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Maiorga Ramirez y Miren Aranoa | Coordinador Territorial y Portavoz de EA en Nafarroa

Navarra plural

Vamos a seguir trabajando para que en estos galardones se tenga en cuenta la voluntad de la ciudadanía, y se profundice en el reconocimiento de la Navarra plural

A través de este artículo de opinión los firmantes queremos hacer pública nuestra reflexión y valoración en torno a dos cuestiones fundamentales: en primer lugar queremos mostrar nuestra preocupación y denunciar expresamente la falta de respeto hacia la pluralidad de nuestra tierra que, nuevamente, ha demostrado UPN en la organización del denominado «Homenaje a Navarra» conmemorativos del Día de Navarra, que más bien pareció el Día de Unión del Pueblo Navarro; y en segundo lugar queremos hacer hincapié en la necesidad de abordar el conflicto político que sufre Euskal Herria, en lo referente específicamente a Nafarroa.

Como decíamos, y como ya hicimos público, queremos expresar en este artículo nuestra crítica más profunda a la organización del denominado «Homenaje a Navarra» dentro de los actos conmemorativos del Día de Navarra, celebrados a lo largo de la pasada semana, y que ha sido pensado básicamente desde la exclusión hacia determinadas sensibilidades de nuestra sociedad.

Es un hecho inédito que tres formaciones de la oposición como Nafarroa Bai 2011, Izquierda-Ezkerra y Bildu, coalición de Eusko Alkartasuna, no acudiésemos al denominado Homenaje a Navarra, dedicado en esta ocasión a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Y, pese a lo que han querido transmitir desde UPN, nuestra posición no ha sido tomada desde la radicalidad, ni desde la falta de democracia, sino más bien desde un punto de vista totalmente contrario al sistema de exclusión que practica la derecha navarra foral y española. Democracia es atender a las diferentes sensibilidades de una sociedad, no buscar las diferencias para profundizar en ellas.

Consideramos que un galardón como éste, y otros, deben responder a la voluntad de la ciudadanía de hacer merecedor o merecedora a determinada institución o persona de los honores que este homenaje conlleva. Por lo tanto, debe estar pensado de forma incluyente, y consensuado entre las diferentes representaciones políticas de Navarra. Eso es democracia, y no tener que aceptar sí o sí lo que proponga la señora Barcina desde su «palco de autoridades». Y democracia es aceptar que haya quien decida no acudir a un acto organizado con total afán de exclusión.

Por cierto, nos parece demencial la respuesta que ofreció la Confederación Española de la Policía por la que se nos decía que Bildu, ni somos bienvenidos ni se nos esperaba en el acto. Ellos habrán sido los premiados, pero no los convocantes, ni cuentan con ningún tipo de aval de representación de nuestra sociedad como para decir quién es o no bienvenido en un acto organizado por las instituciones navarras. Faltaría más, pero no vamos a entrar a responder más a esta sinrazón de quienes, como todos los causantes de sufrimiento en este conflicto, deberían empezar reconociendo también el dolor causado..

Como conclusión y como valoración del programa de actos celebrados con motivo del Día de Navarra, reseñar que en 2011 no ha podido ser, es evidente, pero esperamos y vamos a seguir trabajando para que, de aquí en adelante, en estos galardones y en otros, se tenga en cuenta la voluntad de la ciudadanía, se busquen acuerdos parlamentarios, se profundice en el reconocimiento de la Navarra Plural/Nafarroa Anitza... En defi- nitiva, queremos que la búsqueda del consenso sea un permanente reto y se valore nuestra pluralidad como algo po- sitivo que nos hace una sociedad más rica y enriquecedora.

En segundo lugar, y vinculado a lo anteriormente expresado, es inevitable entroncar la anterior reflexión en un balance de la situación política de Nafarroa y de la necesidad de abordar el conflicto político de Euskal Herria de forma específica en lo referente a Nafarroa.

Eusko Alkartasuna ha exigido siempre el cese de la actividad armada de ETA como paso previo necesario para la pacificación de Euskal Herria. Hoy podemos decir que, felizmente, siendo necesaria mucha implicación, determinación y trabajo, la petición se ha conver- tido en realidad.

Y aun así, sabemos que el cese de actividad de ETA no resuelve todas las expresiones de violencia ni las consecuencias de tantas décadas de violencia. Queda mucho por hacer en el ámbito de restitución de garantías democráticas, el tema de las víctimas, los derechos humanos y la reconciliación, y en la parte que nos toca como agente político, nuestro objetivo tiene que ser lograr que la sociedad vasca sea una sociedad normalizada y democráticamente avanzada.

Desde Eusko Alkartasuna defendemos, tal y como hemos hecho siempre, que en Navarra la capacidad de decisión de la ciudadanía Navarra no debe tener más límites que su propia voluntad. Confiamos en la capacidad de nuestra sociedad para decidir sobre su futuro, sin tutelas, sin imposiciones y sin vetos.

Pero para ello, deben poder articularse todos los instrumentos democráticos potenciales para conocer cuál es esa voluntad. Ese es el deber de las formaciones políticas, escuchar lo que nos demanda la ciudadanía, desde una postura abierta, flexible y constructiva.

No podemos olvidar que la máxima Ley de nuestro ordenamiento jurídico, es decir el denominado Amejoramiento del Fuero de Navarra, fue impuesto, y no se preguntó a los ciudadanos y ciudadanas de Nafarroa si la aceptaban o no. Frente a esto, nosotros proponemos un modelo político diferente, un modelo que tiene como primer objetivo y compromiso escuchar la voz de la ciudadanía, que es a quien nos debemos como partido.

Los hombres y mujeres de Eusko Alkartasuna no tenemos miedo a la democracia, como parecen tener otros como UPN, que atacan una y otra vez a la pluralidad de Nafarroa. Y crean falsas polémicas en su afán de exclusión y criminalización de una determinada parte de la sociedad, como ocurrió por ejemplo con el alcalde de Leitza, cuya causa fue archivada la semana pasada por la Audiencia Nacional.

Por cierto, que todavía no hemos escuchado ninguna rectificación de las duras acusaciones que hizo UPN hacia este alcalde de Bildu y hacia el conjunto de la coalición, por unos hechos que ahora han quedado archivados.

En cualquier caso, y volviendo al tema que nos ocupaba, desde Eusko Alkartasuna tenemos claro que la mejor forma de gestionar nuestra tierra es a través de nosotros mismos, sin imposiciones de Madrid, sin limitaciones y obligaciones marcadas antes por Zapatero y a partir de ahora por Rajoy.

Nosotros, los navarros y navarras, sabemos qué queremos mejor que nadie, no necesitamos que Mariano Rajoy ni el ínclito Pepe Blanco vengan a decirnos lo que tenemos que hacer. En este momento de crisis económica, ha quedado más en evidencia que nunca lo importante que es la aplicación de la capacidad de decisión de un pueblo, para poder poner en marcha medidas económicas ajustadas a las necesidades reales de la ciudadanía. Navarra no estaría como está ahora, con unas cifras de paro en aumento, si UPN hubiese desarrollado y defendido sin ambages ni cortapisas nuestro autogobierno, y obviamente si hubiese profundizado en él, en vez de dedicarse a copiar miméticamente las políticas del fracasado señor Rodríguez Zapatero.

No cabe duda de que han llegado nuevos tiempos a nuestra tierra, nuevas oportunidades que no podemos desperdiciar. Tenemos la oportunidad de hacer de ésta una Navarra más libre, socialmente más justa, y más democrática, pero para ello es y será fundamental que los y las representantes políticos apostemos por el diálogo entre diferentes, el consenso, la búsqueda de acuerdo, y por estar abiertos a atender lo que nos demanda la ciudadanía. Ciudadanía que democráticamente siempre ha de tener la primera y la última palabra.

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