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Máxima tensión en las difíciles relaciones entre Gran Bretaña e Irán

La tensión entre Gran Bretaña e Irán alcanzó ayer su punto álgido después de varios días en aumento desde la decisión de Londres de suspender todas las transacciones financieras con bancos iraníes en respuesta a su programa nuclear. Se convirtió en una grave crisis diplomática que se inició con el asalto a la Embajada británica en Teherán y tuvo su continuación con la expulsión de sus diplomáticos de ambos territorios.

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GARA | LONDRES-TEHERÁN

Las difíciles relaciones entre Gran Bretaña e Irán alcanzaron ayer su punto de máxima tensión en décadas después de que Londres decidiera cerrar las embajadas británica en Teherán e iraní en Londres y expulsara al personal diplomático iraní. Irán, que había advertido de «medidas recíprocas» ante la «precipitada» decisión del Gobierno de David Cameron de cerrar su embajada en Londres, respondió horas después con la orden de expulsión de todo el personal de la legación británica en Teherán, que ya había sido evacuado, en uso del principio de reciprocidad en la diplomacia.

Unas horas antes, en una comparecencia ante la Cámara de los Comunes, y tras confirmar la salida del último de sus diplomáticos de Irán, el ministro británico de Exteriores, William Hague, ordenó el cierre inmediato de la embajada iraní y dio un plazo de 48 horas a sus diplomáticos para abandonar Gran Bretaña en respuesta al asalto llevado a cabo la víspera por manifestantes iraníes, en su mayoría estudiantes, contra dos complejos de la legación británica en Teherán.

La agencia iraní Fars informó de que la protesta del martes se produjo porque los manifestantes consideraban que la decisión del Parlamento de rebajar el nivel de relaciones con Gran Bretaña -que ya preveía la expulsión del embajador británico- a nivel de encargado de negocios no era respuesta suficiente a las últimas sanciones impuestas por Londres. Esta sanciones, en respuesta al programa nuclear iraní, suponían la suspensión de todas las transacciones financieras con entidades iraníes, incluido el Banco Central de Irán. Gran Bretaña y las potencias occidentales sospechan de los fines militares del programa iraní, algo que Teherán niega. En el asalto a la embajada, los manifestantes arrancaron la bandera británica que ondeaba en el mástil de la legación, saquearon documentación y causaron importantes daños. El ataque provocó la condena de la ONU, la Unión Europea, EEUU, los estados francés y español, Italia, Alemania y Noruega, entre otros países.

«Inaceptable»

El Ministerio iraní de Exteriores mostró su «pesar» por el comportamiento «inaceptable» de un pequeño grupo de manifestantes, mientras que la Policía confirmó la identificación y detención de los asaltantes, sin precisar su número, informó AFP.

El Gobierno de Londres, que dice que las relaciones con Teherán son «difíciles» por sus políticas de derechos humanos y su programa nuclear, responsabiliza al Ejecutivo iraní por no garantizar la seguridad de su misión diplomática. En este sentido, Hague insistió en que el asalto supuso una violación de las leyes internacionales. A su juicio, el incidente tuvo «algún tipo de consentimiento de régimen» y, con dureza, denunció que las autoridades iraníes no protegieran su embajada, «algo por lo que cualquier país se avergonzaría». Acusó a la Policía diplomática de la República Islámica de actuar «de manera tardía».

El cierre de ambas embajadas «reduce nuestras relaciones con Irán al nivel más bajo compatible con el mantenimiento de relaciones diplomáticas», dijo.

El cierre de la embajada británica se produjo después de evacuar a sus 24 empleados y sus familias, algo que no ocurría desde abril de 1997. En esa fecha, los estados de la UE retiraron a sus embajadores durante siete meses después de que un tribunal alemán, recordó Efe, acusara a los servicios secretos iraníes de participar en la muerte de cuatro disidentes kurdos en Berlín.

Las medidas adoptadas por Gran Bretaña e Irán alimentan la que se considera la crisis más grave entre ambos países desde la Revolución Islámica de 1979.

detenidos

Las autoridades de Irán investigan los asaltos de la embajada británica, tras detener a varios estudiantes islámicos -decenas, según algunas fuentes- que entraron, quemaron la bandera y causaron destrozos en la legación.

cierre de colegios

Los colegios británico, francés y alemán, que se encuentran dentro del recinto de la embajada asaltada el martes, decidieron no abrid sus puertas hasta nuevo aviso por prudencia, indicaron fuentes diplomáticas.

Los aliados de Londres llaman a consultas a sus embajadores

El Estado francés llamó ayer a consultas a su embajador en Irán y convocó al responsable de negocios iraní en París para expresarle su malestar por la actitud oficial ante la «pasividad» de las fuerzas del orden iraníes, algo similar a lo que hicieron Alemania y Países Bajos, que también citaron al embajador iraní, en el caso de Berlín, y decidieron llamar a consultas a sus representantes en Teherán tras el asalto el martes a la legación diplomática británica en la capital iraní. Italia citó al embajador iraní en Roma para «pedir garantías absolutamente firmes» sobre la seguridad de las embajadas en Teherán y valora si llamar a consultar a su representante en la República Islámica para pedirle explicaciones, mientras que Noruega decidió cerrar temporalmente su embajada en Teherán en mismo martes. París, además, se mostró partidario de abordar la situación creada en Irán durante el Consejo de Asuntos Exteriores que reunirá hoy en Bruselas a los jefes de la diplomacia de los Veintisiete ante la «violación flagrante e inaceptable de la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas y la gravedad de las violencias». GARA

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