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División de Honor femenina

Mucho más sencillo de lo esperado

Itxako entró fuerte al partido, el Mar Sagunto se desintegró en el primer cuarto de hora, y las navarras son ahora líderes en solitario.

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ITXAKO 33

MAR SAGUNTO 23

Juan Carlos ELORZA

El Mar Sagunto que se presentó ayer en Lizarreria no puede ser el rival más fuerte que tenga Itxako en esta Liga. Al menos no la versión del equipo valenciano que vimos ayer. El equipo heredero del mítico Iber mostró ayer el único defecto que resulta imperdonable en un rival con su talento e historia, una falta de fe en sus posibilidades que le llevó a rendirse a las primeras de cambio, cuando las cosas se le empezaron a torcer y apenas se llevaban jugados diez minutos de partido. A partir de ahí dejó de ser un equipo dispuesto a apretar los dientes y luchar por darle la vuelta al partido.

Evidentemente, algo tuvo que ver Itxako en ello, aunque visto el partido se podría suponer que infunde tal nivel de respeto (¿temor?) en esta Liga que tiene la mitad del partido ganado antes de saltar a la cancha. Lo más probable es que en Sagunto en la segunda vuelta, en su cancha, las valencianas se comporten de forma bien distinta, pero al menos ayer no dieron la talla.

Itxako fue a lo suyo, con el piloto automático de ganar partidos puesto, sin hacer concesiones ni perdonar al rival. Ambros dispuso una defensa 6:0 con presión sobre el lateral derecho cuando el balón circulaba hacia allí desde el otro lateral, causando dudas a la joven central Escribano, y por allí empezó a resquebrajarse el Mar Sagunto.

En la zona derecha juegan sus dos goleadoras, ambas ya veteranas, la lateral diestra Patricia Alonso y la extremo zurda Rocío Guerola, que en todo el partido no lograron disponer de balones en condiciones para hacer su juego, y eso sin que hubiera prácticamente contacto físico con la defensora de Itxako en esa zona -Barbosa al principio, Barnó después-, que amagaba la salida cuando Escribano se giraba, impidiendo la circulación.

Las dudas surgidas por esta acción propiciaron cinco pérdidas de balón y un lanzamiento fuera en mala posición del Mar Sagunto en menos de cinco minutos, e Itxako pudo hacer lo que más le gusta, correr. Del empate a 2 se pasó al 8-2, con cuatro de los goles de contrataque, y poco después al 12-4 con dos goles de contrataque más.

Itxako no necesitaba apretar el acelerador para dominar con claridad el partido, y sólo las paradas de Raquel Alvarez y la entrada de la veterana pivote Asensi, muy luchadora pero con poca colaboración de sus compañeras, lograron que la ventaja en el marcador dejara de crecer.

A la vuelta del descanso Milenkovic sustituía a Navarro en la portería y se estrenaba con dos paradas en un minuto, una de ellas de penalti a Alicia Fernández. La desventaja se ponía en diez goles y sólo Anabel Mateo daba muestras de pundonor en Mar Sagunto, primero en un par de forcejeos defensivos con Zulai Agirre que le valieron sendas exclusiones, aunque a la vuelta se dispuso a hacer la guerra por su cuenta y se empeñó en lanzar todo lo que llegaba a sus manos, hasta conseguir sus seis goles en esta segunda mitad -la mitad de los que logró su equipo-, cuatro de ellos de bonitos lanzamientos en suspensión defendidos con la vista por una defensa navarra algo relajada a esas alturas de partido.

Ambros Martín sacó a sus jugadoras de ese estado de placidez con un par de sonoros gritos para recordarles que su labor no terminaba hasta el minuto 60 y, tras el 27-21, al que se llegó gracias al arrebato de Mateo, se volvió de nuevo a la «normalidad», a los diez goles de ventaja con que se llegaba al final del partido, no sin antes asistir a dos minutos de despropósitos entre el 27 y el 29, en que las valencianas perdieron cinco posesiones, Itxako tres, y hasta la pareja arbitral se contagió con un colegiado señalando pasos de Escribano y otro gol de la central valenciana en la misma jugada.

La disuasión también vale como concepto defensivo

Impactar con una rival, cerrarle el paso, empujarle, agarrarle... constituyen algo cotidiano en la defensa en el balonmano. Pero a veces algunas acciones defensivas sin ningún contacto físico se muestran igual de eficaces, y quizá más destructivas para el ataque rival. Barbosa, una jugadora no muy alta (1'75) y ligera de peso, no dispone del físico adecuado para defender impactando una y otra vez, pero su capacidad y rapidez de desplazamiento le ayudan a robar balones y, en días como ayer, a sembrar la duda en sus rivales y cortocircuitar su juego de ataque. Ayer, cuando la lateral izquierdo Mateo pasaba a la central Escribano, y ésta se giraba para continuar la circulación de balón e imprimir ritmo a su ataque -en una rutina mil veces entrenada-, se encontraba con el rápido movimiento de Barbosa situándose cerca de la lateral derecha Patricia Alonso, y en medio de la línea de pase hacia la extremo Guerola. Ante la duda, Escribano debía recular, parar y volver hacia Mateo, o inventar algo nuevo, no tan ensayado, cayendo en la trampa de Itxako. En esta acción, entre los minutos 5 y 8, Mateo perdió dos balones y lanzó otro fuera, hasta ser sustituída por Alicia Fernández -que perdió otro balón enseguida-. Bea Escribano perdió otro, uno más Guerola, e Itxako se escapó al 8-2.

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