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Campeonato del Cuatro y Medio

Xala relativiza su último reto

Pese a ser una especialidad que se le ha atragantado al margen de la edición de 2005, cuando llegó a la final ante Aimar Olaizola, el campeón manomanista no siente «ninguna presión especial» ante la jaula.

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Jon ORMAZABAL

Todo el mundo coincide en que por posturas, pegada, técnica y recursos de aire, Xala cumple con todos los requisitos para triunfar también en esto del Cuatro y Medio. Sin embargo, salvo esa edición de 2005 en la que llegó a la final frente a Aimar Olaizola, el acotado siempre ha sido una distancia que se le ha atragantado al de Lekuine. Este 2011 en el que ha jugado la final del Parejas y se ha calado, por fin, la txapela manomanista parece la oportunidad perfecta para demostrar que también puede brillar en la distancia, pero, cuestiones de personalidad, el lapurtarra afronta su debut del domingo sin aparente presión por lograr el triplete.

«No sé, los rivales son muy duros. He entrenado bien, me siento bien, pero no siento esa presión por ganar. Estoy bien para jugar y quizá algún día me toque, pero todavía el camino es muy largo. Lo primero es ganar el domingo y luego hablaremos», declaró el campeón manomanista en la elección de ayer en Eibar.

La sensación entre el resto de pelotaris es muy distinta y, sin ir más lejos, Ekaitz Saralegi, su rival el domingo en Eibar, considera al lekuindarra como «uno de los máximos candidatos a ganar la txapela. Por parejas es de los mejores, mano a mano se ha visto que el mejor y en el cuatro y medio, a pesar de no haber ganado ninguna txapela, ha jugado una final y puede ganarla tranquilamente en cualquier momento».

Un punto de inflexión

Siguiendo la tradición de los años impares, (2007, 2009 y 2011) Xala y Saralegi vuelven a cruzar sus caminos en la jaula -el de Lekuine venció el primero en Eibar por 22-14 y el de Amezketa se vengó dos años después en Donostia por 22-12-.

«En aquel momento quizá estaba mal, también sentí algo en la rodilla y aquí se necesita tener el cuerpo a tope, la cabeza también y jugar con confianza, acertar ese día y tener un poco de suerte ese día. Es muy difícil alcanzarlo durante todo el campeonato», recordó Xala ayer al ser preguntado por aquel partido de infausto recuerdo.

Sin embargo, muchos de sus éxitos recientes tienen su origen en los días posteriores a ese partido. Aquel 18 de octubre fue una de las jornadas más bajas de la carrera del lapurtarra y, tras la mala imagen mostrada, pidió tiempo para la reflexión. Xala acababa de emanciparse de su tutor Panpi Ladutxe y su juego estaba muy lejos de aquel que le llevó a la final manomanista de 2004. Entre otros cambios, ese período de meditación trajo consigo un trabajo físico más intenso y esas sesiones junto a Justo Lillo no tardaron en traer sus frutos. Enseguida se caló la txapela del Parejas y desde entonces se ha convertido en un asiduo de las finales.

«Entonces hice un buen partido y él no estaba en un buen momento. Contra estos grandes pelotaris nosotros tenemos que jugar a tope y que ellos no lo hagan, porque si no, no tenemos nada que hacer», reconoce sincero Ekaitz Saralegi. «Él es un pelotari de primer nivel, mientras que yo soy de los de en medio, ni de arriba ni de abajo».

David Merino completó su primer entrenamiento

Apenas un mes después de que recibiera el alta hospitalaria, tras haber estado ingresado debido al Síndrome Guillain-Barré que padeció, el de ayer fue un día muy importante para David Merino, ya que por fin pudo completar un entrenamiento con relativa normalidad.

El zaguero de Villar de Torre, que perdió mucha masa muscular debido a este virus, ha venido realizando el pertinente proceso de rehabilitación y tras unos cuantos días haciendo manos en el frontón, ayer se incorporó con normalidad al grupo de trabajo liderado por Joaquín Plaza. Aunque todavía hay que ser muy prudentes, su principal objetivo es poder disputar la próxima edición del Parejas. J.O.

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