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General Electric revela que el reactor de Garoņa puede fallar en caso de terremoto

Un informe elaborado por General Electric ha evidenciado un problema de fricción en las barras de control del reactor de Garoña, fabricado por la citada empresa norteamericana. Según revela el documento, que fue entregado a los responsables de la central burgalesa el pasado mes de septiembre, en caso de terremoto ordinario se podría desencadenar una situación preocupante, ya que los técnicos no podrían parar la planta energética en caso de emergencia.

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GARA | MADRID

Los reactores nucleares BWE/2-5, de agua en ebullición, como el de la central burgalesa de Garoña, son susceptibles de un problema de fricción en las barras de control que influiría en la seguridad en caso de terremoto, según explica en un informe General Electric (GE), la empresa encargada de fabricar el citado modelo de reactor.

Según informó ayer la agencia Efe, el documento de GE detalla que el problema vinculado a los reactores BWE/2 consiste en que se produce una interferencia o fricción de las barras de control con los canales de combustible cuando estos van a hacer sus funciones de absorber los neutrones y parar la reacción nuclear, que podría agravarse en caso de terremoto.

El fallo ha sido notificado por GE al consejo de seguridad nuclear americano (NRC en sus siglas en inglés) y a las empresas que operan las centrales de este tipo de diseño, entre las que figura la planta energética de Garoña, cuya empresa gestora, Nuclenor, confirmó ayer haber recibido el aviso de la eléctrica el pasado mes de septiembre, hace cinco meses.

La notificación de GE ha suscitado diferentes reacciones en Estados Unidos, donde organizaciones como la Union of Concerned Scientists (UCS) se han encargado de analizar los detalles del informe elaborado por la empresa norteamericana.

Tras prestar especial atención al fallo revelado por General Electric, UCS concluyó que la «deficiencia» detectada por la empresa podría desencadenar una situación «preocupante» de producirse «un terremoto ordinario en circunstancias normales de funcionamiento del reactor nuclear». En este sentido, la UCS incidió en que «si falla la inserción de las barras de control, este problema podría dar lugar a no poder parar una central de este tipo en caso de emergencia».

No se tuvo en cuenta

Sin embargo, a las autoridades españolas, y especialmente a los integrantes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) pareció no importarles las apreciaciones recogidas en el informe, ya que el problema evidenciado por GE no aparece mencionado en las pruebas de resistencia a las que fue sometida la central nuclear de Garoña. Unas pruebas realizadas por mandato de la Unión Europea tras el accidente japonés de Fukushima.

Fuentes de Nuclenor, la empresa que opera Garoña, aseguraron haber recibido la comunicación de General Electric, si bien le restaron importancia y consideraron que forma parte de las notificaciones «obligatorias» que hacen los fabricantes de los reactores «ante cualquier anomalía que se detecte». El problema choca con las pretensiones de la empresa propietaria, que apuesta por mantener abierta la planta nuclear hasta el año 2019, seis años más de lo previsto.

Es más, lejos de mirar de frente al aviso y reconocer la situación, desde Nuclenor insistieron en que el fallo «ya era conocido por la industria, y es seguido con normalidad dentro de los programas de vigilancia que se llevan a cabo periódicamente».

Además, los responsables de Nuclenor, empresa formada por Endesa e Iberdrola, agregan que el fabricante (GE) les dio unas guías de vigilancia para combatir los efectos de una posible interferencia entre la barra de control y el canal de combustible en caso de producirse una excesiva deformación de los citados canales durante el desarrollo de una parada automática con baja presión en el reactor.

En declaraciones a Efe, desde Garoña reconocieron que el problema de «posible interferencia» puede darse en alguna de las barras periféricas del reactor. No obstante, le restaron importancia argumentando que este tendría «poco efecto en el control de la reactividad». A su vez, destacaron que periódicamente se realizan pruebas que permiten identificar si una barra tiene fricción por encima de lo permitido, y en ese caso de ser así se declara inoperable.

«Fusión parcial»

Por su parte, el portavoz de Nucleares de Greenpeace, Carlos Bravo, afirmó que la central nuclear de Garoña tendría que haber cambiado todo el sistema de accionamiento de las barras de control tras haberse detectado este fallo, ya que el mismo pone de manifiesto que las barras no entran bien.

Bravo explicó que estos cambios implicarían una gran inversión en la planta, y consideró que por ello Nuclenor ha optado por ocultarlo.

«Si hubiera un terremoto en el norte de Burgos, y las barras de combustible no entraran, podría producirse una fusión parcial del núcleo, por lo que se exige el cierre inmediato de la planta», concluyó.

5 meses de silencio

Pese a recibir el informe de General Electric el pasado mes de septiembre, Nuclenor ha preferido ocultarlo mientras se debate sobre su posible continuidad hasta el año 2019, una opción defendida por el PP.

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