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CRíTICA flamenco

Canta lo que le echen

 

C. VELÁZQUEZ-GAZTELU

No cabe la menor duda; Miguel Poveda es un rara avis dentro del panorama flamenco, tanto en la propia concepción, como en la manera de desarrollar su universo estilístico;  poco acostumbrado a apreciar en producciones netamente flamencas.

Quienes le dan alma y flamencura, son dos monstruos del compás de Jerez proveniente de sagas flamencas: Luis Cantarote, de los Cantarotes de Jerez y Carlos Grilo, sobrino del bailaor, también jerezano, Joaquín Grilo. Una cosa sin la otra no se podría concebir. Y es que el compás nunca se intelectualizará, por lo tanto, nunca perderá su ímpetu y necesaria presencia en una expresión atávica como la flamenca.

El de la Isla de San Fernando, Jesús Guerrero, con una humildad fuera de lo común para su edad y para ser tocaor de una generación en la que se da más importancia a las creaciones propias y en dónde meter las últimas falsetas de su propia creación, tuvo una capacidad grandiosa y de maestro para no pisar ni ir por encima del cantaor.

Aunque, en ocasiones, confundíamos el Poveda cantaor, del cantante de coplas o del Miguel: master of the revels; todos conocemos su versatilidad a la hora de saber con qué público se va a enfrentar para así cumplir y quedar bien con todos. Digno de elogiar.

Hay que tener en cuenta que antiguamente los recitales flamencos se basaban, más que en un repertorio cerrado y hermético, en hacer todo lo posible para que hubiese una comunión casi perfecta entre el cantaor y la afición congregada. Siendo éstos los que proponían al cantaor.

Empezó con unas tonás, malagueñas rematadas por verdiales, alegrías de Cádiz, soleá-apolá, como adelanto de lo que está grabando para su nueva propuesta: “Con-Vivencia”. Metiéndose y saliéndose varias veces en la noche por coplas, aunque eso sí, con unos registros más flamencos que copleros.

El de Badalona sabía de sobra que los asistentes tenían más ganas de escuchar al Poveda flamenco, que al coplero. Siguió con unos tangos del Titi; tangos en vía de extinción al más puro estilo de Triana. Un tema compuesto por nuestro ya desaparecido Terremoto hijo y titulada “Luz en los Balcones”. Fandangos naturales y de Huelva.

Tangos extremeños a petición del público. Unas Bulerías dedicadas a Moraíto Chico y varios popurrí de coplas pasada por el tamiz povediano: tres puñaladas, alfileres de colores, etc…

En fin! Un muchacho mu´guapo, que canta mu´ bien y que sabe comportarse.