VALENCIA 1

CHELSEA 1

Unai Emery ha puesto en marcha un sistema de rotación en la portería del Valencia que no es muy habitual. Vicente Guaita juega de titular en los partidos de Liga y Diego Alves lo hace en los de Champions. Pues bien, el guardameta brasileño le dio ayer más argumentos a su técnico para que, como poco, siga manteniendo la alternancia.

Porque el trabajo de Alves fue fundamental para que el cuadro ché sumara un punto ante el Chelsea. Los ingleses salieron en tromba en la segunda mitad y se adelantaron en el marcador a los cinco minutos de la reanudación. Florent Malouda se apuntó una buena internada por la derecha y su centro raso al segundo palo fue rematado con acierto por Frank Lampard.

Fueron los mejores minutos de los londinenses, de los pocos buenos que tuvieron, y Diego Alves evitó que dejaran el partido sentenciado. Un gran cabezazo de Torres, un inocente remate de Ramires, otro disparo del «Niño» a bocajarro y un rechace hacia su portería del central Víctor Ruiz tuvieron el mismo final, una parada increíble del ex portero del Almería.

Los cinco minutos de Kalou

Pasado el vendaval, el equipo de André Villas-Boas replegó velas y se dedicó a defender el resultado, justo lo contrario de lo que hizo el Valencia, dando entrada a Piatti, Feghouli y Jonas para buscar el empate. Fue el primero de ellos el que mejores ocasiones tuvo, sobre todo en una jugada en la que se quedó solo delante de Cech a falta de veinte minutos. Pero, tanto en esa ocasión como en otras posteriores, el guardameta checo quiso demostrar que él también sabe sacar balones difíciles.

Y cuando parecía que los tres puntos serían para el conjunto visitante, llegó la jugada que daría lugar al empate. Salomon Kalou, que había salido al campo tres minutos antes, cometía un claro penalti al despejar con la mano un balón dentro del área en el minuto 85. El encargado de materializar la pena máxima fue un Roberto Soldado que no tuvo ayer su mejor día.

Pero como toda buena historia, el choque de Mestalla también merecía su particular epílogo. En este caso, fue la última parada de Diego Alves, la octava en su casillero, que llegó en un mano a mano con el delantero francés Nicolas Anelka. La afición valencianista se rendía a su mejor hombre, a la vez que despedía con una sonora ovación a Juan Mata, que volvió a la que había sido su casa durante los últimos años con palabras de agradecimiento y una discreta actuación sobre el césped.

Muchas emociones concentradas en 45 minutos, puesto que en los otros 45, los de la primera mitad, el juego brilló por su ausencia. En los primeros diez minutos fue el Chelsea el que más cerca estuvo de estrenar el marcador, en dos errores garrafales de Rami en defensa que no supieron aprovechar Torres y compañía. Pero a partir de ese momento, el Valencia lo intentó más y algo mejor. Un remate de Pablo Hernández en el área pequeña supuso la mejor ocasión de esa primera parte.