Más de 3.000 personas habrían perdido la vida por la violencia interétnica la semana pasada en Sudán del Sur, lo que podría constituir la peor matanza en la historia de este joven Estado debilitado por las rivalidades tribales. Joshua Konyi, jefe de la administración de Pibor, en el estado sursudanés de Jongley, dijo a AFP que se habían hallado los cadáveres de 2.182 mujeres y niños y de 959 hombres, aunque ese balance no pudo ser confirmado por otra fuente. La última estimación de la ONU era de decenas o «quizás» cientos de muertos.

Desde años, enfrentamientos y venganzas oponen a dos tribus en esta zona del este del país, los Lu Nuer y los Murle, provocando numerosas víctimas.

Los conflictos interétnicos constituyen uno de los principales desafíos que enfrenta la joven nación de Sudán del Sur, además de la tensión con Sudán tras dos décadas de guerra civil.

Sólo en Jonglei, los ataques para robar ganado y las operaciones de represalia causaron más de 1.100 muertos en 2011 y provocaron el desplazamiento de 63.000 personas a abandonar sus aldeas, segúnla ONU.

Ayer, EEUU, que mantiene a Sudán en su lista negra, aprobó la concesión de una eventual ayuda militar al Gobierno de Sudán del Sur.