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«Si hay voluntad, habrá acuerdo para retomar la mayoría sindical»

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Ainhoa Etxaide
Secretaria general de LAB

Ainhoa Etxaide considera que el distanciamiento que se ha producido estos días atrás entre ELA y LAB debe corregirse. Entiende que «debemos actuar desde la responsabilidad» ante la grave situación provocada por la crisis económica y los recortes que se están aplicando.

Juanjo BASTERRA | BILBO

¿Está rota la unidad de acción de la mayoría sindical?

En estos momentos, efectivamente, no hay mayoría sindical, porque no hay acuerdos suficientes entre ELA y LAB para seguir el camino que emprendimos ahora hace tres años.

¿Cuáles son las diferencias que les separan?

En primer lugar, y donde queremos poner más el foco de atención, es que no ha habido un debate real y profundo en el sindicalismo vasco y abertzale, para dotar a esa mayoría sindical de una estrategia propia. Por lo tanto, nos separan las diferentes formas de abordar las cosas nuevas que están ocurriendo en Euskal Herria y nos desune la falta de acuerdo. No somos capaces de decir que los acuerdos son imposibles, porque no ha habido un debate real y en profundidad como el que se necesita hacer en el sindicalismo abertzale para abordar una fase de estrategia compartida, sólida, y que de verdad nos permita avanzar en las reivindicaciones. El valor de la resistencia de la mayoría sindical es indispensable, no tiene sustituto; pero tiene que venir con una capacidad de iniciativa, con estrategias propias para avanzar en la construcción del modelo social y económico alternativo, para avanzar en esta fase en Euskal Herria en las demandas que estamos proponiendo.

¿Es Bildu el factor que genera la ruptura como dice ELA?

Es un elemento más. No vamos a participar en el linchamiento de Bildu, tanto por la izquierda como por la derecha. En primer lugar, porque no nos pone nervioso el auge del independentismo, y en segundo lugar porque no tenemos interés particular para obstaculizar o frenar esa tendencia. LAB tiene su propia autonomía y esto es lo que hemos decidido. Dicho eso, tenemos nuestra propia valoración, tanto de las posibilidades que dan las instituciones para cambiar la actual realidad, como de las políticas que ha implementado Bildu los últimos meses desde las instituciones.

¿A qué se refiere?

Tenemos una valoración muy crítica sobre las posibilidades reales que hay desde las instituciones para generar alternativa. Creemos que estos momentos son más los límites que las potencialidades. En las instituciones no hay poder político real ni recursos suficientes para basar en eso únicamente el camino de la alternativa. La labor de la clase política sería poner las instituciones al servicio del cambio político, pero no al revés. Pensamos que las políticas que se pueden hacer, dentro de los límites y del colapso que ha generado la crisis, en ningún caso van a ser suficientes para arreglar esta situación. A partir de ahí, planteamos que hay que establecer mucho debate para fijar los pasos que se tienen que dar para avanzar en el proceso de cambio, qué pasos se tienen que implementar desde el ámbito político, sindical y social, y cuáles son las alianzas que se tienen que generar para que las fuerzas que existen en esos tres ámbitos confluyan en un proceso para construir un modelo social alternativo.

¿Cree que se ha precipitado ELA al dar por cerrada la fase de acuerdo dentro de la mayoría sindical vasca en un momento crítico como el actual?

Nos ha parecido muy grave y determinante ver a través de la prensa que la mayoría sindical no es posible en estos momentos. Es una realidad de que no hay acuerdos suficientes. Ahora, decir que es imposible superar esta realidad, y decirlo sin el suficiente nivel de debate y esfuerzo entre la mayoría sindical, nos parece un error.

A su juicio, ¿se puede dar marcha atrás a esa decisión y se debe volver a la unidad?

Apostamos, en su día lo dijimos y lo seguimos manteniendo, por una alianza sindical sólida, que sea capaz de dotar al sindicalismo abertzale de una estrategia compartida y por una alianza que permita al sindicalismo jugar un papel determinante. Huir del debate que puedan generar los acuerdos que se necesitan para establecer este camino no me parece la manera más correcta. Que no haya mayoría sindical es una mala noticia para los trabajadores. No se puede ni frivolizar, ni mucho menos relativizar. Por lo tanto, para LAB será un escenario sobre el que actuar y tomar iniciativa para poder superarlo.

¿Ha tenido contacto con ELA tras saltar el problema?

Seguramente la falta de comunicación será uno de los problemas. Es una decisión a superar si hay voluntad para ello. Para generar acuerdos se necesita un clima que ayude a un debate real y en estos momentos no nos parece que vaya a mejorar situándonos cada uno de los sindicatos en el capítulo de reproches. Creo que la situación es suficientemente grave para los trabajadores, para que cada uno de los dos sindicatos, y en eso también nos incluimos, actuemos desde la responsabilidad.

¿Se podría retomar el acuerdo?

Si hay voluntad, hay acuerdo. Pero, si además compartes objetivos táctico-estratégicos del diagnóstico de la situación y compartes la necesidad de acumular y hacer apuesta conjuntas que permita sumar fuerzas entre los trabajadores, es posible y es necesario. Pero, para eso, hay que hacer un análisis real de la situación de Euskal Herria, de la nueva realidad que se está viviendo en Euskal Herria, de cuál es el proceso en el que estamos metidos y dónde están las posibilidades reales de ofrecer una alternativa a los trabajadores. A mí lo que me parece grave es que cuando vemos que por parte del Estado hay un proceso de involución, de centralización y de imposición de un modelo ultraneoliberal, el sindicalismo abertzale no lo esté abordando en clave de país, de estrategia y con suficientes bases como para llegar a un acuerdo para defender el marco y el modelo que necesitamos para salir de esto.

¿LAB está subordinado a Bildu?

LAB tiene el mismo grado de autonomía hoy y hace tres años cuando se recuperó la mayoría sindical para avanzar y desarrollar el camino de forma conjunta. Cuando se le exige a LAB autonomía, no se le puede acusar luego de subordinado porque no coincidimos en las valoraciones. Por lo tanto, es cierto que tenemos valoraciones diferentes de cómo hacer una defensa efectiva de nuestros planteamientos, ante un sector político que ha dicho que tiene la voluntad de hacer otro tipo de políticas, pero que se encuentra ante una Administración colapsada. Se necesita algo más que voluntad, se necesitan estrategias para cambiar las cosas y están por construir todavía. Esas valoraciones diferentes no son fruto de la subordinación, sino de interpretaciones diferentes del momento y de lo que trae el momento. No vamos a intervenir en el debate sindical, político y social para justificar nuestra autonomía.

¿Está de acuerdo en la política fiscal que se ha aprobado en las JJGG de Gipuzkoa?

Lo hemos dicho. La reforma, o la medidas fiscales, que ha adoptado la Diputación de Gipuzkoa son a todas luces insuficientes para que de verdad Gipuzkoa se dote de recursos públicos suficientes para hacer las políticas que se necesitan para el cambio. Pero son medidas que se han tomado en la dirección que venimos demandando; son un punto de partida sobre el que hay que seguir trabajando. Y además, ha sido un paso con el que se demuestra que las dificultades son mayores que las potencialidades a la hora de transformar las políticas actuales. Se necesita más que voluntad y más de lo que ofrece la Diputación para cambiar radicalmente la política fiscal. Y en eso estamos trabajando. LAB decide en cada momento cómo hace y desarrolla su crítica, tanto en forma como en contenido. Y lo hará de forma que sea más eficaz para lo que estamos buscando, que es establecer estrategias reales para implementar los cambios que se necesitan.

En su día dijimos que para que haya una reforma fiscal de verdad tiene que haber un acuerdo político y social en este país en el que decidamos cuál es la reforma que necesitamos y cómo vamos a ir superando las dificultades y límites que hay en las instituciones para implementar esa política fiscal. Creemos que no ha habido esfuerzos por parte de nadie para generar ese gran acuerdo político y social.

La división ha generado el descorche de alguna botella de cava entre quienes se oponían a la mayoría sindical.

Efectivamente. Es la foto que tanto se ha buscado. Sólo beneficia a la patronal, a la clase política que hemos interpelado y a los sindicatos que nos han criticado. Por eso decimos que ni se puede relativizar, ni frivolizar ni se puede decir que este es el mejor escenario para el sindicalismo vasco. Es un escenario que se tiene que superar con compromisos claros y con un debate real de cuál es la estrategia de la mayoría sindical.

A su juicio, ¿ELA se ha bajado de este tren de futuro sin madurar las consecuencias?

Estamos viviendo en Euskal Herria es una situación preocupante y novedosa como para establecer posiciones inmovilistas en un período de tiempo tan corto. Es así como lo vemos.

De aquí en adelante, ¿qué?

Vamos a seguir dando mucho valor a seguir trabajando y defendiendo los intereses de la clase trabajadora de forma conjunta, como en el sector público y el acuerdo entre agentes sindicales y sociales para la manifestación del 4 de febrero en Bilbo. Hay que luchar conjuntamente si compartimos los objetivos y las formas de defenderlos. Pero lo principal es que el sindicalismo tiene que asumir capacidad de iniciativa, de propuesta y de planteamientos para recorrer el camino del cambio. Eso requiere que en Euskal Herria exista una mayoría social y política para generar una alternativa real, que se debe implementar tanto desde las instituciones como desde la lucha en los diferentes ámbitos. Requiere de una apuesta por generar las alianzas. En ese escenario, no creemos que las contradicciones y dificultades que pueda generar un proceso político de esas características se tengan que superar a base de evitar y distanciarse de ese tipo de procesos.

«Tenemos que construir una alternativa y un acuerdo desde Euskal Herria para salir de la crisis»

¿Qué opinión le merece la nueva reforma laboral que sacará adelante Mariano Rajoy, presidente español?

Creemos que no hay negociación sobre reforma laboral, y en todo caso el diálogo social lo único que puede discutir en este momento es la paz social. La reforma y los términos de la misma los determinará el Gobierno en función de los empresarios. Será una reforma para precarizar, desregular más el mercado laboral y para que el empresario tenga cada vez más instrumentos para atacar a los salarios, y empeorar las condiciones laborales. Pero, sobre todo, para poder reorganizar de forma unilateral el trabajo dentro de las empresas, atacando elementos tan importantes como la jornada, su regularización y demás.

¿Es necesaria una huelga general?

Sí. Es necesaria una respuesta contundente, masiva; no solo a la reforma, sino a todo lo que está pasando. Ya lo dijimos cuando analizamos las primeras medidas de Rajoy: es hora de abordar el camino que necesita recorrer este país y es hora de salir a la calle en clave de país y de establecer las bases para generar la alternativa que se está demandando, que cada vez es más urgente no solo que las definamos, sino que empecemos a construirla de forma efectiva.

¿Es imposible en este momento?

No es imposible. Sin embargo, solo puede venir de una posición conjunta de quienes conformamos la mayoría sindical. Es algo obvio y público, que en la mayoría sindical no existe acuerdo suficiente, como ya hemos hablado. Pero el debate no es el día, es de contenidos y objetivos.

El acuerdo nacional social, político y económico que LAB reclama, ¿sobre qué bases se sustenta?

Sobre una base que es la única forma de generar una alternativa real a esta crisis. Esa salida tiene que ser propia y democrática en Euskal Herria. Nos tenemos que poner de acuerdo en que esta salida se tiene que construir desde y para Euskal Herria. Se tiene que concretar desde los agentes políticos sindicales institucionales vascos, y se tiene que garantizar la participación de los sindicatos, es decir, de los trabajadores, en la construcción de esa salida. Una salida impuesta en términos de mercado, lo que está pasando en el Estado, no será forma de salir de la crisis. J. BASTERRA

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«Creo que la situación es suficientemente grave para los trabajadores para que cada uno de los sindicatos, y en eso también nos incluimos, actuemos desde la responsabilidad»

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«Damos mucho valor a que se trabaje en común en el sector público o en la manifestación conjunta del 4 de febrero con los colectivos sociales en contra de los recortes sociales y laborales»

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