilidades.

Desapariciones y torturas

Coincidiendo con el implacable avance de las tropas de Gadafi hacia Bengasi, la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW) denunció la represión en Trípoli para tratar de frenar las protestas contra el líder libio que se están dando en todo el país.

«Gadafi y sus fuerzas de seguridad están reprimiendo de forma brutal toda oposición en Trípoli, incluidas las manifestaciones pacíficas, mediante acciones armadas, arrestos arbitrarios y desapariciones forzo- sas», señaló HRW, con el objetivo de «silenciar e intimidar al pueblo libio».

La cadena qatarí Al-Jazeera informó el sábado de la muerte de uno de sus cámaras en una emboscada en el pueblo de Heuari, a unos 25 kilómetros de Bengasi. Ali Hasan al-Yaber recibió cinco disparos en la cabeza.

yemen

Un manifestante murió ayer por disparos de la Policía en Adén y los participantes en una movilización en Sana'a fueron atacados por partidarios del régimen yemení, un día después de que el país viviera la jornada más sangrienta desde que comenzaran las protestas contra el presidente Ali Abdallah Saleh.

arabia saudí

El ministro saudí de Interior, el príncipe Nayef bin Abdul Aziz, afirmó que fueron los saudíes leales los que hicieron fracasar los planes de «gente malvada que pretende extender el caos mediante protestas con consignas infames», en referencia a la marcha disuelta el viernes en Riad por la Policía.

Las protestas sociales sacuden Argel

Argel fue escenario ayer de una ola de protestas en demanda de aumentos salariales y otras mejoras sociales. Cientos de funcionarios realizaron una concentración a primera hora de la mañana ante la sede del Ministerio de Justicia para reivindicar «justicia social» en el ámbito judicial. Ante el Ministerio de Comunicación y la agencia oficial de prensa APD hubo otras dos movilizaciones para reclamar incrementos salariales. Además, decenas de familiares de víctimas del «terrorismo» se congregaron ante el Parlamento, primero, y la Dirección General de la Policía, después, para exigir un estatuto y una revisión de la prima que les concede el Gobierno.

Los estudiantes de varias universidades, en huelga desde hace un mes, ha convocado para el martes una movilización ante del Palacio Presidencial. Y los médicos del sector público han llamado a dos días de huelga en demanda de subidas salariales y de una mejora en sus condiciones de trabajo, informó Efe.

En la vecina Marruecos, la Policía impidió ayer una movilización en una céntrica plaza de Casablanca para exigir reformas políticas. La actuación policial, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, se saldó con varios heridos y un número indeterminado de detenidos.

Esta protesta es la primera en Casablanca desde que el rey anunciara una reforma constitucional global que implica mayores poderes para el primer ministro, el reconocimiento de la Justicia como poder independiente y más competencias para el Parlamento. Sin embargo, los manifestantes demandan la redacción de una nueva Constitución y la disolución del Parlamento. GARA

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