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Crónica | Desde la Tribuna

Entre el `overbooking' inicial y las progresivas deserciones

El parlamento español evolucionó desde el `overbooking' hacia un progresivo absentismo. El acatamiento por imperativo legal de Sabino Cuadra cerró la atención mediática hacia el conflicto vasco a la espera de que hoy tomen la palabra los electos procedentes de Euskal Herria.

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Alberto PRADILLA

«Por imperativo legal, sí prometo. Legeak hala behartuta». Tras acatar la Constitución utilizando la fórmula habitual, Sabino Cuadra ya es, oficialmente, el séptimo diputado de Amaiur en el Congreso español. Hace una semana, su ausencia le convirtió en protagonista. Ayer, su juramento puso fin a la atención mediática que había capitalizado la coalición abertzale durante la última semana. El grupo parlamentario copó el debate hasta las 12 y un minuto. Con el inicio de la intervención de Mariano Rajoy, los independentistas pasaron a ser testigos del debate de un parlamento ajeno.

No solo menguó la atención de los focos. También la del resto de parlamentarios. Hace siete días, durante la sesión inaugural, las manos que estrechaban Xabier Mikel Errekondo o cualquiera de sus compañeros se convirtieron instantáneamente en noticia. Puede que ese sea el motivo de que ayer la cortesía se moderase. «Hay mucha gente mirando», bromeaba uno de los diputados abertzales, en referencia a la función fiscalizadora de las cámaras.

Quien sí tuvo un recuerdo para los parlamentarios independentistas fue el jefe de la Policía española en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba, que remitió una felicitación navideña a cada uno de los diputados de Amaiur. Teniendo en cuenta su responsabilidad en el conflicto, no cabe duda de que los gestos que los ciudadanos vascos esperan del uniformado van en otra dirección.

El PP llegó en bloque para aclamar a Mariano Rajoy. Y entre tanto diputado y senador, la cámara terminó sufriendo overbooking. No había sillas para tanto electo conservador y a punto estuvieron los parlamentarios de Amaiur de quedarse de pie. Cuando los abertzales llegaron a su bancada, ubicada en el gallinero, se encontraron con algunos asientos ocupados. Finalmente tuvo que actuar Celia Villalobos. La misma que dos horas antes había ejercido como portavoz para denegar el grupo parlamentario.

Alberto Garzón, diputado de IU por Málaga recién llegado a la cámara procedente de las asambleas del 15M, resumía en su twitter la actitud de un sector de la bancada del PP. «Desde hace unos minutos lo que más escucho son murmullos y comentarios propios de hooligans», señalaba, durante el segundo turno de palabra del portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los cuchicheos de desaprobación que acompañaban las primeras interpelaciones del socialista avalan esta sentencia.

La sesión fue larga. Aunque no más que una jornada laboral. Sin embargo, tras las intervenciones de Rajoy y Rubalcaba comenzaron las deserciones. Otra paradoja si se tiene en cuenta que el futuro presidente apeló a combatir el «absentismo».

Euskal Herria volverá hoy a capitalizar la atención con las intervenciones de PNV, Amaiur, Geroa Bai y UPN.

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