Las mujeres son buenas mediadoras en los problemas entre los hombres, y así lo hace saber la realizadora argentina Ana Katz en “Los Marziano”, donde una mujer tiene que mediar en el enfrentamiento entre sus dos hermanos varones, ayudada por la esposa de uno de ellos.

La historia es sencilla y está muy bien definida argumentalmente, pero lo que confunde es el tono general de la película. Tal vez encaje dentro de ese cajón de sastre denominado comedia dramática, que se suele aplicar por lo general cuando el público más que reír sonríe. En Argentina tampoco lo tienen claro, ya que la crítica y los usuarios la recibieron allí como una comedia poco corriente y extraña. No deben preocuparse, porque a este lado del charco la sensación es idéntica, y cuesta identificarla con el humor argentino.

El desconcierto proviene sobre todo de la actuación del genial cómico argentino Guillermo Francella, al que no vemos tan caracterizado como en “Rudo y cursi” o “El secreto de sus ojos”. Hace de tipo maniático, aquejado de una enfermedad rara, aunque su hermano, que se pretende normal, sufre unas obsesiones no menos inclasificables. Se pasa todo el rato investigando el misterio que se esconde detrás de los pozos excavados en el campo de golf de su urbanización, y que provocan constantes accidentes de los que no se ha librado.

 

Pero las diferencias entre ambos se solucionan, así de repente, con una simple invitación a una parrillada junto a la piscina.