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revuelta en siria

La oposición denuncia una masacre en Homs la víspera de la cita en la ONU

La oposición siria denunció, unas horas antes de la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el bombardeo por parte del Ejército de la castigada ciudad de Homs, donde dijeron que se ha producido la mayor masacre desde el inicio de las revueltas con 260 fallecidos. Damasco negó que tal matanza hubiera tenido lugar y atribuyó la noticia al interés de la oposición por presionar al organismo internacional.

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GARA | HOMS

«Uno de los más brutales crímenes» cometidos por el régimen de Bashar al-Assad desde el inicio de las revueltas el pasado mes de marzo. Así calificó el Consejo Nacional Sirio (CNS) el bombardeo de la noche del viernes sobre la castigada ciudad de Homs, que la oposición siria atribuyó al Ejército y causó, según este frente opositor, 260 muertos, decenas de ellos mujeres y niños. La cifra de víctimas de esta ofensiva, casi toda contra los barrios de Al-Jalidiya y Al-Qosor, fue rebajada por la Comisión General de la Revolución Siria, también opositora, a 147. La cadena panárabe Al-Arabiya informó de 337 muertos y 1.300 heridos.

Según explicó por vía telefónica un testigo citado por Efe, Abu Bilal al-Homsi, las fuerzas gubernamentales utilizaron armamento pesado como disparos de mortero, que procedían de tres lugares: la sede de los servicios de Inteligencia de Homs; el barrio Karam Chemchem, habitado por una mayoría alauí, y un puesto de control militar establecido en las afueras de la ciudad.

Otro testigo, que pidió ser identificado como Abul Ward al-Masri, aseguró que vio cadáveres de niños decapitados y restos de cuerpos humanos desper- digados, y señaló que familias enteras murieron bajo los escombros de los edificios destruidos.

Entre el sonido de las explosiones y de los altavoces de las mezquitas recitando el Corán, que se escuchaba a través del teléfono, Al-Masri acusó también a las autoridades de contaminar el agua de las tuberías de la ciudad, lo que, según afirmó, provocó la muerte de al menos tres personas en Al-Jalidiya. Indicó, asimismo, que las fuerzas leales al régimen de Damasco impidieron la llegada de las ambulancias para trasladar a los heridos a los hospitales de la ciudad.

La periodista de la cadena qatarí Al-Jazeera Misa Jalaf informó desde Beirut (Líbano), citando «fuentes en Siria», que el bombardeo sobre Homs comenzó después de que «el Ejército Libre Sirio atacara varios puestos de control del Ejército y abatiera a diez soldados». Desde entonces, agregó, el barrio de Al-Jalidiya quedó sumido en un «constante bombardeo».

El corresponsal de Al-Arabiya en Homs confirmó que el ´hospital del distrito de Al-Jalidiya quedó totalmente destruido. La misma cadena informó de que el Ejército Libre Sirio destruyó un edificio de la Inteligencia del régimen de Al-Assad en Homs.

«Grupos terroristas armados»

Las cadenas de televisión Al-Arabiya y Al-Jazeera mostraron imágenes de decenas de cadáveres tirados en las calles de Homs, pero una fuente oficial anónima citada por la agencia SANA explicó que se trataba de cuerpos de hombres secuestrados por los «grupos terroristas armados», que fueron ejecutados y posteriormente fotografiados como víctimas del supuesto bombardeo.

«Los cuerpos sin vida que han aparecido en las imágenes ofrecidas por algunas televisiones son los de ciudadanos mártires que promueven el secuestro de sirios por parte de grupos armados terroristas», declararon fuentes gubernamentales a la agencia oficial.

También algunos civiles de la ciudad, donde los bombardeos y los tiroteos se prolongaron durante horas, apuntaron a «terroristas» disparando a civiles.

El Gobierno sirio desmintió que tal matanza hubiera tenido lugar y atribuyó esas informaciones al interés de la oposición siria por hacer presión justo antes de la celebración de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que tuvo lugar ayer.

El ministro sirio de Información, Adnan Mahmud, señaló que la información de un bombardeo del Ejército sobre Homs es «falsa e infundada» y no es más que «parte de histérica guerra de información» y una acusó a «grupos terroristas armados de bombardear de manera indiscriminada las calles y barrios de Homs, en una escalada para matar y aterrorizar a la gente, en un intento de involucrar al Ejército y disfrazar la realidad».

En un breve comunicado, el CNS, acusó al Ejército de bombardear casa habitadas «de manera intensa e indiscriminada», e instó a la llamada comunidad internacional a que abandone su «silencio vergonzoso» y actúe para parar el derramamiento de sangre en Siria.

El líder del CNS, Burhan Ghalioun, afirmó que el régimen sirio «ha perdido el control y ahora se está vengando del pueblo» y dijo que con la matanza de Homs el Gobierno quería «ganar tiempo» de cara a la reunión de la ONU, porque «sabe que no tiene mucho más tiempo para provocar más violencia».

En cualquier caso, y como sucede desde el inicio de las revueltas en el país, las informaciones de una y otra parte no pudieron ser confirmadas.

Las informaciones sobre esta matanza en Homs sacaron a cientos de sirios a las calles en distintas capitales del mundo, donde protestaron ante las embajadas de su país, atendiendo al llamamiento del CNS.

Expulsión de embajadores

Poco después de conocerse la denuncia de la oposición sobre la masacre de Homs, el presidente del Parlamento Árabe, Ali Salem al-Daqbasi, instó a los países miembros a «echar a los embajadores sirios acreditados en sus territorios» y a cortar las relaciones con Siria, también económicas, hasta que Damasco responda a las demandas de su pueblo. Aseguró que todos los países árabes están llamados a «congelar la adhesión del régimen sirio a la Liga Árabe», lo que, manifestó, requiere la expulsión de embajadores y la ruptura de relaciones.

La Embajada de Siria en Túnez fue la primera en arriar su bandera, después de que el Gobierno de ese país expulsara a su embajador y anunciara la retirada del reconocimiento oficial del Gobierno de Al-Assad, a quien pidió que abandone el poder como única salida a la actual crisis.

condena

La masacre de Homs recibió la condena unánime de países y organismos internacionales, entre ellos EEUU, Gran Bretaña, los estados español y francés y la responsable de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que se mostraron «horrorizados».

Rusia y China vetan de nuevo en el Consejo de Seguridad la condena de la represión

El doble veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas volvió a impedir que saliera adelante una resolución de condena de la represión en Siria, tal y como ya hicieron el pasado 5 de octubre.

Tras la votación, los trece países que sí respaldaron el texto colocaron sobre Moscú y Beijing la responsabilidad por la situación futura en el país. La mayor parte de los países tacharon de «vergonzosa», «escandalosa», «imperdonable», «inaceptable» o «cómplice» la decisión de Rusia y China, que explicaron su veto argumentando que se debe condenar la violencia de ambas partes en conflicto, también de la rebelión armada, y que se debe evitar la injerencia en asuntos internos.

En nuevo proyecto de resolución, que reemplazó a otro redactado en términos más duros descartado por Rusia, no pedía explícitamente la renuncia de Al-Assad. Sin embargo, el embajador ruso ante la ONU, Viktor Churkin, señaló que el texto era «desequilibrado» y denunció que las potencias occidentales solo buscan el cambio de régimen en Damasco.

Antes, el canciller ruso, Serguei Lavrov, que el martes se reunirá con Al-Assad para «encontrar una salida al conflicto, había manifestado desde Munich que someter el proyecto de resolución a votación provocaría un «escándalo». Y así fue.

«Estados Unidos está asqueado», afirmó su embajadora, Susan Rice, mucho menos «asqueada» cuando es ella quien utiliza el veto para impedir que el Consejo de Seguridad condene, por ejemplo, la violencia sionista contra los palestinos.

Ese doble rasero de los países occidentales dejó en evidencia también el representante francés, Gérard Araud, quien dijo que «algunos países han obstruido de manera sistemática las acciones del Consejo» y acusó a Rusia y China de ser «cómplices de la política de represión del régimen sirio».

El embajador británico afirmó que «eliminamos cualquier excusa» al aligerar el tecto, pero Rusia y China «eligieron dar la espalda al mundo árabe y apoyar la tiranía».

Por su parte, Bashar Jaafari, denunció a los impulsaron de la fallida resolución por su «intento de convertir la ONU, un instrumento creado para la paz, en una herramienta para la guerra», y subrayó que Siria «ha sido el objetivo de algunos poderes para ser castigada por su compromiso con la defensa de los derechos y sacrificada en una crisis fabricada».

La frustración fue la tónica general de las reacciones por el resultado de la votación. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, destacó que además de «decepcionar» a los sirios, esta sí, a diferencia de otras, «erosiona» a la organización. Una decepción que también mostraron la Unión Europea y la Liga Árabe.

Más duro se mostró el opositor Consejo Nacional Sirio, que calificó el veto como «una autorización al régimen de Damasco para asesinar». GARA

amenaza

Horas antes de la reunión en la ONU, el «número dos» del Ejército Libre Sirio (ELS), Malik Kurdi, amenazó ayer en declaraciones a Efe con atacar los intereses rusos en Siria si Moscú continúa apoyando al régimen del presidente, Bashar al-Assad.

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