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Las caras nuevas del equipo

La complicidad de Iñigo Martínez e Illarramendi traspasa herrialdes

El ondarroarra y el mutrikuarra se han convertido en dos piezas clave del equipo donostiarra en este inicio liguero. Amigos dentro y fuera del terreno de juego, esperan con ansia su debut en un derbi de Primera.

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Imanol CARRILLO

Las 14.00 era la hora de la cita. El lugar, el campo de fútbol San Miguel de Mutriku. Con unos pocos minutos de retraso, haciendo gala de su educación a pesar de su corta edad, aparecen entre el asombro y la sorpresa de la gente del pueblo los jóvenes jugadores realistas Asier Illarramendi e Iñigo Martínez.

Acaban de llegar de Zubieta. La plantilla había entrenado por primera vez después de la derrota del domingo en Mallorca, y ambos jugadores habían tenido tiempo de comer en las nuevas instalaciones realistas. Aunque no pudieron echarse una siesta. No pasa nada, porque «las habitaciones ya las estrenamos nosotros dos, aunque todavía no estaba todo terminado», declara sonriendo Illarramendi.

Desde el primer momento se puede apreciar la complicidad que existe entre ambos. Y es que son muchas horas juntos. Además de verse las caras todos los días en los entrenamientos, los dos jugadores comparten viajes en coche hasta Zubieta.

Saben que están en un momento dulce, y se nota antes de ser entrevistados. Amigos del pueblo retienen a Illarramendi para hablar un instante con el centrocampista de la localidad costera guipuzcoana. Más adelante, una pequeña cuadrilla de jóvenes, entre los que hay una niña con la camiseta del Athletic, observa con detenimiento.

Pero parece que poco a poco se están acostumbrando a la popularidad. No son pocos los medios de comunicación a los que han tenido que atender estas últimas semanas. Mientras que Illarramendi afirma que «en ese sentido, el cambio es bastante grande», Iñigo Martínez recalca que «estar jugando en Segunda B o en el primer equipo, cambia totalmente. Desde que llegas al primer equipo, sabes lo que va haber». Aunque, al fin y al cabo, «este era nuestro sueño. Poco a poco se va cumpliendo», coinciden ambos jugadores.

Una comarca de futbolistas

El ondarroarra Iñigo Martínez y el mutrikuarra Asier Illarramendi pertenecen a la nueva hornada de jugadores que ha salido de esa zona tras Riesgo y Zurutuza (Deba), Ansotegi (Berriatua) y Zubikarai (Ondarroa), por mencionar varios de otros muchos.

A la hora de buscar una causa, Iñigo Martínez señala que «es cuestión de suerte». Aunque, como prosigue «Illarra», «en Bizkaia los jóvenes comienzan a jugar a fútbol con menos edad. Ya desde la categoría de infantiles empiezan a jugar en el Aurrera. El fútbol tiene muchos seguidores y aquí mucha gente juega a fútbol. Es un deporte muy gustoso».

Ambos comenzaron a dar sus primeras patadas a un balón en el equipo de sus respectivos pueblos. En toda Euskal Herria, o en parte de ella, es conocido el pique deportivo que existe entre los equipos de fútbol del Aurrera de Ondarroa y Mutriku.

«Suele haber unos piques impresionantes. Cuando jugué en el Aurrera, al menos, solía haber bastante pique tanto en Ondarroa como aquí en Mutriku», confirma el central ondarroarra.

Pero ese pique nunca ha sobrepasado los límites. «Aún así, fuera del campo nos llevamos todos bien», sentencia «Illarra».

De jugar esos derbis comarcales, ambos pasaron a jugar otro tipo de duelos especiales. Estando ya en las categorías inferiores de la Real, tanto Iñigo como Asier han podido disfrutar de los derbis entre Real y Athletic.

«Es una motivación extra, sales al campo con toda la rabia» o «son los partidos del año, los más especiales o los que más te motivan» son algunas de las frases de los dos jóvenes blanquiazules. Eso sí, «hay que darlo todo, porque si pierdes, jode mucho», resalta Iñigo Martínez.

Entre esos jugadores rojiblancos se encontraban varios de los que tendrán como rivales este domingo en Anoeta: Muniain, Iturraspe, Ekiza... Y, precisamente, Illarramendi sabe cómo ganarles, ya que hace tres años el mutrikuarra logró vencer en Lezama al equipo bilbaino por 0-1.

También reconocen que no han hablado estos días con ninguno de ellos, aunque, como bien dice Iñigo Martínez, «yo he coincidido con Muniain en la selección (española), y nos llevamos bien. Es un amigo más. Fuera del campo sí, pero dentro no», expresa a carcajada abierta.

Alguna que otra excepción

Mutriku y Ondarroa siempre han tenido que pelear por reivindicar su territorio, ya que ambas localidades, que están prácticamente pegadas, se encuentran en la muga: Mutriku con Bizkaia y Ondarroa con Gipuzkoa. Pero, al igual que el dialecto del euskera entre ambos pueblos, en el que cambia considerablemente -sólo hay que escuchar a Illarramendi y Martínez-, los amores por los colores de las camisetas no varían.

Es decir, en Ondarroa la mayoría es del Athletic y en Mutriku, de la Real. Aunque siempre hay excepciones. E Iñigo Martínez sabe muy bien de ello. El defensa de pequeño, y antes de llegar a la Real, era del Athletic: «Es normal. De pequeño tampoco entiendes mucho. Juegas a fútbol y es normal que, siendo un equipo de Bizkaia, te fijes más en el Athletic que en la Real».

Además, el ondarroarra tiene tres o cuatro amigos de la cuadrilla que son seguidores de la Real. «Ahí suelen andar todos los jóvenes con piques», revela.

El domingo a las 12.00 ambos darán un pasito más hacia adelante en su trayectoria. De vivir los derbis en categorías inferiores o los de Primera desde la grada, esta vez serán ellos mismos parte de los protagonistas.

Saben que jugar en casa es un aliciente añadido, «porque la afición te apoya y eso te da fuerzas», por lo que «hay que ganar sí o sí», recalcan ambos. Son conscientes de lo que supone un acontecimiento del estilo, y más cuando por la calle tienen que escuchar los ánimos de los aficionados. «Ahora nos paran más para animarnos. Y más esta semana, que llega el derbi», declara Illarramendi antes de indicar que «los comentarios son que hay que ganar. La gente no quiere otra cosa. Los de la Real no quieren escuchar a los del Athletic y al revés».

En la otra parte de la muga guipuzcoana, en Ondarroa, «la gente dice que tiene que ganar el Athletic», recuerda Martínez.

Gane quien gane, no hay duda de que a más de un aficionado los nervios le pasarán una mala pasada en la grada. Esta semana en Zubieta se realizaron demostraciones de las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Pero, como bien dice Iñigo Martínez, «espero que a todos los de la Real el corazón les vaya bien porque vayamos ganando».

La fiesta será total para los dos jóvenes txuri urdines si el equipo donostiarra logra los tres puntos. Si esto ocurriese, el ondarroarra no tendría ningún problema en intercambiar su camiseta con Iker Muniain, «a no ser que acabemos enfadados debido a un mal resultado».

un sueño

Ambos jugadores admiten que el llegar a donde han llegado era un sueño y «poco a poco se está cumpliendo». Asimismo, Illarramendi admite que «desde el principio se nos está dando la oportunidad, pero después, cuando salimos al terreno de juego, damos todo lo que podemos». «Hay que seguir así», sentencia Iñigo Martínez.

Asier Illarramendi vive el fútbol con la misma tranquilidad con la que disfruta del día a día

Asier Illarramendi Andonegi (Mutriku, 8/3/1990). «Illarra», como le suelen llamar sus compañeros, comenzó su andadura en el mundo deportivo en Mutriku, en la escuela de deporte, practicando varias actividades como el balonmano y el fútbol, entre otras.

Uno de sus primeros equipos fue, como no, el Mutriku. Pero en el último año de alevines recibió una llamada de la Real para disputar el torneo de «Canal +». Su buena actuación certificó su fichaje por la escuadra blanquiazul.

Desde entonces, Illarramendi no se ha movido de la Real. «Por lo tanto, no he podido jugar partidos aquí en Mutriku. Sólo algún que otro amistoso», señala el jugador.

La temporada 2007-08 fue su primer año en la Real Sociedad B, filial en el que permaneció hasta la 2010-11, marcando un total de siete goles en 93 encuentros disputados.

Su debut con el primer equipo vino de manos del entrenador uruguayo Martín Lasarte el 19 de junio de 2010 en Elche. Era la última jornada de Segunda División, Illarramendi disputó 67 minutos y la Real perdió 4-1, pero el conjunto txuri urdin volvió ese año a Primera División.

Tuvo que esperar hasta inicios de 2011 para disponer de más minutos con el primer equipo. Así, su debut en la máxima categoría llegó el 23 de enero de ese año, en el partido que enfrentó a la Real con el Villarreal. Los donostiarras cayeron 2-1. El próximo paso lo dio el 26 de febrero de 2011, cuando debutó como titular en la 25ª jornada en el estadio Cornellà-El Prat ante el Espanyol. Jugó todo el partido, pero el equipo txuri urdin perdió 4-1.

En la presente pretemporada el mutrikuarra realizó un gran trabajo, lo que le ha servido para quedarse definitivamente en el primer equipo y ser uno de los jugadores más destacados de este comienzo liguero.

Además, gracias al excelente nivel mostrado, el guipuzcoano fue convocado por primera vez para la selección española sub 21 el pasado 16 de marzo para el partido internacional amistoso entre Francia y España.

La tranquilidad con la que toca la pelota y ve el fútbol el joven centrocampista se ve reflejada también en su vida cotidiana. Entre sus aficiones destaca estar con los amigos, la novia... En definitiva, estar en Mutriku «cuidando el pueblo». Y eso también le hace ser muy casero. Le encantan las croquetas de su abuela, que también vive en la localidad.

No es muy aficionado a la lectura de libros, pero sí que lee la prensa deportiva. Al igual que utiliza las redes sociales, como Tuenti, pero «sólo para hablar con los amigos», destaca.

Entre sus gustos musicales, Illarramendi disfruta con el grupo Berri Txarrak y su canción «Isiltzen banaiz» del disco «Jaio.Musika.Hil».

Afirma no tener ídolos, pero se fija mucho en el tolosarra Xabi Alonso y el catalán Xavi. Y su película preferida es «Braveheart». Como en el film, este domingo vivirá una sensación muy intensa ante el Athletic. I. CARRILLO

Iñigo Martínez, ese chico joven y extrovertido que se ha hecho con el mando de la zaga txuri urdin

Iñigo Martínez Berridi (Ondarroa, 17/5/1991). Del mismo modo que cada persona tiene que hacer un camino hasta llegar a su meta principal, el recorrido del ondarroarra también ha sido diferente al del mutrikuarra.

El vizcaino comenzó en esto del fútbol en el Aurrera de Ondarroa cuando tenía 7 u 8 años. Más adelante, a los 13 años, la Real Sociedad le llamó para que acudiese a Zubieta a realizar las pruebas oportunas. Estuvo un año entrenando un día a la semana en Zubieta. Así, cuando tenía 14 años, el conjunto txuri urdin lo fichó para el equipo de cadete Liga Vasca.

En juveniles demostró ser polivalente al poder jugar tanto como centrocampista zurdo como en la defensa central. En 2009 ascendió a la Real B para jugar en Tercera División. El ondarroarra fue uno de los jugadores más destacados del equipo y, gracias a ello entre otros aspectos, se logró el ascenso a Segunda B.

La siguiente temporada fue clave para el futuro que aún tenía que llegar. Fue una pieza fundamental en la categoría de bronce y su nivel le llevó a ser convocado por la selección española sub 20 en la 2010-11.

Las buenas noticias fueron creciendo, ya que el pasado mes de junio la Real renovó el contrato de Iñigo Martínez hasta el 30 de junio de 2015. El no ser convocado para jugar el Mundial sub 20 le dio la posibilidad de realizar la pretemporada entera con el primer equipo txuri urdin, y el resultado es obvio: es una pieza clave del estilo Montanier.

Trayectoria al margen, de los dos protagonistas de este reportaje, Iñigo Martínez es quizás el más activo o agitado. La garra con la que afronta cada partido es muestra de ello. Incluso ese ímpetu, «a veces descontrolado», como él mismo reconoce, le han llevado esta temporada a ver una tarjeta amarilla por protestar.

A la hora de motivarse, el jugador vizcaino reconoce que en los viajes largos en autobús o avión escucha música «para entrar animado a los vestuarios». Por los cascos no se escucha ningún grupo en especial, sino algo movidito como reggaeton.

Por su parte, en el momento de señalar un lugar que le llame la atención o le guste, ofrece dos respuestas: «Para echar juerga Ibiza, y para estar tranquilo Ondarroa».

Al igual que Illarramendi, lee la prensa deportiva, pero no libros, más que nada «porque me suelo dormir». Tampoco se muestra como un seguidor nato de las películas. Pero sí es un aficionado a los deportes en general, como jugar a pala en verano.

Asimismo, como los jugadores en los que se fija (Piqué, Puyol y Pepe), sí que usa las redes sociales, «de todo: Facebook, Tuenti, Twitter... Es una herramienta útil para conocer gente y, si se puede, ligar», comenta sonriente.

Por último, su color preferido es el azul... y el rojo, pero este último está relacionado al tipo de su plato preferido: las alubias rojas. I. CARRILLO

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