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Con cara de tontos

Nuevo severo castigo en el Bernabéu para un equipo rojiblanco que tuteó a los blancos, que fue superior a los madrileños en una primera mitad en la que perdonaron y que en la segunda se encontraron con dos penaltis, una expulsión y un pésimo arbitraje.

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REAL MADRID 4
ATHLETIC 1

Joseba VIVANCO I

Con cara de tontos. Así se nos quedó anoche a todos el rictus después de ver la osadía y valentía con la que el Athletic le había tuteado al Real Madrid durante los primeros cuarenta y cinco minutos de partido, para luego echarse todo a perder al minuto de juego de la segunda mitad con un penalti y, justo cuando los rojiblancos volvían a apretar a los blancos y éstos se replegaban, con una segunda pena máxima y la expulsión de De Marcos, que dejó al equipo de Marcelo Bielsa sin argumentos para la remontada, que no para seguir dándole batalla a los de Mourinho.

Incluso Mateu Lahoz les escamoteó un penalti, un claro pisotón de Sergio Ramos a Ibai Gómez, pero vista la permisividad con la que dejó que los madrileños repartieran leña a su antojo a lo largo del partido -Lass agredió en sus narices a Toquero-, hasta se antoja comprensible su caserismo. Una película, la de ayer, que ya hemos visto demasiadas veces en el Santiago Bernabéu. Hasta la desesperante falta de puntería de los rojiblancos, la misma que ya parecía olvidada, lastró ayer a los de Bielsa en su visita a Madrid, que deberían haberse ido al descanso con ventaja en el luminoso. Pero cuando uno perdona, se acaba pagando, y más si se juega en un estadio como éste.

Fue un partido, como dijo Martí Perarnau en la previa de GARA, a la carrera. Dos equipos que con el balón en los pies no dan cuartel al rival, un choque en el que el Athletic puso algo más que el Madrid, pero ese algo no incluía los goles.

Gran primera mitad

Enorme e intensa primera mitad de los rojiblancos, sobre todo los primeros veinticinco minutos justo hasta el empate madrileño, en la que jugaron de tú a tú a los de Mourinho, adelantándose no solo en el marcador, sino sujetando las bridas de sus veloces jinetes en ataque, desquiciando al contrario con su asfixiante presión, y disponiendo de un buen número de ocasiones para haberse ido con una más que merecida ventaja al descanso.

Salió el Madrid -en su propio estadio no lo olvidemos- a esperar a los rojiblancos, actitud que revelaba la actitud con la que los merengues afrontaban el partido, es decir, teniendo en cuenta el planteamiento protagonista habitual de Bielsa. El Athletic, por contra, saltó al césped como siempre, apretando arriba, mordiendo las tibias del rival, ejerciendo presión sobre cada jugador blanco al que le llegaba al balón. Así que el Madrid solo se limitaba a disparos lejanos de Granero o Benzema, sin hilvanar jugadas ni conseguir penetrar por banda.

La seriedad y compromiso de los leones ante el líder se iba a ver premiada en la jugada del primer gol, jugándole al Madrid con sus propias armas: la contra. Balón que atrapa Iraizoz, saca rápido y en corto con la mano a Javi Martínez, que cede la pelota a Herrera, avanza, abre sin mirar a banda derecha, allí surge el de Aiegi que sigue la jugada, éste pone un balón medido a Llorente, que, llegando desde atrás, remacha a Casillas con la zurda. Un gol que recuerda a los de Toquero. Golazo en definitiva. El Athletic apuntillaba a un Madrid al que ponía contra las cuerdas y al que mantendría noqueado en los siguientes minutos.

Poco después, casi llegaba el toque de gracia, cuando De Marcos la mandaba fuera de manera incomprensible tras rechazar Casillas un chutazo de Muniain. Los de Bielsa eran dueños y señores, acogotando a los jugadores blancos, peleándoles cada metro del campo, saliendo con combinaciones desde atrás, ganando cada balón largo arriba... La cara de Casillas suele ser expresiva del juego del Madrid y en ese momento, la suya era la imagen de la impotencia.

Atrás, San José era un auténtico kaiser en la zaga, a la altura de un gran Javi Martínez. Incluso las coberturas funcionaban como un reloj, mientras Javi tapaba en banda a Benzema e Iraola le sacaba un balón a Ronaldo en el centro del área. Arriba y abajo, el Athletic lo bordaba, y entre líneas, Herrera, De Marcos y Muniain daban un verdadero dolor de cabeza al Madrid.

Pero los blancos, aun al cincuenta por ciento, llevan el peligro en su ADN, portan el gol en sus genes por naturaleza. Y en el minuto 24, una pérdida de Susaeta arriba, dio pie a la contra madridista, una pared final tirada por Marcelo y Benzema, y el brasileño se la cuela a Iraizoz. El portero navarro se quedaba a solo 20 minutos de igualar el récord de imbatibilidad de Zubizarreta en la portería rojiblanca.

El empate no descentró a los bilbainos. Al revés. Tras unos minutos de indecisión, con un inocente cabezazo de Benzema de por medio a las manos de Gorka, el Athletic replicó de ahí al final de la primera mitad con un disparo pegado al palo de De Marcos en el minuto 34 y un gol cantado que falló Llorente en el 38 cuando se había quedado solo frente a un incrédulo Casillas. Y se llegaba al descanso, con las buenas sensaciones intactas, a la espera de que el impresionante derroche físico de los vascos no les pasara factura en la reanudación.

Lo que no pensaban ni ellos, ni Bielsa, ni los seguidores rojiblancos es que a los 35 segundos de iniciada la segunda parte, una buena pared entre Ronaldo y Kaká iba a dar con el brasileño en el suelo agarrado del pantalón por Iturraspe dentro del área. El portugués quitaba la telaraña de la meta de Iraizoz desde los once metros y ponía el partido en franquicia.

Habían salido los merengues más dispuestos, más verticales, más incisivos, más peligrosos en definitiva. Pero el Athletic también avisó por medio de un disparo de Muniain que Casillas mandó a córner. Reaccionó Marcelo Bielsa con dos cambios que sorprendieron, sacando a Llorente y Amorebieta por Toquero e Ibai. Revolución. El Athletic se volcaba, mientras el Madrid aguardaba. Y en una de esas contras, nuevo penalti, esta vez a Özil, que terminaba con De Marcos en la caseta por roja directa. Ronaldo tampoco perdonaba y a los blancos se les ponía todo cuesta abajo y sin pedales.

No perdió la cara al partido el Athletic, que siguió saliendo convencido al ataque. En una de ésas, Muniain cayó al suelo después de una falta reiterada de Ramos, el contraataque lo guió Higuaín con pase final a un recién salido Callejón, que se la cruzó por bajo a Iraizoz. Demasiado castigo para los méritos hechos. Otra vez goleados en el Bernabéu. Otra vez con cara de tontos. Una derrota que, diría Bielsa, ayuda a seguir aprendiendo. Más que el triunfo.

Bielsa: «Hasta la expulsión jugamos de igual a igual»

El ténico rojiblanco Marcelo Bielsa resumió el partido afirmando que «nos faltó capacidad de desequilibrio en los últimos metros. Fue el aspecto a resolver. No lo hicimos de la mejor manera», en clara referencia a las buenas ocasiones de gol malogradas en la primera mitad y que podrían haberles puesto en ventaja. A partir de ahí, el rosarino asumió que jugar con diez fue determinante: «El resultado es justo. Hasta la expulsión el partido lo pudimos jugar de igual a igual. Con un hombre menos defendimos con dificultades y dejamos de atacar con posibilidades. Hasta ese momento atacamos con cierto equilibrio. Después ya no». También habló el argentino de esos cambios, sobre todo el de Llorente. «Me pareció que un delantero con más frescura, con menos acumulación de minutos como Toquero le podía dar más verticalidad», señaló el entrenador del Athletic.

Por su parte, José Mourinho declaró que en la primera mitad su equipo había cometido errores defensivos, pero que también tuvo que ver en ello el rival. «El primer tiempo tuvimos errores defensivos por culpa de nuestro rival que tiene jugadores muy buenos con características especiales como Llorente y De Marcos que nos crearon problemas. Pero después hemos jugado bien. Ha jugado al fútbol bien y los problemas defensivos bajaron en la segunda parte y el equipo ganó con tranquilidad. Ha sido un partido para mí donde tenía siempre la sensación de ganar».

Lo que no pudo evitar el luso fueron las preguntas sobre su cuestionada situación en el Madrid. «Zidane ha sido pitado aquí. Ronaldo y Cristiano Ronaldo, Bota de Oro, han sido pitados aquí. ¿Por qué no puedo ser pitado yo? No es un problema para mí. Zidane respondió con su fútbol y los otros, Ronaldo y Cristiano, también. Puede ser que un día yo pueda responder y se queden tristes ellos». Mourinho añadió que «no pasa nada. Hay una primera vez para todo».

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