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«Se debe convertir a la gente sin recursos en actores económicos»

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Fernando Casado
Director del Laboratorio Base de la Pirámide de la Pompeu Fabra

Fernando Casado es el director académico del Laboratorio Base de la Pirámide de la Universitat Pompeo Fabra de Barcelona, un centro creado para dar respuestas de consumo y generar oportunidades de negocio en los lugares más empobrecidos del planeta. Lugares como el norte de Mali y las zonas rurales de México, donde la población trata de satisfacer sus necesidades con menos de ocho dólares al día.

Ion SALGADO | GASTEIZ

Usted pertenece al Laboratorio de la Base de la Pirámide, una teoría desconocida para la ciudadanía. En pocas palabras, ¿qué es la Base de la Pirámide?

El concepto de Base de la Pirámide es un concepto que surge a finales de los años noventa, liderado por académicos como C.K Prahalad y Stuart Hart, donde coinciden que dos tercios de la humanidad viven con unos ingresos que no les permiten participar de manera activa en el mercado, porque no tienen ingresos para interactuar.

Entonces comienzan a valorar que el mercado de consumo se está gestionando en una esfera situada en la cúspide de la pirámide, donde las empresas están invirtiendo mucho dinero en segmentos de mercados dirigidos a una población reducida, vinculada a esa cúspide que tiene dinero para comprarlos.

Sin embargo, la gran mayoría de la población, sin ingresos suficientes, tiene muchas necesidades que cubrir, como es el acceso a la electricidad, acceso al agua, acceso a la educación... y si tuvieran unos ingresos no solo consumirían, sino que podrían generar oportunidades de negocio, de crecimiento económico y, por lo tanto, de desarrollo.

Por eso, Prahalad y Hart empiezan a promover un movimiento empresarial, que luego fue incorporando un componente social, con el que buscar soluciones para estas comunidades con pocos ingresos para que tuvieran más ingresos, y por otro, para que pudieran gozar de los mismos servicios que la gente con dinero.

Bienes y servicios para personas sin recursos. ¿Qué tipo de consumo se da en las comunidades subdesarrolladas?

El consumo de estas comunidades no necesariamente varía del consumo de la gente con ingresos. Las primeras necesidades que se identificaron eras bastante obvias, se trataba del acceso a agua, a electricidad, a educación, a salud, a alimentación...

Sin embargo, a medida que estas comunidades se van organizando, a medida que se pone en marcha el microcrédito y comienzan a tener acceso a créditos con los que desarrollar diferentes modelos de negocio, va surgiendo una situación de empoderamiento que abre las puertas al consumo de ropa, televisión... En definitiva, acceden a los bienes tradicionales de consumo y se empiezan a crear modelos novedosos de consumo compartido.

Para saciar la demanda de bienes se deben instaurar sistemas de producción. ¿Qué tipo sistema productivo fomenta la la Base de la Pirámide?

La Base de la Pirámide comenzó con un modelo equivoco. La filosofía era, «si solo tienen ocho dólares al día, como podemos hacer, que tipo de producto barato hemos de producir, para que con esos ocho dólares nos consuman a nosotros». Se buscaba que solamente fueran consumidores.

A medida que fue evolucionando se dieron cuenta que la clave no era tanto vender productos a esas comunidades y utilizarles como un nuevo mercado, sino empoderarles para que tuvieran más ingresos, convertirles en actores económicos. Entonces, comienzan a implicarlos como personajes, como actores activos en el ciclo productivo, y pasan de consumidores a productores y, más tarde, a aliados estratégicos.

Esta situación es en la que nos encontramos ahora, ya que estamos promoviendo que las empresas incorporen a estas comunidades como aliados estratégicos porque, en definitiva, quien está cara a cara con la pobreza cada día son ellos. Son una fuente de innovación y de motivación fundamental, ya que son los primeros interesados en cambiar su situación y, por lo tanto, dándoles las oportunidades necesarias son lo que pueden ser más creativos para dar respuesta a sus retos.

¿Podría explicar alguna experiencia positiva?

Si. Por ejemplo, en México estuvimos mirando como el sector agrícola podía generar un valor añadido en comunidades empobrecidas. Nos llevamos a ingenieros de centros tecnológicos de Catalunya a trabajar con cooperativas de las zonas rurales, de las zonas más afectadas por el narcotráfico y la violencia para crear talleres conjuntos de creación.

En ellos, el personal de los centros tecnológicos comenzó a trabajar con las cooperativas que trabajan en el sector del mango, del coco, del camarón... y, a raíz de una serie de talleres, se identificaron varios productos de bajo coste que aumentaba mucho su rentabilidad. Gracias a estos talleres pusimos en marcha una maquinaria destinada a la oxigenación manual de estanque de camarones. Es una tecnología que ha aumentado mucho la productividad del camarón en México.

Habla de un sistema que ha servido para aumentar la productividad, pero ¿cómo miden el beneficio social de su labor?

Hay un indicador clave del beneficio social que no deja de ser económico, que es la capacidad de generar ingresos. De hecho cuando hablas con ellos te transmiten que quieren tener acceso a ingresos. Quizás para no tener que emigrar a Estados Unidos y tener que dejar a sus familias atrás, o para no entrar en el narcotráfico, que es otra peste que atrayendo a muchos jóvenes.

Hay un efecto relacionado con el mantenimiento de las poblaciones rurales, ya que este tipo de iniciativas previene la inmigración. Un claro beneficio social es la no separación de las familias. Hoy en día por una crisis económica o por falta de ingresos te conviertes en un refugiado económico. Mantener a las familias unidas es un beneficio de por sí.

¿En la actualidad trabajan en más proyectos?

Estamos trabajando mucho en varios países. Por ejemplo, en Mali se acerca una hambruna muy marcada por la sequía. Esta situación va a generar desnutrición en la población y la mortalidad infantil va a verse muy afectada, va a aumentar mucho este año.

Para tratar de paliar esta situación hemos creado la «Plataforma del sector privado para los derechos de la infancia», con el objetivo de trabajar en temas relacionados con la nutrición. Para ello hemos juntado a los responsables de grandes empresas como Orange, Bank Of Africa, Air Mali y EDF, y les pedimos que se sentaran a pensar con nosotros como utilizar mejor sus productos para combatir la desnutrición provocada por la sequía.

Entre las soluciones, se propuso una idea basada en como utilizar el móvil de Orange para medir los niveles de desnutrición de los niños en las zonas rurales. Esta idea se basa en una comunicación por mensajes de texto con los conductores de los camiones donde transportan los medicamentos, para que conozcan antes de llegar que tipo de desnutrición van a encontrar en una aldea.

Su visita a Euskal Herria está relacionada con el cuarto sector, ¿qué papel juega la Base de la Pirámide en el mismo?

Creo que es esencial, porque el cuarto sector está planteando como dar respuesta a los retos del bienestar social, de los grandes retos sociales. Ante la crisis del sistema de bienestar social hay varias maneras de reaccionar, una de ellas es aumentado la crítica y manifestándose, algo que quizás es necesario en algunos casos.

Pero en mi opinión el problema no es hoy. El problema será dentro de veinte o treinta años cuando la población aumente a 3.000 millones de personas. Ahora estamos viendo la punta del iceberg de lo que va a ser la crisis del bienestar social.

El cuarto sector tiene la oportunidad de liderar este movimiento histórico a través de la innovación social y a través de lo que se ha aprendido con la base de la pirámide en los lugares donde no existe bienestar social y han tenido que ingeniar, a través de la creatividad, como suplir esas carencias.

Además, creo que hemos de empezar a olvidar el cuarto sector financiado públicamente, para comenzar a buscar nuevos modelos de financiación, de actuación y de respuesta ante las carencias que cubre el cuarto sector.

Usted representa al laboratorio de la Universidad Pompeu Fabra. ¿Qué relación mantienen con el resto de laboratorios vinculados a la Base de la Pirámide en otros lugares?

Actualmente hay 18 países, y de hecho el pasado 23 de octubre se realizó en Sao Paulo la primera reunión entre todos los laboratorios. Allí se decidió crear un programa de actuación conjunto para empezar a promover nuevas sinergias. De hecho, nosotros estamos en el Consejo de Dirección Global de los laboratorios como representantes de Europa. Tenemos un papel muy activo y muy proactivo.

Por otro lado, a nivel europeo se está creando una «Red europea para la promoción de negocios inclusivos», formada por grandes empresas, por organizaciones beneficias y por los laboratorios de la base de la pirámide.

Hemos creado una iniciativa de dos años para lanzar diferentes reflexiones sobre como se puede trabajar conjuntamente en transformar la sociedad con los objetivos de la Base de la Pirámide. Además, hemos conseguido que el 19 de abril se inaugure la red en Barcelona.

La red europea tratará de generar conocimiento; generar una presión política dirigida a la Comisión Europea para que sea más proactiva en estos temas y potencie el negocio inclusivo; y por último crear una iniciativa de incubación entre las diferentes empresas para que haya fondos disponibles para nuevos emprendedores.

Consumo

«El consumo habitual de las poblaciones sin recursos no varía del consumo de las personas con ingresos»

Beneficio

«El indicador clave del beneficio social de la Base de la Pirámide es la capacidad de una comunidad para generar ingresos»

Crisis

«El cuarto sector puede utilizar los aprendido con la Base de la Pirámide para responder a la crisis del estado del bienestar»

RSE

«Hoy en día, los empresarios no pueden dejar de hacer RSE, pero, a su vez, han de comenzar a hacer negocio inclusivo»

«Al final, la empresa será social, o no será»

Su laboratorio cuenta con diferentes multinacionales entre las entidades colaboradoras. ¿Existe un nexo entre la Base de la Pirámide y la RSE?

Yo entiendo la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como un sistema de gestión con el que una empresa intenta gestionar su actuación de manera responsable en sus implicaciones sociales y medioambientales. Creo que es un movimiento que ha sido muy importante para que la empresa se integre y respete los aspectos sociales, éticos y ambientales de la sociedad.

He seguido bastante la evolución de la RSE y creo que está llegando el fin de una etapa. Se empezó creando la figura del responsable de RSE, luego se creo el departamento de RSE, y se establecieron divisiones enteras en RSE. Parecía que si una empresa no tenía un departamento de este tipo estaba incumpliendo algún tipo de tratado. Al final, la empresa será social o no será, y respetará los convenios y los derechos humanos o no. De todos modos, la Responsabilidad Social Empresarial no deja de estar muy vinculado con la filantropía y el marketing corporativo.

Ahora la empresa avanzará hacia la innovación social. No mirará tanto haber cuanto de lo que gana va a dar a la sociedad, sino estudiará como genera ese beneficio y como puede innovar para que sus productos y servicios generen el máximo impacto social posible.

Pero firmas como Renault o Tata han comenzado a lanzar productos dirigidos a personas con pocos recursos. ¿Dichas acciones entran dentro de la Base de la Pirámide?

El empresario está viendo la evolución de la RSE al negocio inclusivo. Ellos no pueden dejar de hacer RSE pero, a su vez, han de comenzar a hacer negocio inclusivo.

En ese sentido hay varias iniciativas que apuntan a cambiar un poco las normas para generar productos más justos, que sean accesibles a un mayor porcentaje de la población y que respondan a las necesidades de una población con bajos ingresos. I.SALGADO

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