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Europa tirita sobre el hielo y la nieve y espera un fin de semana más frío aún

El nuevo frente de frío polar que azota Europa, que se ha cobrado la vida de más de quinientas personas en diez días, mantiene las temperaturas bajo cero en casi todo el continente y la alerta ante las previsiones que anuncian un fin de semana aún más frío. El Danubio está cubierto por una gruesa capa de hielo que hace imposible la navegación desde Croacia hasta su desembocadura en Rumanía, mientras en Italia se preparan para recibir la nueva ola de frío especialmente dura.

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El frío glaciar, las intensas nevadas y los fuertes vientos persistían ayer en Europa y amenazan con arreciar este fin de semana. Moscú espera las temperaturas más frías de todo el invierno, con -29°, e Italia se prepara para evitar el aislamiento de localidades y el colapso de Roma, como ya ocurrió la semana pasada. El frío y la nieve han causado ya al menos 540 muertes en Europa en tan solo diez días.

Ucrania, donde las temperaturas pueden alcanzar los 30° bajo cero este fin de semana, es el país más afectado por esta ola de frío polar, con 135 muertos (112 de ellas, directamente por el frío).

Allí, el Estrecho de Kerch, que conecta el Mar Negro con el Mar de Azov, seguía completamente congelado y 126 embarcaciones seguían atrapadas el hielo, sin que los rompehielos pudieran acudir en su ayuda debido al mal tiempo.

En Polonia, a pesar de haberse registrado una ligera mejoría en las temperaturas en los últimos dos días, tres personas murieron por hipotermia, con lo que el número de fallecidos asciende ya a 77 desde el inicio de la ola de frío. A ellos hay que sumar medio centenar de muertes causadas por estufas defectuosas que provocaron asfixia por monóxido de carbono e incendios. En el norte del país, la Policía tuvo que reprender a automovilistas que hacían carreras sobre los lagos congelados para filmarlas y colgarlas en internet.

Las víctimas mortales en Rusia son ya 110, mientras que en Lituania se han registrado 23 muertes, diez en Letonia y una en Estonia.

En la República Checa, donde una nueva muerte elevó a 25 el balance, se espera que este fin de semana las temperaturas lleguen a -40° en las montañas y a -25° en Praga.

Se contabilizaron también 44 muertos en Rumania y 29 en Bulgaria, dónde las violentas nevadas barrían la llanura el Danubio, y tres en Eslovaquia.

Temperaturas gélidas

Las temperaturas alcanzadas en los Balcanes alcanzaron el miércoles por la noche -28° en Sokolac (Bosnia), -26° en Slavonski Brod (Croacia) y -25° en Novi Sad, segunda ciudad de Serbia, mientras que los habitantes de Sarajevo tuvieron que soportar 23° bajo cero y los de Belgrado, 22° bajo cero.

Ayer se registraron cuatro nuevas víctimas en Bosnia, dos en Montenegro y una en Serbia, lo que eleva a 35 el número de muertos en la región: catorce en Serbia, once en Bosnia, cuatro en Croacia, tres en Montenegro, dos en Macedonia y uno en Albania, según el último balance difundido por AFP.

Más de 70.000 personas quedaron aisladas por la nieve en aldeas remotas de Serbia, Croacia, Bosnia, Macedonia y Montenegro, mientras que en la ciudad bosnia de Mostar, cerca de 15.000 hogares se vieron privados de electricidad por tercer día consecutivo.

En la ciudad croata de Split, habituada a suaves inviernos mediterráneos, el elevado número de fracturas de huesos provocadas por caídas en sus heladas calles, setecientas, han agotado en cinco días las existencias de yeso para dos años. El alcalde de la localidad, Zeljko Kerum, culpó al alto precio del calzado de invierno de la situación, porque impide a sus ciudadanos calzar de forma correcta.

El consumo de electricidad batió el récord en Serbia, por lo que las autoridades han advertido de un posible futuro racionamiento en los hogares.

En Bosnia y Macedonia se pusieron en marcha operaciones helitransportadas para abastecer de víveres y medicinas a las aldeas aisladas y transportar a personas enfermas a hospitales.

El Danubio, congelado

Las autoridades prohibieron la navegación por el Danubio, interrumpida por la presencia de bloques de hielo a lo largo de centenares de kilómetros por Austria, Croacia, Serbia y Bulgaria, y una gruesa capa de hielo en algunas zonas.

El principal canal comercial y el segundo río más largo de Europa, con sus 2.860 kilómetros pasa por diez países, desde Alemania hasta Rumanía.

En Hungría, donde aún no hay problemas de navegación en el Danubio, se prevé que durante el fin de semana se congele a su paso por Budapest, algo que no sucede desde hace 25 años.

En Croacia se ha prohibido la navegación por los 137 kilómetros del río que discurren por su territorio debido a que en gran parte está congelado y se espera que en los próximos días se hiele por completo, según las autoridades del país.

Se están coordinando las actuaciones con las autoridades de Hungría y Serbia para liberar con rompehielos a los barcos atrapados y reducir el peligro de inundaciones por el deshielo posterior.

En Serbia, las autoridades han prohibido la navegación por el Danubio por las placas de hielo existentes, una medida que estará en vigor hasta que no mejoren las condiciones climáticas, lo que no se espera que suceda hasta dentro de diez días.

Las autoridades temen ahora graves inundaciones en caso de un rápido deshielo. «Si tenemos un deshielo gradual y la nieve se derrite lentamente, no habrá problemas. Pero si el deshielo es repentino hay riesgo de graves inundaciones porque la nieve en Serbia ha alcanzado hasta un metro y medio de altura», advirtió Aleksandar Prodanovic, responsable de la Dirección de Aguas de Serbia.

Las autoridades serbias también analizan la posibilidad de utilizar explosivos en el río Ibar, a la altura de Kraljevo, donde se ha formado una barrera de hielo de 3,5 kilómetros de largo y ha causado un aumento del nivel del agua de 80 centímetros, aunque por el momento no haya peligro de desbordamiento.

La navegación está prohibida también en Bulgaria y todas las cargas y el tráfico de mercancías se está desviando al único puente sobre el Danubio que comunica ese país con Rumanía.

Las autoridades consideran que el río se congelará por completo en varios puntos de su cauce, mientras que la cantidad de hielo flotante a la altura de la ciudad búlgara de Ruse cubre el 90% del cauce.

En Rumanía, la navegación continúa cerrada en varias zonas del curso del Danubio, donde las bajas temperaturas han bloqueado también el delta de este río. Temperaturas cercanas a los -18° han congelado varios brazos del delta, obligando a suspender el transporte de pasajeros. Embarcaciones de transporte marítimo esperan ancladas en distintos puntos de los más de mil kilómetros del curso rumano del Danubio, a la espera de que la situación mejore.

Luz roja en Italia

Mientras, Italia se prepara para hacer frente a la nueva ola de frío polar, más intensa que la pasada, que volverá a golpear al país este fin de semana y algunas regiones han pedido reforzar la intervención del Ejército para evitar el aislamiento de localidades y el colapso de Roma, como ocurrió con el reciente temporal de nieve, que causó importantes daños y al menos 40 muertes en el país.

El Ejército se mantiene desplegado en las regiones de Campania, donde varias localidades permanecen incomunicadas, y en los Abruzzos, una de las más afectadas por las nevadas.

En la capital italiana, acostumbrada a inviernos suaves, se ha dispuesto el cierre de los colegios y oficinas públicas hoy y mañana, se ha obligado a los vehículos a llevar cadenas, se han creado equipos para coordinar posibles emergencias y se han distribuido 5.000 palas entre los ciudadanos de las localidades más pequeñas.

Alemania, donde se han registrado cuatro fallecidos, también se prepara para un fin de semana de temperaturas extremas, mientras la navegación fluvial se mantiene en suspenso ante la congelación de canales, ríos y lagos. Así, está interrumpida la navegación por el río Oder, fronterizo con Polonia, y el río Elba desde la frontera con la República Checa hasta su desembocadura en Hamburgo, y permanecen cerrados canales estratégicos como el Havel-Oder, que une Polonia y el centro de Alemania, o el Mittellankanal, que une el Elba con el Rin.

Alemania recurrió el miércoles, por segunda vez este invierno, a las capacidades de producción de electricidad puestas en reserva el pasado verano para evitar las escasez de corriente y estabilizar la red.

Además, el temporal se ha cobrado cinco vidas en Austria, en el Estado francés y en Grecia y una en los Países Bajos.

Los húngaros pobres se calientan con billetes

Desde hace cuatro años, el Banco Central húngaro recicla sus billetes usados como briquetas para calefacción destinadas a las instituciones sociales más necesitadas del país, un gesto que se aprecia particularmente en este periodo de gran frío. «Es un acto de caridad muy útil, una ayuda muy importante para nuestra fundación, porque podemos ahorrar parte de nuestros gastos de calefacción gracias a estas briquetas», explica a AFP Krisztina Haraszti, directora de la Fundación de Autistas de Miskolc. El gasto es de entre 50.000 y 60.000 florines (180 a 200 euros) por mes, «una suma considerable en estos tiempos de crisis», añade.

Procedente del centro de logística del Banco Central (MNB) en Budapest, un camión descargó el martes unas cuatro toneladas de bloques de billetes en el centro elegido este año, junto a la Asociación de niños Discapacitados de Vésto, para calentarse todo el invierno con florines, la divisa húngara.

Desde setiembre, el banco entrega su preciada carga una vez al mes y prevé seguir hasta la llegada de la primavera. La última entrega se esperaba con impaciencia, debido a la ola de frío que azota Hungría y ha dejado 16 muertos.

Como el valor calorífico de las briquetas es elevado, basta con «añadir un poco de madera y las habitaciones están bien calientes», indica Haraszti.

«Las propiedades de estas briquetas son similares a las de lignito», apunta el director del centro de logística del MNB, Barnabas Ferenczi, y se pueden quemar en calderas de combustible mixto.

Cada año, el MNB retira de circulación un cuarto del conjunto de billetes e imprime una cantidad equivalente, lo que equivale a entre 40 y 50 toneladas de briquetas. GARA

ucrania

Un total de 126 barcos permanecen atrapados en el hielo en el Estrecho de Kerch, que conecta el Mar Negro hasta el Mar de Azov, congelado a consecuencia de la ola de frío polar que azota Ucrania y todo el continente europeo.

turquía

La ola de frío ocasionó importantes trastornos en el tráfico áereo y por carretera en Turquía. Más de 2.000 carreteras fueron cerradas en el centro, este y noreste del país y un total de 84 vuelos locales e internacionales fueron cancelados en Estambul debido al hielo.

argelia

El temporal en Argelia, particularmente las fuertes nevadas, han causado al menos 44 muertos en una semana, 30 de ellos por accidentes de tráfico y 14 por asfixia debido a emanaciones de gas, según las últimas cifras proporcionadas por protección civil.

Los niños afganos desplazados por la guerra se mueren de frío en los campamentos

Tras huir de la violencia de los talibanes y de los ataques de la OTAN, miles de afganos, que han encontrado refugio en los campamentos de Kabul se enfrentan a un nuevo enemigo: el frío, especialmente intenso en este invierno, que mata a sus hijos.

Del Agha, un agricultor de Kandahar, bastión de los talibanes en el sur, dice que dejó sus tierras hace cuatro años, tras un bombardeo de la OTAN que mató a varios aldeanos. La semana pasada, su hija de tres años murió.

«Hacía mucho frío esa noche. Cuando me desperté, estaba muerta», señala frente a su vivienda, una especie de hoyo en el suelo rodeado de muros de adobe de un metro de altura, con telas viejas y pedazos desgarrados de una tienda que hacen de tejado.

Viviendo en Charhi Qambar, uno de los campamentos de desplazados situados a las afueras de Kabul, Del Agha se lamenta de una vida «muy dura» y afirma tener «miedo» por su otro hijo, un bebé de pocos meses de edad que tose a su lado.

Khair Mohammad, de 12 años, también huyó hace cuatro años del sur de Afganistán. Su familia hizo las maletas cuando su tío, sospechoso de ser un espía a sueldo de las tropas extranjeras, fue colgado de un árbol y destripado con un cuchillo.

Las tormentas de nieve y un viento glacial que atraviesa su cabaña desde hace dos semanas, unido a unas temperaturas que alcanzan los -16° por la noche, le hacen la vida difícil. «Desde que ha llegado el frío han muerto muchos niños. Están enterrados allí», indica, señalando una colina.

En enero hubo quince víctimas, casi todas niños, en solo tres de los cuarenta campos de desplazados internos en Kabul, según el Ministerio afgano de Salud, que agregó que la mitad ocurrieron en Charhi Qambar. Los residentes aseguran que el balance es por lo menos dos veces superior.

La guerra que siguió a la invasión de Afganistán ha provocado el desplazamiento interno de unos 447.000 afganos, según el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Solo en 2011, 185.000 personas tuvieron que dejar sus aldeas, un 45% más que en 2010. Una 18.000 personas viven hoy día en lo que el ACNUR llama «asentamientos informales» en o cerca de Kabul.

«Hemos cometido un error, el más grave jamás cometido por el ACNUR», dijo a finales de diciembre a AFP Peter Nicolaus, responsable de ACNUR en Afganistán, respecto a la estrategia de la agencia, que no se preocupó de ofrecer salidas profesionales a los refugiados, condenándoles a la miseria. S. AHMAD (AFP)

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