El Tribunal Supremo español absolvió ayer a dos jóvenes que fueron condenados por intentar quemar un autobús en la localidad de GASTEIZ en octubre de 2007. Ambos padecieron condenas de cuatro años de prisión impuestas por la Audiencia Nacional.

Sin embargo, el TS estimó el recurso de los demandantes al considerar que no hubo prueba de cargo suficiente para declarar culpables a Eneko Ostolaza y Borja Oregi de un delito de «intento de incendio con finalidad terrorista».

De esta forma, el TS anuló parcialmente la sentencia dictada el pasado mes de noviembre por la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional y basó su sentencia absolutoria en que sólo se autoinculparon en sede policial.

En opinión del Supremo, la ausencia de precisiones debilita el poder de convicción de la confesión policial ratificada judicialmente hasta hacerla «inconsistente». «Teniendo en cuenta que en realidad se trata de la única prueba de cargo, de lo que se desprende su inviabilidad como elemento enervador de la presunción de inocencia», añadió en la sentencia.

Dicha sentencia, de la que fue ponente el magistrado Miguel Colmenero, tiene en cuenta que las diversas declaraciones que prestó Oregi en sede policial se efectuaron con «muy poco margen de tiempo».

Los magistrados consideran que el tirachinas de madera, la visera, el gorro y el pasamontañas encontrados en el domicilio de Oregi no corroboran su participación en el ataque contra el autobús. A su entender, estos objetos pueden ser empleados para disimular el aspecto físico de quien interviene en disturbios callejeros, pero «también puede obedecer a razones relacionadas con su uso común».