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Dos mujeres del soul y del blues toman la Plaza de la Trinidad

Donostia Jazzaldia clausura hoy su 46. edición con sonidos gospel, soul y blues en la Plaza de la Trinidad. El doble cartel presenta, por una parte, a la afroamericana Mavis Staples, acompañada de un sexteto y presentando «You are not Alone»; y por la otra, la Memphis Blues Tour de Cyndi Lauper, donde la neoyorquina aborda el género del blues con pasión.

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A. BILBAO |

Con permiso del veterano armonicista Toots Thielemans (Bruselas, 1922), quien recibirá el Premio Donostia Jazzaldia y ofrecerá después un concierto en cuarteto en el Kursaal, hoy la programación de Jazzaldia, en su clausura, es cosa de mujeres.

De mujeres, de soul y de blues. Si la 46. edición del certamen donostiarra se inició con el mito de la guitarra blues B. B. King sentado en la Zurriola, Jazzaldia clausura el certamen con dos mujeres de peso en la escena musical, Mavis Staples y Cyndi Lauper.

Mavis Staples (Chicago, 1939), de cuyo concierto en Madrid el pasado 19 de julio las críticas hablan maravillas, es una gran dama del gospel, cuya brillante carrera ha sido refrendada recientemente con el Grammy conseguido por «You are not Alone» (no estás solo/a), album producido por Jeff Tweddy, compositor y voz de los exquisitos Wilco, también de Chicago.

Cyndi Lauper (Nueva York, 1953), por su parte, ha vendido más de cuarenta millones de discos y es la autora del tema ya clásico «Time after time» (una y otra vez). En Donostia presentará «Memphis Blues», disco que ha contado con la colaboración de figuras fundamentales del género, como Allen Toussaint o B. B. King, ambos viejos amigos ya del Donostia Jazzaldia.

Vitalidad japonesa

El concierto de las dos grandes damas servirá de colofón a una edición que acogió ayer uno de sus momentos más destacados, la actuación de la pizpireta Hiromi Uehara, quien tras deslumbrar al piano en la pasada edición, en la que acompañó al bajista Stanley Clarke como integrante de su cuarteto, regresó a Donostia por primera vez al frente de su propia banda, como ella misma destacó al presentarse ante un público que aplaudió a rabiar al finalizar el espectáculo.

Imaginativa e inquieta, Hiromi encandiló tocando el piano con brío, ahora sentada, ahora de pie, ahora brincando de la banqueta; calzada con unas deportivas rojas, vestido liviano y pelo casi cardado. En formato de trío, la japonesa estuvo acompañada de dos músicos curtidos en el rock para presentar su último trabajo, «Voices», recién publicado. En la batería, el londinense Simon Phillips (Toto, Judas Priest, The Who...) y en el bajo eléctrico, el neoyorquino Anthony Jackson; pura energía.

Además de las citadas, por el Jazzaldia han pasado este año destacadas artistas de distinta procedencia y diversos géneros musicales. No es excepcional en el jazz, pero sí destacable que, en un mundo -el de la música en directo- mayoritariamente masculino, las mujeres pisen fuerte el escenario.

El Museo San Telmo recibió la visita de Kristin Asbjornsen la madrugada del viernes, pelirroja que cantó descalza por la paz entre culturas casi hasta el amanecer (la actual edición ha contado además con la participación de los también noruegos Eivind Aarset, Elephant9 y Jan Garbarek). El sábado, por su parte, la afroamericana René Marie hizo doblete presentando su reciente «Voice of my Beautiful Country».

El emblemático escenario de la Plaza de la Trinidad, que hoy será pisado por Staples y Lauper, acogió ayer la actuación de Cassandra Wilson, quien además de jazz, también ha destacado por su voz en el mundo del blues.

La muestra se cierra en el Escenario Verde, el más indie, festivo y fresco del festival, por el que pasó el viernes Vivian Girls, joven trío punk de Brooklyn (EEUU), presentando su tercer largo, «Share the Joy».

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