La gran afluencia de turistas de las últimas semanas al Botxo no está siendo un problema para el sector hotelero y los albergues abiertos en los últimos tiempos. En el Bilbo del «efecto Guggenheim» quienes siguen encontrando dificultades para buscar un techo donde pernoctar son los cerca de dos centenares de personas sin hogar -según colectivos sociales- que malviven en edificios abandonados, contenedores de mercancías en desuso y debajo de cualquier carretera que circunda la villa.

Tras la información dada a conocer ayer por la Ertzaintza se esconde el drama diario de muchos hombres y mujeres, en su mayoría migrantes, que malviven en pleno siglo XIX en una urbe como Bilbo y su metrópoli.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 2.30, cuando la Policía autonómica recibió un aviso para que se desplazara a la zona de las vías del tren en el barrio de Olabeaga, donde al parecer se habían escuchado gritos. Al llegar, una patrulla se encontró con un varón tumbado en el suelo que se quejaba de fuertes dolores en distintas partes del cuerpo, por lo que se solicitó una ambulancia para llevarle hasta el cercano Hospital de Basurto.

Varios testigos explicaron a los ertzainas que dos varones que pernoctaban en la estructura de hormigón del frustrado tanatorio de Funespaña, en la cuesta de Olabeaga, habían mantenido una disputa por el habitáculo para dormir. Fruto de la discusión, según la Ertzaintza, se inició una pelea, en la que uno de los hombres empujó al otro, que cayó desde el primer piso del edificio abandonado -a una altura de unos cinco metros y medio- y resultó herido de gravedad.

Tras hablar con la víctima y con las declaraciones de los testigos, los agentes procedieron al arresto del varón de 32 años como presunto autor de la agresión, según informó el Departamento de Interior de Lakua.

Un muerto en mayo

Ese mismo edificio abandonado fue noticia el 29 de mayo, cuando algunas de las personas que se albergaban en él descubrieron que un compañero suyo -J.C.T., de 37 años- se encontraba muerto. La víctima tenía problemas de salud y se encontraba censada por los servicios sociales municipales.

Entonces, los vecinos de Olabeaga denunciaron que los responsables de Consistorio bilbaino era «incapaces» de dar una solución a la problemática del antiguo tanatorio de Funespaña, junto al hospital, que es un punto de conflictividad desde hace ya unos años.