A las pocas horas que las tropas de Estados Unidos abandonaran Irak, el Gobierno de Bagdad se precipita hacia una grave crisis. El segundo grupo parlamentario, el bloque Iraqiya, decidió ayer boicotear el Gobierno, a la vez que se ordenaba arresto contra el vicepresidente, Tarek al Hashemi, perteneciente a este grupo.

Dos días después de suspender su participación en el Parlamento, Iraqiya anunció que boicoteará las reuniones del Gobierno para protestar contra «la dictadura» del primer ministro Nouri al Maliki, según las declaraciones de su dirigente y vice primer ministro, Saleh Mutlak, que le acusó de ser «peor que Sadam Hussein».

Maliki pidió por ello al Parlamento retirar la confianza a Mutlak, pero antes de que se trate esta cuestión, la crisis se ha agravado con la orden de detención del vicepresidente.

Según el Ministerio de Interior, las confesiones de sospechosos identificados como los guardaespaldas del Al Hashemi lo vinculan a presuntas muertes y ataques con bombas y pistolas. Al Hashemi y Al Mutlaq son líderes del bloque Iraqiya, una formación que cuenta con el apoyo de los suníes, que se unió al Gobierno de unidad de Al Maliki a regañadientes y que ha denunciado ser marginado pese a ser el partido con mayor número de escaños en el Parlamento. Al Hashemi acusó al Gobierno de Al Maliki de «acoso deliberado» y pidió la inmediata liberación de sus guardaespaldas «que han sido detenidos sin ninguna orden judicial».

El presidente de la región autónoma de Kurdistán, Massud Barzani, pidió negociaciones urgentes para evitar el hundimiento del Gobierno de unidad nacional.