Rubén Pardo se ganó a la afición de Anoeta en su primer partido como titular en casa al asumir la manija del centro del campo de la Real y poner la guinda a su gran actuación con un segundo gol que sentenció a un Sevilla que decepcionó y ya queda por detrás en la clasificación.

El medio centro riojano fue el principal protagonista de un partido en el que la Real fue justa vencedora. Ya mereció irse con ventaja al descanso y, curiosamente, encarriló el partido cuando el Sevilla comenzaba a controlarlo. El golazo de Carlos Vela llegó en el momento oportuno y antes de que Míchel buscara la reacción del equipo, la Real fabricó la jugada del segundo gol que permitió lograr una victoria muy importante.

El equipo blanquiazul asciende al undécimo puesto y se coloca a mitad de camino entre la gloria de la Champions, que queda a cinco puntos, y el desastre de la Segunda, que está a cuatro. Una zona media que está muy bien para un equipo en construcción que volvió a jugar ayer con ocho canteranos y tres jugadores que estaban el año pasado en el Sanse. Y dos de ellos, Pardo e Iñigo Martínez, fueron los más destacados en una demostración de que el camino emprendido es el ideal.

Queda la duda de saber si Pardo habría jugado de salida si no se llega a lesionar Elustondo, pero el séptimo medio centro en el escalafón de Montanier en el comienzo de la temporada, como todos sus compañeros, no solo confirmó la gran calidad que tiene, sino que además demostró que brilla más en el mejor escaparate de Primera.

Un pase para coger confianza

Al riojano le ayudó el buen servicio que dio a Carlos Vela en el minuto 12, con un mal control con la izquierda y un buen remate con la derecha del mexicano que repelió el larguero. Muchas veces en un jugador joven la primera acción marca un partido y, a partir de esa jugada, Pardo jugó con mucha confianza y se ofreció constantemente y asumió la responsabilidad de liderar el juego ofensivo del equipo blanquiazul.

Así dio un buen pase a Xabi Prieto, cuyo centro remató Markel fuera por poco. Luego fue Agirretxe el que tuvo dos opciones para adelantar a la Real. En la primera no llegó por poco a un buen centro de Cadamuro y en la segunda su remate con la izquierda salió cerca del poste. La Real hacía méritos y ocasiones para adelantarse, pero el único que entró en las redes de Palop fue Vela Carlos tras no encontrar espacio para superar al portero sevillista tras otra buena combinación blanquiazul.

El Sevilla también inquietó en el primer tiempo, especialmente con la calidad y la velocidad de Navas, aunque su oportunidad más clara llegó en un cabezazo de Negredo a centro desde la izquierda de Manu del Moral que salió fuera por poco.

El cuadro andaluz salió mejor en el segundo tiempo, fue la única fase del encuentro en la que controló el juego y llegó bien por la banda derecha con Navas, pero los tres medios centros y los dos centrales -aunque Mikel González no tuvo un buen inicio- estuvieron seguros y eso permitió que el rival no enviara ningún balón entre los tres palos con peligro a pesar de sus buenas llegadas por banda.

Volvió Xabi Prieto

La Real aguantó bien esos minutos de dominio visitante y fue positivo que las jugadas de los dos goles las iniciara Xabi Prieto. Los problemas de Griezmann le dieron la oportunidad de jugar de inicio en Anoeta por primera vez en mucho tiempo y el donostiarra recuperó su juego y la confianza y firmó una de sus mejores actuaciones de la temporada. También Carlos Martínez estuvo mejor que en los dos partidos anteriores y la banda derecha es clave para la Real.

Markel, con su pase que originó el segundo gol, demostró cómo mejoran los futbolistas cuando tienen confianza. Es lo contrario que el Sevilla, al que no le valió el cambio de entrenador para cortar su inercia negativa y firmó una última media hora de juego muy triste.

No solo no reaccionó cuando se vio por detrás en el marcador, sino que además Agirretxe y Griezmann protagonizaron las dos oportunidades más claras de los últimos minutos. Porque incluso un 3-0 habría reflejado mejor lo que fue el partido que terminó de confirmar la calidad de Pardo y el acierto de las principales decisiones que se tomaron en verano -Lasarte sigue sin equipo y Rivas ha dejado de jugar en Segunda- y de la que se ha tomado en enero al prescindir de un jugador que tampoco era necesario en verano. Claro que entonces se podía confiar en Illarramendi, Elustondo, Markel, Pardo, Zurutuza y Aranburu, pero todos ellos están rindiendo por encima incluso de lo que pensábamos los que confiábamos en estos medios centros.