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Anjel Ordóñez Periodista

Enfriando patatas desde Altube

La «ola de frío siberiano» en Euskal Herria es al tiempo de invierno lo que la «tembladera de azúcar y huevo al golpe de calor en su espejo de caramelo» es al flan. Piénsenlo bien. Estos días ha sido noticia en medios de comunicación de ámbito estatal sucesos como éste: «Más de 160 personas han muerto en la última semana en Europa por la ola de frío»; pero también como éste otro: «Los alumnos de 3, 4 y 5 años, y profesores del módulo del Colegio San Juan Bautista de la pedanía de Alquerías, en Murcia, han tenido que llevar abrigo, bufanda y guantes en las clases porque no disponen de calefacción» («Abc» del pasado viernes, consultado en internet). Si lo primero nos da una idea del drama que genera la desgraciada combinación de clima extremo y miseria (la mayor parte de los fallecidos son personas sin un lugar donde escapar del frío), lo segundo, simplemente y por mucha profundidad que se quiera alcanzar en el análisis de la crisis, mueve a la risa. Floja.

Llevamos una semana como un loro en una cueva, repitiendo sin cesar un indigesto refrito de teletipos aderezado con un puré de lugares comunes alrededor del frío y delirantes conexiones en directo desde Altube... ¿por qué? Porque nieva. Lo peor es que, como el mercurio, estos días ha caído en picado mi concepto sobre la inteligencia de la especie humana. Y es que toda esta trapatiesta mediática ni siquiera ha servido para evitar que algunos insensatos se hayan calzado las botas con la intención de subir a Gorbea, para horas después tener que llamar a los servicios de emergencia. Que nadie se lo lleve a lo personal, es una reflexión genérica, sin ningún ánimo de ofender.

Al pasar por estas líneas, el lector hará repaso de algunas de las patatas calientes que (deliberadamente o no) el marketing mediático-meteorológico ha logrado enfriar: el aviso de quiebra técnica en el Gobierno de Lakua, el enésimo incremento de las cifras del paro, las declaraciones de Carlos Urquijo y su tricornio de plata, la reelección de Rubalcaba para «renovar» el PSOE, el escándalo de los bebés robados... Y, no sin razón, ese mismo lector pensará: ¿qué hace este hablando del frío? Créanme, si no fuera porque ya he terminado la columna...

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