Al menos dos personas murieron ayer y otra resultó herida leve por una explosión en Anelies, un suburbio en el norte de Beirut de mayoría cristiana. La Agencia Nacional de Noticias (ANN) identificó a las personas fallecidas como Hasan Nayjef Nasar y Ihsan Ali Dia. El suceso ha generado gran incertidumbre, ya que las circunstancias de la explosión siguen en el aire. Una de las hipótesis apunta a que los fallecidos podían estar preparando un atentado contra el juez Albert Serhan, cuyo vehículo, y el de su hijo, estaban aparcados en el parking donde ocurrió el suceso.

Marwan Charbel, ministro del Interior libanés, minimizó los hechos y señaló que las víctimas eran traficantes de coches. «La investigación no apunta hacia un acto de sabotaje», afirmó. Sin embargo, otras fuentes como la agencia libanesa Naharnet, a la Cruz Roja del país, apuntaban directamente a un intento de atentado. Este extremo fue negado por el propio supuesto objetivo, Albert Serhan, que aseguró a la agencia France Press no haber sido amenazado.

La Policía trata de averiguar ahora si la bomba estalló por error o si se puso en marcha con algún tipo de temporizador.

A pesar de las llamadas a la calma del ministerio de Interior, muchos libaneses expresaron su temor a que un atentado pueda reavivar la violencia que ha marcado el país desde la guerra civil (1975-1990) y atentados como el de Rafic Hariri (2005).