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TAEKWONDO

Elaia Torrontegi trabaja para dar las patadas que llevan al podio en la cuna del taekwondo

Elaia Torrontegi ha hecho del taekwondo su vida y todavía le quedan unos años para rendir al máximo en un deporte táctico y de contacto. La vizcaína pasa por un buen momento, que pretende aprovechar para obtener en Corea el metal que se le resistió en la cita danesa de 2009.

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Miren SÁENZ

Elaia Torrontegi pelea en varios frentes cada vez que afronta una competición de taekwondo. Uno apunta a los molestos nódulos que le provocan afonía cuando grita sobre el tatami. Otro a la báscula, obligada a mantenerse en 46 kilogramos si ejerce de minimosca y en 49 kilos al tantear la categoría olímpica. Y otro es el de las obligadas y variadas patadas, aspecto esencial en un deporte cuya espectacularidad está directamente relacionada con este golpe dado con el pie. Acostumbrados a jugárselo todo en seis minutos, el tiempo que duran los tres asaltos de un combate si no hay desempate en un cuarto, los taekwondistas se dedican a alzar la voz, que luego la vizcaína intenta recuperar con miel y descanso.

«La mayoría al golpear chillamos. Es para liberar presión o para intimidar al contrario, como los tenistas al sacar», compara la plentziarra. Instalada en la Blume desde hace seis años, en su caso en uno de los pisos del CAR madrileño, la vizcaina tiene dedicación exclusiva. Por la mañana se dedica a la preparación física -carreras y ejercicios complementarios- y en la sesión de la tarde toca técnico, táctico y entrenamiento de combate, aunque cuando llega el tiempo de desconectar le tire el voleibol y bailar salsa.

Se siente afortunada por contar con apoyo federativo, los medios e instalaciones del CAR, el apoyo de su pueblo y de BAT Basque Team, pero añora a la familia, los amigos y la comida casera, una verdadera tentación. «Tres semanas o cuatro antes de cada campeonato hago dieta para bajar un poco de peso. Y en vacaciones, aunque pueda comer un poco más tranquila, tampoco puedo descuidarme», obligada a ajustar el peso exacto que la competición requiere para una mujer que mide 1 metro y 58 centímetros. Elaia lleva un par de años moviéndose también en -49 kilos, la categoría para intentar cumplir el complicado sueño de Londres'2012, previo paso por los preolímpicos de verano, para seguir los pasos de otros vascos, como el navarro Esparza, plata en Sydney'2000, o el durangarra de Zamora, Jon García.

Antecedentes familiares

Se inició a los ocho años en las extraescolares, siguiendo los pasos de su padre, gran aficionado y practicante de artes marciales. A otros familiares, sin embargo, les ha dado por los deportes de motor. Sobrina de Herri Torrontegi, recuerda con nitidez los grandes momentos de su también padrino en los circuitos. Con 30 años cumplidos en febrero, era una niña cuando aquel 30 de abril de 1989 el gorliztarra, subido a una Krauser de 80cc., paseó victorioso la ikurriña por el circuito de Jerez. «Aquello nos pilló a la familia de vacaciones, pero lo vimos por la tele», dice. Como actual manager del piloto Efrén Vázquez, Herri sigue ligado al motociclismo, al igual que el hermano de Elaia, que trabaja con el equipo. La taekwondista poseé carnet de moto, pero se limita a las pequeñas.

Ha vivido un buen invierno. En enero, con su tercer oro en los Campeonatos de España de Alicante, se aseguró su participación en el Mundial de Corea. En febrero afrontó un test preparatorio en Beijing, donde cambiaron impresiones y conocimientos con sus homólogos chinos: «Por una parte vas a aprender y por otra a medirte con ellos», cuenta. Y en marzo se colgó en Hamburgo la medalla de plata en el Open de Alemania, de categoría A, donde coincidió con sus adversarias mundialistas, algunas con experiencia olímpica, y salió muy bien parada. Hace una semana en el Open de España, de nuevo en Alicante, se colgó el bronce en -49 kilos.

Mejorar el quinto puesto de su primer Mundial, en Dinamarca'2009, es el objetivo en su segunda participación que afrontará en Corea del Sur del 1 al 6 de mayo. Allí viven las mejores especialistas del planeta, con las que quiere compartir podio, con el permiso de las representantes de China, China Taipei, Tailandia, México y Turquía. «Lograr una medalla, hay que ir a por ella» es el plan de la subcampeona europea, que, licenciada en INEF -en la actualidad cursa un master de educación física y deporte-, ganó el oro en el Mundial Universitario de 2004.

Entrenada desde los 15 años por Arturo Magdaleno en el Club Gimnástico Bilbao, se considera tenaz y disciplinada «nunca doy un combate por perdido», concluye.

 

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